Nesemu: Democracia a punta de pistola
Me aparece interesante el artículo del pastor norteamericano Jesse Jackson publicado en El Periódico de hoy y que puede consultarse allí. Coincide en lo fundamental con el artículo mío La democracia no se impone que acaban de colgar en mi web. Por si no podéis leer el de este notable norteamericano, me permito recoger aquí lo fundamental de su exposición:
//Esto es lo que Bush promete al mundo: una democracia impuesta a punta de pistola. No hay que saber mucho de historia para pensar que no es probable que funcione. La democracia no era nuestro propósito original al atacar Irak. Pero las armas de destrucción masiva resultaron ser una invención y el propio presidente ha admitido que no había ninguna relación efectiva entre Sadam y Al Qaeda (Irak se ha convertido en un vivero de terroristas después de que lo ocupáramos). Así pues, la democracia se ha convertido en una justificación para justificar la peor debacle desde Vietnam.
No es fácil implantar la democracia a punta de pistola. Las grandes naciones imperialistas cerraron con notorios fracasos la construcción de democracias estables en sus colonias. Irak forma parte de este historial. La democracia requiere demócratas entusiastas. Se desarrolla con fuerza cuando el pueblo se organiza para ser libre. La Corona británica no creó la democracia estadounidense. Se necesitó una revolución, una nueva Constitución, una guerra civil y movimientos ciudadanos para forjarla.
La ley y la seguridad son vitales. Cuando las familias están en peligro, la gente suele inclinarse por los hombres fuertes, por los líderes militares, por los caudillos, por las lealtades tribales. En Irak, los kurdos participarán en las elecciones. Pero si el nuevo Gobierno intenta refrenar su autonomía, los líderes kurdos lucharán por la independencia.
En gran parte de Irak, la violencia se burla de la democracia. Los candidatos no pueden hacer campaña. Quienes trabajan en ella temen por sus vidas. Los ciudadanos votarán, quizá, pero protegidos por guardias armados. Y todos se estremecen ante la perspectiva de una guerra civil.
EL GOBIERNO de Bush declarará que estas elecciones han sido un éxito, por definición. Pero la democracia no sólo es elecciones. Es también la ley, la libertad de expresión, el derecho de reunión, el desarrollo de instituciones civiles independientes como los sindicatos. Hitler fue elegido. Husein solía escenificar elecciones. Hablar de elecciones libres sin libertad de expresión, ni la seguridad necesaria para dicha libertad, es contradictorio.
La mayor esperanza en estas elecciones es que creen un nuevo liderazgo que demuestre su legitimidad e independencia de la única manera que tendría credibilidad para la gran mayoría de los iraquís: invitando a retirarse a las fuerzas de EEUU. Pero ahí está el problema. Si las fuerzas de EEUU se retiran, la mayoría de observadores creen que se produciría una escalada hacia la guerra civil. Si las fuerzas de EEUU permanecen, serían una provocación constante, despojarían a cualquier Gobierno iraquí de su legitimidad y la guerra civil se intensificaría.
Esta realidad y nuestra historia hacen que las palabras de Bush sobre la democracia suenen falsas en todo el mundo musulmán. Estacionamos tropas en Arabia Saudí y ayudamos a que esa dictadura tribal se mantuviera en el poder. Derrocamos al gran líder democrático iraní Mossadegh y le reemplazamos por un dictador. Abrazamos al dictador de Pakistán. En Indonesia ayudamos a imponer la dictadura que ha regido allí durante décadas. Los estadounidenses no conocen su historia. Pero el mundo musulmán, sí. Y también la realidad actual.
BAJO EL mandato de Bush, gastamos tanto como todo el resto del mundo en nuestro Ejército, pero 45 millones de estadounidenses no pueden permitirse un seguro de enfermedad, y el próximo presupuesto de Bush recortará la inversión en educación. Bush promete mantener el orden en el mundo, pero EEUU se endeuda en más de 1.000 millones de dólares diarios con acreedores extranjeros y nuestros trabajos se desplazan fuera del país.
