Blogia
J. C. García Fajardo

A vueltas con los exaltados nacionalismos

Ante la gran confusión que entre unos y otros han montado a propósito del Statut para Cataluña, y porque han traspasado la línea de libertad, de  seguridad y de independencia que representa la Constitución, me parece oportuno aportar algunas voces sensatas en esta algarabía en la que algunos irresponsables pretenden aprovecharse para confundir a la ciudadanía. El poder se consigue en las elecciones, los problemas se discuten en el Parlamento y al Gobierno del Estado le compete la dirección de la política y la representación de nuestros intereses en el exterior. Como ya conocemos los excesos,la confusión perversa y la algarabía interesada a la que se libran algunos políticos que todavía no han asimilado el resultado de las últimas elecciones, conviene leer al Prof Santos Juliá, una de las autoridades académicas más respetadas en el ámbito de la Historia de la España moderna. Este es su valiente y lúcido artículo sobre el arrebato de nacionalismo romántico que les ha acometido a muchos políticos catalanes. La verdad es que, a estas alturas de la historia y de las relaciones transnacionales, y con la que está cayendo en los campos de la economía, la pobreza, la explotación de personas y tierras, la carrera de armamentos, la atroz especulación urbanística, la contaminación del medio ambiente, el perverso uso de la globalización y tantos y tantos problemas candentes... es como para reflexionar si vale la pena pelearse por unos conceptos que a muchos no suenan a rancios y superados. Nesemu

Sin  ningún  entusiasmo

SE SORPRENDEN algunos políticos catalanes y no pocos columnistas de la prensa de Barcelona de que la izquierda de Madrid (cariñosa sinécdoque por España) no salga a la calle ni firme manifiestos en defensa del proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña. ¿Dónde están los otros?, preguntan; ¿dónde se esconden, por qué que no levantan su voz para salir al paso de la ofensiva desatada por la derecha? Curiosamente, y a pesar de lo denostada que ahora está la transición, sobre todo entre nacionalistas, esos políticos y colegas echan de menos aquellos tiempos en que la izquierda se movilizaba y los intelectuales salían a la calle para reivindicar libertad, amnistía y estatuto de autonomía.
La respuesta es muy simple: desde la primera página del preámbulo del proyecto, el atento lector se da de bruces con el rancio discurso de la nación hipostasiada. Cataluña aparece allí construyéndose a sí misma como nación desde el fondo del tiempo, afirmando su 'voluntad de ser', definiendo una lengua y cultura, labrando una identidad colectiva, modelando un paisaje, acogiendo otras lenguas. Cataluña habla como un ser que trasciende la historia, que se ofrece abierta siempre a un intercambio generoso, edificando un sistema de derechos y libertades, dotándose de leyes, desarrollando un marco de convivencia solidario.
Tal vez parezca extraño a los cultivadores de tan romántico lenguaje, pero es lo cierto que los españoles hemos escuchado hasta la saciedad, desde nuestra nada tierna infancia, cosas muy parecidas, producto también de la obsesión por la identidad colectiva y la unidad cultural. Idéntico postulado de una nación eterna, idéntica exaltación de la lengua y la cultura, idéntica retórica sobre la justicia social, idéntico paraíso en la tierra mancillado por poderes espurios y extranjeros. Todo esto forma parte de las leyendas sobre el origen de la nación, de cualquier nación, adornada de los más bellos atributos, más allá de la historia: todo eso era el meollo de lo que se llamaba, en tiempos en los que todavía no habían aparecido constructores de nación pero sobraban manipuladores de conciencias, formación del espíritu nacional.
Si donde antes se decía formación del espíritu se dice ahora construcción, todo lo que sigue es lo mismo, y ni una ni otra cosa son patrimonio de la izquierda: más bien, aquella izquierda recusó por reaccionario ese lenguaje. Que ahora se entone de Cataluña un himno a la nación similar al que hace cincuenta años oíamos cantar de España es más de lo que se puede sobrellevar sin caer en una paralizante melancolía, muy próxima al desaliento. España es una nación, se decía. Y claro que lo era: una y grande y libre. ¿Y nos tocará ahora recitar con idéntico afán Cataluña es una nación? Claro que lo es, ¿será también una y grande y libre?  Viene, como España, de las profundidades del tiempo, y gozaba, como España, de sus libertades, que mano malvada le arrebató en desigual combate. Hasta las fechas se repiten: 1495, con España en la cima gracias a los Reyes Católicos; 1714, cuando España entraba en decadencia con la llegada de los Borbones.
Los autores de este preámbulo y quienes han aprobado el proyecto de Estatuto podrán pedir a los colegas de Madrid que presten atención a lo que se dice en Barcelona; lo que no pueden pedir es entusiasmo. ¿Por qué, después de leer tal exaltación nacional, tendríamos que salir a la calle, firmar manifiestos? ¿Acaso la truculencia de Aznar, la mendacidad de Acebes y la chabacanería de Pujalte obligan a tomar partido a favor del Estatuto? El viejo argumento según el cual la crítica al amigo hace siempre el juego al enemigo no es más que una gastada forma de chantaje moral e intelectual, que ha acarreado consecuencias devastadoras para la cultura política de la izquierda. Por muy feroz que sea el ataque de esta derecha nuestra, en caída libre hacia la más pura reacción, no hace mejor el lenguaje de ese Estatuto.
Para decirlo brevemente: tal como nos ha llegado, ese texto jamás debió haber sido escrito, menos aún aclamado. La exaltación nacionalista que rezuma por todos sus poros de ningún modo puede entusiasmar a quienes han construido sus identidades personales no ya al margen, sino contra los ídolos nacionales: demasiadas catástrofes se han acumulado bajo el sagrado manto de la nación. Por eso, cuando se vuelve a oír esa copla, si la cantan amigos, se le podrá, y aun deberá, prestar una cortés atención, pero que no pidan que salgamos a la calle a tocar palmas porque, la verdad, de lo que te entran ganas es de quedarte en casa y meterte en la cama a dormir.

