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J. C. García Fajardo

Cumbre de la OMC en Hong Kong. 2ª parte: La escalera del desarrollo

(Prosigue  el trabajo de J. Estefanía "OMC: Echar las puertas abajo')
Si se vincula el comercio con el desarrollo conviene conocer cómo está distribuido este último. El economista norteamericano Jeffrey Sachs, asesor principal en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Kofi Annan, secretario general de la ONU, establece cuatro peldaños en "la escalera del desarrollo, unos peldaños cada vez más altos que representan pasos adelante en el camino hacia el bienestar económico".
En primer lugar, están 1.000 millones de personas (alrededor de la sexta parte de la humanidad), que son extremadamente pobres: se hallan demasiado enfermos, hambrientos o necesitados incluso para poner un pie en el primer peldaño de la escalera del desarrollo. Dice Sachs, en su libro El fin de la pobreza, que sus ingresos representan sólo unos céntimos diarios.  El segundo escalón lo forma la parte superior del mundo de las rentas bajas: unos 1.500 millones de personas, que son "los pobres"; viven por encima de la mera subsistencia, aunque les cuesta mucho que les salgan las cuentas. La muerte no está llamando a sus puertas, pero la penuria económica y la falta de servicios básicos, como el agua potable, forman parte de su vida cotidiana. Los pobres extremos (1.000 millones) y los simplemente pobres (1.500 millones) suman alrededor del 40% de la humanidad.
El tercer peldaño son 2.500 millones de ciudadanos de rentas medias. Se trata de familias de ingresos medios a las que no se les reconocería como parte de la clase media, según los criterios de los países ricos. Sus rentas pueden ser de unos cuantos miles de dólares anuales y en su mayoría viven en ciudades; pueden conseguir ciertas comodidades para sus viviendas, tal vez incluso agua corriente, tienen ropa adecuada y sus hijos van a la escuela. El cuarto y último escalón son los 1.000 millones de personas restantes, pertenecientes al mundo de las rentas altas: gente de los países ricos, pero también el creciente número de personas acomodadas que viven en los países de rentas medias.
La mayor tragedia es que una sexta parte de la humanidad ni siquiera ha llegado a la escalera del desarrollo. Pobreza extrema, prisioneros de la trampa de la miseria, incapaces de escapar por sus propios medios de la penuria material extrema, éste sería el segmento, según la OMC, que más se beneficiaría de la liberalización del comercio.

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