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J. C. García Fajardo

No podremos decir que no sabíamos que, a la vuelta de la esquina, viven personas mayores en soledad y necesidad que necesitan nuestra presencia


La cara oculta de nuestra pobreza 
El Ayuntamiento calcula que 1.600 personas carecen de hogar en la capital, pero las ONG elevan la cifra a más de 6.000
El pasado martes hubo una llamada internacional: el Día por la Erradicación de la Pobreza, y ayer culminó con una manifestación en la capital una semana de lucha contra la exclusión social. Aunque parezca invisible, la pobreza en una gran urbe como Madrid existe y tiene miles de rostros. Es la cara de las personas sin hogar, de los indigentes, de las mujeres mayores de 65 años que se mantienen con pensiones ínfimas y en casas en malas condiciones, de jóvenes ahogados por la precariedad, de los refugiados políticos y de los inmigrantes sin apoyos familiares ni de grupo. El Ayuntamiento cifra en 1.600 el número de personas sin hogar, pero Cáritas y otras asociaciones elevan el número a 6.000.
Más de 103.000 mujeres mayores de 65 viven solas, según los últimos datos censalesMadrid es también una ciudad de pobres. Bajo las espesas alfombras de la opulencia con que la macroeconomía cubre la capital, malviven miles de personas sin hogar, ancianos solos con pagas de miseria, familias con múltiples problemas que les inundan, más allá de la falta de dinero. También hay jóvenes e inmigrantes que se ven ahogados por la precariedad y ya no gozan del apoyo familiar y de grupo, debilitados éstos por el cambio social general. El pasado martes se celebró en todo el mundo el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Mucho queda por hacer aquí, en el portal de casa, donde vive la exclusión.

5 comentarios

Hormiguero -

Y luego todo el mundo quiere irse de misionero al áfrica negra o a la china. Mientras más lejos parece que es una labor más gratificante. Si no empezamos por los que están a nuestro lado...

Ana -

Para cambiar el mundo, hay que empezar por cambiar el corazón de uno mismo. No son miles de mayores solos, ni personas sin hogar, ni enfermos solos en los hospitales... Todos ellos somos nosotros mismos y su dolor es el nuestro. Sólo así podremos comenzar a cambiar y movernos para hacer un mundo más justo.

Gelys Martínez Méndez -

Ya no hablamos de globalización,ya no hablamos de la diferencia del primer y el tercer mundo.Estamos hablando de algo que sucede cada día en nuestra propia ciudad,al lado de nuestras casas...Los jóvenes de hoy, tenemos que ser conscientes de la realidad en la que vivimos, y una de ellas,es que está muy bien prestar ayuda a otros países subdesarrollados, pero no hay que olvidarse de que aquí también hay gente sin hogar, personas que son repudiadas y no pueden acceder a un puesto de trabajo, personas que son mayores,viven solas y ya no les queda nadie...Hay que hacer algo, todos juntos, tenemos que ser una piña y luchar por aquello en lo que creemos.Cada día que pasa me doy cuenta de más y más injusticias, y me doy vergüenza a mí misma por haber estado viviendo sumisa en un mundo ignorante,pero estoy aprendiendo y ello me llevará a la lucha de unos ideales pensados por mí.Digo yo,será más fácil si todos ponemos un cachito de nuestro apoyo...

Marta -

Algo falla cuando suceden estas cosas en nuestro, llamado, primer mundo.
Algo pasa cuando los mayores mueren solos y se les echa en falta cuando los vecinos se percatan del olor. Algo pasa cuando hay más de 4000 viviendas de once metros en el centro de la capital, cuando aun así, los propietarios de los inmuebles amenazan con no hacer reformas, ni desinfectar las letrinas comunes, ni poner agua corriente, para librarse de los inquilinos de renta antigua.
Algo pasa cuando una pareja de ancianos vivió todo el verano en la parada de un autobus, a 50 metros del edificio de Telecinco, y nadie dijo nada.
Se puede ayudar a los sin techo, es cierto, pero si las cosas siguen así en breve serán el doble, y luego el triple, porque no será posible subsistir, pagar una casa, un transporte, una alimentación, un abrigo, con los sueldos y los precios.
Algo pasa cuando las ONGs ayudan y los gobiernos no miran. Eso, sí... que bien le queda la corona a la Reina cuando viene de visita el Presidente de Portugal y hay cena de gala en uno de los tropecientos palacios, con tropecientas salas, y tropecientos años de historia.
Y luego pedimos el 0,7%...

Marta Gálvez Z. -

El mundo actual es un lugar donde se dan los extremismos: mientras unos nadan en la más brutal riqueza, miles de personas mueren de hambre cada día. Incluso en la ciudad en la que vivimos, estudiamos y trabajamos. Paseamos por las atestadas calles y pocas veces nos fijamos en esas personas que nos miran suplicantes en busca de una limosna de la que poder subsistir. Es terrible, y es una realidad a la que debería hacerse frente con todo empeño cada día.