Santos Juliá

28 comentarios

Juan Monge -

Xaime, take it easy.

Juan Monge -

Xaime,

Take it easy.

Martin Ergoyena -

Estoy de acuerdo con Laura, ¿y qué problema hay en que Cataluña modifique su estatuto?Si una gran parte de Cataluña lo quiere así, tanto CIU,ERC como PSC, si estos partidos son votados allí pues habrá que hacerles caso no?no son cuatro gatos, que es lo que Rajoy y sus secuaces no se quieren dar cuenta...Además conviene recordar que buena parte del dinero de este país es catalán, así que no hagamos tonterías de boicots e historias sin sentido e inmaduras.

Xaime -

Jaja. Vale Marcos no pasa nada. No veo ninguna concesion al franquismo por parte de la Constitucion, y no conozco a ningun padre de la misma, quitando a Fraga incluso denominado por falangistas "un democrata pobre", que luchase por concesiones al franquismo. Como te he dicho es un hecho significativo que se legalizase el Partido Comunista y se llevase al ostracismo a la Falange o al Opus Dei, tecnocratas. A mi manera de ver la Constitucion no merece reforma pero es que ni la propia Carta Magna se cierra a ello, porque establece el procedimiento para hacerlo y no es ni de lejos como se esta haciendo. El unico punto chocante actualmente es el de la sucesion a la Jefatura del Estado, porque las autonomias y estatutos esta bien como esta. Los españoles somos iguales, yo no soy distinto a un catalan como el no lo es de mi; y un estatuto dictatorial e intervencionista y, porque no decirlo, nacionalsocialista (nazi) no es lo mas conveniente para una España, ni para una España ni para una Francia ni para ningun pais. Comparandonos con Francia por ejemplo, ojala tuviesemos su sistema electoral en el que ERC no serian mas que cuatro mojigatos y Carod Rovira otro Otegi de turno, si es que no lo es ya. De todas maneras, si se pide una revision de la Carta Magna hay mejores maneras que arrancando hojas en plena calle.
P.D. perdon porque no he acentuado ninguna palabra. En La Coruña me conecto desde un ciber y el teclado este escribe raro y los acentos no los hace. Pido perdon si causa daño a la vista, jaja.