La libertad es una fuerza enorme, como dijo Bush en su discurso. Pero deben conquistarla los oprimidos, no concederla los poderosos. El discurso de Bush sugería --sin mencionar Irak-- que exportar la democracia era el eje central de su política. Pero la democracia a punta de pistola no es una política. Es una falacia desesperada.//
Nada que objetar ni que añadir. Lo esperanzador es que otros muchos norteamericanos piensan como Jesse Jackson pero no fueron capaces de sacar adelante sus ideas en las elecciones pasadas. Da mucho que pensar la pretendida infalibilidad del actual sistema electoral en la potencia hegemónica que pretende dirigir al resto del mundo. Ignora el derecho a ser escuchados estos otros millones de ciudadanos norteamericanos que con sus impuestos ven imponer un sistema radicalmente injusto. La prepotencia de las mayorías no les puede dar un derecho absoluto para ejercer un poder legal pero en muchos aspectos dudosamente legítimo. Sin diálogo y sin cooperación con el resto de las fuerzas de EEUU es filosóficamente imposible sostener que las mayorías puedan detentar un derecho absoluto ignorando y en contra de las minorías. Máxime cuando estas representan a más de 49% de la población.
Es un tema apasionante.
Nesemu
//Esto es lo que Bush promete al mundo: una democracia impuesta a punta de pistola. No hay que saber mucho de historia para pensar que no es probable que funcione. La democracia no era nuestro propósito original al atacar Irak. Pero las armas de destrucción masiva resultaron ser una invención y el propio presidente ha admitido que no había ninguna relación efectiva entre Sadam y Al Qaeda (Irak se ha convertido en un vivero de terroristas después de que lo ocupáramos). Así pues, la democracia se ha convertido en una justificación para justificar la peor debacle desde Vietnam.
No es fácil implantar la democracia a punta de pistola. Las grandes naciones imperialistas cerraron con notorios fracasos la construcción de democracias estables en sus colonias. Irak forma parte de este historial. La democracia requiere demócratas entusiastas. Se desarrolla con fuerza cuando el pueblo se organiza para ser libre. La Corona británica no creó la democracia estadounidense. Se necesitó una revolución, una nueva Constitución, una guerra civil y movimientos ciudadanos para forjarla.
La ley y la seguridad son vitales. Cuando las familias están en peligro, la gente suele inclinarse por los hombres fuertes, por los líderes militares, por los caudillos, por las lealtades tribales. En Irak, los kurdos participarán en las elecciones. Pero si el nuevo Gobierno intenta refrenar su autonomía, los líderes kurdos lucharán por la independencia.
En gran parte de Irak, la violencia se burla de la democracia. Los candidatos no pueden hacer campaña. Quienes trabajan en ella temen por sus vidas. Los ciudadanos votarán, quizá, pero protegidos por guardias armados. Y todos se estremecen ante la perspectiva de una guerra civil.
EL GOBIERNO de Bush declarará que estas elecciones han sido un éxito, por definición. Pero la democracia no sólo es elecciones. Es también la ley, la libertad de expresión, el derecho de reunión, el desarrollo de instituciones civiles independientes como los sindicatos. Hitler fue elegido. Husein solía escenificar elecciones. Hablar de elecciones libres sin libertad de expresión, ni la seguridad necesaria para dicha libertad, es contradictorio.
La mayor esperanza en estas elecciones es que creen un nuevo liderazgo que demuestre su legitimidad e independencia de la única manera que tendría credibilidad para la gran mayoría de los iraquís: invitando a retirarse a las fuerzas de EEUU. Pero ahí está el problema. Si las fuerzas de EEUU se retiran, la mayoría de observadores creen que se produciría una escalada hacia la guerra civil. Si las fuerzas de EEUU permanecen, serían una provocación constante, despojarían a cualquier Gobierno iraquí de su legitimidad y la guerra civil se intensificaría.