Marcos -

Coño, otra vez me ha salido el medio siglo. Es un cuarto de siglo. Y ya que estamos, vuelvo a aclarar que no he dicho que haya sido redactada exclusivamente por franquistas, pero que si hubo un sólo franquista eso quiere decir que hubo concesiones a un pasado que no me gusta.

Marcos -

Vale, fue un lapsus, pero creo que medio siglo es tiempo suficiente como para darse cuenta del cambio que ha pasado la sociedad española. ¿Por qué hay tanto temor a reformar la Constitución? Muchos países lo han hecho sin que ello suponga un trauma. La Constitución se hizo no con el ánimo de perdurar por los siglos de los siglos. Y muchos de los padres de la Constitución no eran franquistas, pero otros sí.

Xaime -

Igual que el Profesor yo nací en Galicia y un lema que hay a la entrada de mi casa de aqui "ser gallego es un título, español un orgullo". Yo no defino lo que es España o deja de serlo, me hubiera gustado ser esa persona que lo hizo pero no soy yo ni nadie de los que estamos por aqui montándonos nuestras películas. Estoy en contra del boicot a productos españoles fabricados en una comunidad autónoma tan igual al resto como es Cataluña. Creo que el primer comentario de Juan Monge iba dirigido a mi y también creo que no entendiste NADA de lo que quise decir. He dejado mi posición "radical", o eso creo, y no intento que mis comentarios causen náuseas ni que te recuerde porque te gustan tan poco las banderas. En ningún momento he mencionado que Cataluña se tilde como nación sea lo más grave del despropósito estatutario. Querer quitarle sus funciones al Tribunal Supremo y un cuasi-foralismo para la economía me parece igualmente ridículo. Pero es que Maragall y Carod-Rovira se piensan que nos chupamos el dedo, que no pretenden el secesionismo.Se empieza por llamarse nación y termina por pedir un Estado. Proclamarse nación ya es anticonstitucional pero es que como dijo Paco Vázquez -alcalde de La Coruña que es socialista por cierto- "no pude pasar del preámbulo porque leer nación hizo que casi vomitara". Ni Cataluña es una nación, ni lo son Vascongadas ni lo es mi tierra. Marcos dice que hace más de medio siglo de la Constitución...¡Por favor! 27 años se cumplieron ayer y no, no se ha quedado anticuada en nada. ¿Redactada por franquistas? Peces-Barbas no era franquista por ejemplo. De los padres de la Constitución muchos no eran fascistas, es más, se tuvo en cuenta la legalidad del Partido Comunista de Carrillo mientras que la Falange fue dada de lado -bien hecho-.

LAURA -

Considero que todo este tema del statut, esta siendo manipulado por unos y por otros de una manera increible. ¿por qué los catalanes no pueden escribir su statut? ¿a quién le molesta? yo creo que están en todo su derecho. En Madrid se ve todo desde una perspectiva centralista y no toman en cuenta la visión que existe en realidad en otras partes de España; no creo que lo que quieran los catalanes sea la independencia, es más, hasta el propio Carod Rovira ha reconocido que ese concepto no entra dentro de los planes actuales porque considera que no estamos dento de un tiempo histórico propicio para ello. Pero lo que si que quieren son más competencias en todos los ámbitos. Yo no voy a entrar a juzgar si se las deben o no conceder para eso ya están las cortes, pero desde luego no merecen esta repulsa que se esta produciendo en la capital. Seguramente en mi forma de pensar el factor de procedencia sea clave (zaragoza) y tener familia y amigos en Cataluña, pero de todas formas considero que debería dejar de existir ese sentimiento de repulsa inmediata a todo lo catalán por el mero hecho de ser catalán, como lo de rechazar productos catalanes, en mi opinión, una soberana tontería y deberiamos empezar a respetarnos los unos a los otros. Aparte de todo lo dicho y para finalizar debo decir que soy federalista creo que la mejo forma de repartir los territorios de una nación como se ha demostrado en otros paises (EE.UU, Alemania...) pero en este país con una derecha retrograda y anticuada no podemos llegar a un buen término, sino admitimos que nuestra carta magna ha cumplido un magnífico papel, hasta el momento , pero negarse a la posibles futuras enmiendas me parece una postura totalmente desafortunada, señores las cosas cambian y evolucionan y necesitan leyes actuales para hacerles frente.

Nesemu -

Yo, que nací en Galicia, tengo nacionalidad española, pasaporte de la Unión Europea, estoy más que preparado para ser ciudadano de Europa. De esos EEUU de Europa, o de esa Europa de las regiones, de los pueblos o de las naciones.. ¿qué más da? ¿Quién nos iba a decir hace unos años que iba a desaparecer la sacrosanta peseta y las no menos sagradas fronteras, y los pasaportes \\\'nacionales\\\' y que ibamos a sentirnos tan a gusto. ¡Es que por ser gallego \\\'de nación\\\' soy menos español? ¡Porfa...! Y eso de los boicots a productos de una región ¡qué paletada! Hoy en los super compramos productos de media Euoropa buscando calidad y precio. No pienso en estar haciendo el juego a Holanda o a Italia. Más cordura, please

Marcos -

Sí hay algo (algo, no alguien, un qué pero no un quién) que dice que es España. Ese algo fue redactado en parte por ex-cargos franquistas, sí, los de una grande y libre. La Constitución estuvo muy bien en su momento por su precaución, pero tras más de medio siglo debería ser conveniente analizar en qué se ha quedado anticuada y se puede mejorar. Ahora estamos en una democracia consolidada (pese a lo que diga mucha gente), no en un periodo de incertidumbre después de 40 años de dictadura. Las cosas cambian, evolucionan, y por eso me parecen tan estúpidos los nacionalismos: porque predican en el inmovilismo, y además un inmovilismo en un pasado idealizado, que no existió.

Virginia -

Eso de que el gobierno está intentando hacerse con el mayor poder posible a base de contentar a sus apoyos en el Parlamento es totalmente cierto, pero eso de que la izquierda no existe porque eran los que siempre movilizaban a todos y eso... no es que no exista, lo que pasa es que ahora es distinta, y yo por lo menos ya no veo que los partidos tengan ideología; simplemente van a conseguir sus fines, estén más o menos de acuerdo con lo que quiere la gente.

Pero vamos, que ahora lo bueno sería que izquierda y derecha se uniesen para evitar la aprobación del Estatut (que se ve próxima, porque ZP parece dispuesto), que es la puerta para la independencia de Cataluña.

Cuando se propuso lo del plan Ibarretxe, le pararon los pies pronto y no se armó tanto alboroto, pero claro, también supongo que sería porque el gobierno de entonces no estaba aliado con los vascos. Ahora el que está tocando las narices es Roviretxe y sus huestes, y nadie les para. ¡Todo va por intereses políticos! Y esta mañana, las juventudes de Esquerra manifestándose en contra de la Constitución... Qué vergüenza ajena.

Frías -

No todos tenemos ese sentimiento de nación, pero no se puede negar que exista, porque si lo hicieramos no tendrían sentido alguno el plan Ibarretxe, ni el Estatut.

Hele -

Yo no creo que TODOS los vascos y catalanes lleven dentro ese sentimiento, y lo digo porque conozco a muchos vascos y también a algún catalán. Algunos sí,de acuerdo, algunos sí se sienten nación, pero no todos. Y sí hay algo que dice qué es España: la constitución de 1978.