Esta realidad y nuestra historia hacen que las palabras de Bush sobre la democracia suenen falsas en todo el mundo musulmán. Estacionamos tropas en Arabia Saudí y ayudamos a que esa dictadura tribal se mantuviera en el poder. Derrocamos al gran líder democrático iraní Mossadegh y le reemplazamos por un dictador. Abrazamos al dictador de Pakistán. En Indonesia ayudamos a imponer la dictadura que ha regido allí durante décadas. Los estadounidenses no conocen su historia. Pero el mundo musulmán, sí. Y también la realidad actual.
BAJO EL mandato de Bush, gastamos tanto como todo el resto del mundo en nuestro Ejército, pero 45 millones de estadounidenses no pueden permitirse un seguro de enfermedad, y el próximo presupuesto de Bush recortará la inversión en educación. Bush promete mantener el orden en el mundo, pero EEUU se endeuda en más de 1.000 millones de dólares diarios con acreedores extranjeros y nuestros trabajos se desplazan fuera del país.
La libertad es una fuerza enorme, como dijo Bush en su discurso. Pero deben conquistarla los oprimidos, no concederla los poderosos. El discurso de Bush sugería --sin mencionar Irak-- que exportar la democracia era el eje central de su política. Pero la democracia a punta de pistola no es una política. Es una falacia desesperada.//
Nada que objetar ni que añadir. Lo esperanzador es que otros muchos norteamericanos piensan como Jesse Jackson pero no fueron capaces de sacar adelante sus ideas en las elecciones pasadas. Da mucho que pensar la pretendida infalibilidad del actual sistema electoral en la potencia hegemónica que pretende dirigir al resto del mundo. Ignora el derecho a ser escuchados estos otros millones de ciudadanos norteamericanos que con sus impuestos ven imponer un sistema radicalmente injusto. La prepotencia de las mayorías no les puede dar un derecho absoluto para ejercer un poder legal pero en muchos aspectos dudosamente legítimo. Sin diálogo y sin cooperación con el resto de las fuerzas de EEUU es filosóficamente imposible sostener que las mayorías puedan detentar un derecho absoluto ignorando y en contra de las minorías. Máxime cuando estas representan a más de 49% de la población.
Es un tema apasionante.
Nesemu
9 comentarios
Rôvënty -
Espero haber aclarado un poco más mi postura, aunque vuelvo a repetir que tienes razón y además ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Un saludo
Ghost of Tom Joad -
Muchacho: sí, soy un ávido lector de Steinbeck. ¿Cómo lo has sabido?
Rôvënty -
Así se escribe la historia. Los grandes imperios se sostienen para luego caer. Pero es la decadencia del pueblo, permitiendo líderes de dudosa calidad quien va mermando su poder. Hagamos un poco de historia: Felipe IV, amadisimo rey del pueblo español, era un auténtico patan como gobernante. Y el resto del mundo debía preguntarse: ¿Pero no se dan cuenta lo inutil que es este rey, qué cada vez hay mas pobreza, revueltas e injustcias?
Así se escribe la historia, por eso Estados Unidos es un imperio en decadencia.
Imán -
"La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo" (Montesquieu)
darren -
Muchacho -
Ghost of Tom Joad -
"¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no" Es el comienzo. Ufff...
Gheorghe Hagi -
La historia lo confirma: el asesinato de Allende no es sino la obra de Henry Kissinger. La CIA entrenó a mercenarios en Latinoamérica -excepto México- para mantener dictaduras que favorecieran los intereses económicos de EEUU; la guerra entre Irán e Irak en 1979 fue producto del cinismo de Estados Unidos, que desvió fondos y vendió armas a los Contras para financiar la guerra. ¡Apoyó a Irán y a Irak al mismo tiempo! Hace apenas un año echaron de Haití a un presidente que habían puesto, quitado y vuelto a poner ahí. Esto parece un juego.
Quizá pronto cobrarán vida los títeres para sacarle los ojos al "puppet master". abusado.
Laura -
Es la versión mejorada. Se ha logrado que funcione sin justicia, fraternidad ni bien común, que, como es sobradamente sabido, encarecían considerablemente el producto final.
El aparato viene, eso sí, barnizado de occidente.
Y óiganme...
...queda tan bonito...