Frías -

Me parece acertado el comentario de Muñoz cuando dice que no existe una izquierda en este país, porque lo único que quieren los políticos es tener el mayor poder posible.
Por otro lado, tiene razón Marcos cuando dice que quien puede decir lo que es España o no lo es, lo importante es que esa independencia que se quiere lograr no traiga consigo toda una serie de problemas. Además, tampoco olvidemos que habrá gente de esas Comunidades autónomas que no quieran esa independencia.
He leído en algún comentario que ni Cataluña ni el País Vasco son Naciones, pero quisiera decirle a mi compañera que ese sentimiento lo llevamos por dentro, como dice Juan, esta en las mentes de los vascos y de los catalanes.

enovilla -

En la actualidad estatutos como el catalán no tienen cabida, pues se tiende al europeismo y a la globalización, si ya de por si la UE está dividida, debería evitarse a toda costa seguir haciendo subdivisiones. El problema de Cataluña reside en la famosa deuda histórica, una deuda ante la que algunas comunidades autónomas se consideran más víctimas del franquismo que el resto. Esa deuda existe, pero no debemos pagarla los habitantes actuales del país, pues no somos culpables de ella

Z -

Las tradiciones de cada país y región deben ser conservadas. Para mí es innegable que España, como muchos otros países, no está formada por UNA tradición SUPREMA que deba ser seguida por todos. Si yo fuera catalana, defendería mi lengua, pero no por ello buscaría degradar a las demás. Y eso es algo que en el contexto actual, hacen tanto los partidarios del estatuto catalán como los que lo repudian. Qué fácil es convertir algo en esencia bello en una mera manipulación política ...

Juan Monge -

Quizás han sido demasidas letras para una idea fácil...
Los nacionalismos no conducen a ningún lado, al igual que la defensa de la unidad territorial, que no es más que otra forma de nacionalismo.
Esto no quiere decir que no exista el derecho a expresar su opinión por parte de unos y otros... por poco acertada que nos parezca (como es mi caso con algunos de los autores de los posts)...
En cuanto a lo del terreno personal... nada más lejos de la realidad, por mi parte... y espero que por la de los demás.

Ruth Pilar -

El problema del Estatuto no es que en el preámbulo se defina a Cataluña como nación, sino que se fomenten con otras actuaciones -Agencia Tributaria propia, p.ej.- la división entre comunidades ricas y pobres. De nuevo, el tema de la insolidaridad.
¿No se puede protestar cuando te molesta algo? ¿No se pueden proponer alternativas? El Estatuto de momento es eso.
España está dividida, pero no entre catalanes y el resto, sino entre socialistas y populares. Independientemente de quien ocupe el poder, el otro partido intentará torpedear cualquier acción de gobierno. Muy triste.
La calle es de todos. Podemos y tenemos que hacernos oír, pero no con el carnet de militante en la boca.
Lo malo de los nacionalismos es que siempre quieren más. Cuando tengan la luna, querrán el Sol, Júpiter, Plutón... y cuando está galaxia se les quede pequeña, se lanzarán a por la de Andrómeda. Hay mucho galáctico y no sólo en el vestuario madridista -dedicado a los chicos bloggers, que los veo muy futboleros-.
Patria es donde uno está a gusto, llamarla como queráis: España, Cataluña, o como diría ET mi caaaaasaaaaaa
No entiendo muy bien lo de Cataluña No y Galicia Sí.
Esto me recuerda a lo de "o conmigo o en mi contra".
Por pedir que no quede, pero no sólo Cataluña y/o el resto de comunidades históricas, para las 51 -que os ha gustado el factor numérico-. En estas fechas los corazones se ablandan y hay quienes llegan de Oriente con regalos o carbón -para los de las eléctricas-.
Saludos para todos y disfrutad de estas prevacaciones.

Marcos -

No hay ni una ni cincuenta y una Españas... Hay 43 millones. ¿Quién coño tiene derecho a decir lo que es España y lo que no es? A mí lo único que me preocupa de todo este asunto son dos cosas: que haya igualdad, que no se estigmatice a nadie por su pensamiento (en esto incluyo lo que habéis dicho sobre los comercios catalanes, pero también sobre el estúpido boicot al cava) y que no aparezca ahora una frontera. Esto último, al menos literalmente, parece que está lejos todavía.

Aún así, al artículo de Juliá me parece muy acertado.

Belén -

Las ideologías y los nacionalismos que se defienden de forma radical, ya sean de derechas o de izquierdas, nunca serán aceptables. Ni los dirigentes de Cataluña son unos pobres marginados sin derechos, ni España va a destruirse y fragmentarse como afirma el PP.
Creo que se están empezando a sacar las cosas de quicio, y que, debido a todos estos debates, que instan a los ciudadanos a tomar partido por un bando o por otro, los españoles se están dividiendo por demasiados frentes.
Considero extremadamente importante que, ni la ideología, ni el radicalismo nos cieguen. El ejemplo pésimo que recibimos de la clase política española nos está afectando gravemente, ya que la mayoría de las veces emitimos juicios de valor sobre cosas que no conocemos, o generalizamos sin pensar en las consecuencias. Creo que la población no debe entrar en los mismos cruces de acusaciones y faltas de respeto por parte de los políticos que tienen lugar en el congreso y en los medios de comunicación.
Se que mi post no habla sobre el tema propuesto, pero pienso que tenemos que pensar (nosotros que somos el futuro del país) en el tipo de políticas contaminadas e irrespetuosas que se están llevando a cabo, porque parece que todo se lleva al terreno personal, y no debería ser así.

Juan Monge -

No sientas nada...
Cataluña es una nación de un modo ideológico, en la mente de los catalanes...
Creo que el pensamiento es más potente que cualquier texto juridíco.
Lamentabe lo que has comentado de los comercios catalanes multados... igual de lamentable que el hecho de que lo que más te haya llamado la atención de mi anterior post sean las palabras "Cataluña" y "nación" a menos de dos espacios.

Hele -

Se me olvidaba Xaime. Ya sabes ¿no? De acuerdo contigo también. Besos desde Madrid

Hele -

Juan, siento decirte que, por el momento, y mientras la constitución siga vigente, que aunque no lo parezca sigue, pues ni Cataluña ni el País Vasco son una nación. Lo que a mi me parece lamentabla es que a estas alturas del partido, se multe a los comercios catalanes por poner anuncios en castellano(ellos que abogan por la libertad) Según la Constitución de 1978 el castellano es la lengua oficial del Estado, y las demás lenguas deben coexistir con ella.Coexistir, no autoimponerse. Pero claro, como ahora los catalanes tiene potestad para todo..pues en estas estamos. En fin, si seguimos así tu pensamiento de que sí es una nación se convertirá en realidad, cosa que yo espero que no suceda, y no por ese sentimiento cuestionado k tu mencionas,sino porque para mí es así; como dice Daniel: España una y no cincuenta y una.

Juan Monge -

Las opiniones en ciertos temas pueden resultar curiosas...
Me resulta curioso oir que el texto del estatut jamás debería haber sido escrito (¿por qué? ¿es que no tienen derecho a intentar manipular a su población y al resto del país como viene haciendo todo hijo de vecino... tan disparatado es un enésimo intento de autogobierno?) El afán de poder tiene una relación mucho mayor con la búsqueda de independencia económica que con el renacer de un sentimiento de nación... Me hace gracia como algunos se indignan ante la idea de Cataluña como nación (en mi opinión sí lo es, del mismo modo que lo son Euskadi o Galicia) y pasan por alto "fallos carentes de respaldo constitucional" como el proyecto de elevar la justicia catalana al Tribunal Superior en Barcelona (independiente de Madrid) o el tema de Hacienda.
El hecho de que este proyecto de estatuto (que recordemos, está en fase de revisión) esté mal planteado no justifica que tengamos que aguantar escuchar que mi país es "uno y libre"... Españas hay muchas, nuestra identidad cultural no es precisamente ni una ni homogénea, afortunadamente, cada vez más variada e intercultural... Libre, ¿libre de qué? (Creo que libre del comunismo rezaba el lema franquista...)
Comentarios como este me hacen recordar porque me gustan tan poco las banderas...
El nacionalismo catalán es seguramente rancio y poco aperturista (nada aperturista), una excusa para conseguir poder y margen económico.
El nacionalismo español de algunos compañeros del blog nos dista demasiado, pero realmente me parece más preocupante puesto que ellos no persiguen ningún beneficio material, sólo un sentimiento respetable pero demasiado cuestionado por gente como yo.
No me gusta nada leer posts extensos, pero esta vez yo no he podido sintetizar mejor, lo siento.

Xaime -

En mi reducto de Coruña (ando en mi tierra una semanita) no falto a mi blog favorito...¡pelota!.Acertado Daniel, acertado -en parte- el artículo de Santos.(mi opinión).¿Cómo definir el Estatuto catalán sin arremeter demasiado?diré que es una insensatez y una majadería como una catedral (la de Santiago a ser posible).El tema de Daniel me gustó,en una época en que ni España es absolutamente soberana (Europa manda en mucho) ¿cómo pretende serlo Cataluña? este "plan Ibarreche" que le diferencia que tiene el beneplácito de Zapatero, ha llegado tan lejos por la sumisión total del Gobierno ante una autonomía.Maragall y el "pancartista de mural preuniversitario Carod-Rovira" (como le llama acertadísimamente Anson)son dos personas que hacen tambalearse a la sociedad española que vivimos tranquilos (yo desde 1986) pero la sociedad desde 1978 con la Carta Magna. Con el sistema francés ERC sería un partiducho de nacionalistas radicales."Como sea" tiene que contentar Zapatero, un político de izquierdas, a estos indocumentados históricos, no más que yo, pero indocumentados. Tampoco ellos acaban de asimilar los resultados de las últimas elecciones que les concedió por accidente (también mención de Anson) cuatro años de gobierno, y de momento llevamos casi dos de desgobierno. El lema de una,grande y libre nos suena mal, pero rescato "una y libre", por favor que no nos estropé eso ni Zapatero ni Aznar, ni el PSOE ni el PP y, muchísimo menos Carod. Espero y deseo que el Estatuto autoritario, intervencionista catalán no salga adelante y que la libertad de expresión siga siendo un derecho que rija nuestro día a día y, puestos a pedir, que el Depor gane la Liga pero quizás sea mucho pedir, nosé, pregúnten a las Juventudes de ERC.

DANIEL -

España es una, y no cincuenta y una... Es increíble que llamen nación a Cataluña. Es increíble las ganas de separación que tienen algunos políticos catalanes, como dice Santos Juliá. En la era de la globalización, donde la unión fomenta el desarrollo, ¿por qué coño quieren separarse? Primero es el estatut, luego será otra cosa, y luego la independencia. ¿En qué piensan los catalanes? Lo que no hay que hacer como dice Santos Juliá es echarse a la cama a dormir, si no decir las cosas claras los que las tienen que decir, y nosotros presionar para que las digan. Un apunte un poco fuera de lo político: Laporta, el presidente del Barcelona, ha metido la mano en el Estatut mucho más de lo que la gente piensa.

Sara I.L -

lo primero que quiero decir es que no me parece una postura progresista, en absoluto, la defensa de los nacionalismos, sí la de la libertad, y no creo que los partidos de izquierdas deban fardar del apoyo que les dan porque es un apoyo que, según mi punto de vista, no les define, en absoluto. por otra parte, quisiera puntualizar el error de la población al enfocarlo mayoritariamente como un problema económico, pues creo que el permitirles llamarse \"nación\" es más un problema de ideologías.

Muñoz -

Propongo una pregunta a todos los bloggers...¿existe la izquierda en este país?, mi respuesta es NO. Creo que solo existe una clase política ávida de poder que sólo busca enriquecerse, eso es lo que pasó con el PP y eso es lo que pasa con el PSOE... ¿y que está pasando en Cataluña?, muy simple...su clase política también quiere más poder. Por esta razón se ha formado este lío...por el sucio poder.