¿Que podemos hacer por nuestros mayores necesitados?
Espléndido reportaje de Ana Alfageme sobre el Informe del Inserso 'Las personas mayores en España,publicado en El País.Causa rubor, indignación y mueve al compromiso mientras se urge a la Administración a que resuelva estas lacerantes injusticias. No es justo que en un país rico y desarrollado como el nuestro se den estos casos. Contra esto sí que merece echarse a la calle y exigir a nuestros políticos que cesen de babear y de ladrar en Las Cortes y cumplan sus compromisos elctorales. El PSOE había prometido servicio de teleasistencia para 1.200.000 personas mientras que sólo alcanza a unas 150.000. También se había comprometido a que 850.000 personas recibieran ayuda en sus casas y sólo han llegado a unas 250.000. En el Informe del Inserso sobre los mayores se resalta que los servicio sociales sólo atienden al 9,4% de la población, algo más de 600.000 personas. Esto es lo que debe preocuparnos y no otras cosas que parece que amenazan con que van a destrozar España. Una nación se destroza cuando no atiende a sus mayores y permite que sufran en soledad y en tristeza sus últimos años. Para mí, esto sí que atenta a los principios fundamentales de la Constitución y del sentido común. Mientras tanto, no podemos quedarnos en el grito, la protesta y la denuncia si podemos transformar la indignación en compromiso. ¿Cómo salir del agujero? Subir las pensiones, gastar más en servicios de asistencia a los mayores y expandir el voluntariado social, responde el Informe del Inserso. Aquí sí que podemos comprometernos: Existen Instituciones de la sociedad civil, ONG, bien preparadas para formar un auténtico voluntariado, ponerlo en contacto con ancianos que piden ese servicio (otros muchos ni se atreven, porque creen que no lo merecen), sostenerlos y apoyarlos ¿Quién no puede dedicar dos horas a la semana a visitar a un anciano al que luego hace alguna llamadita de un par de minutos durante la semana? No es difícil, basta querer y dejarse ayudar. Este blog, no es imparcial sino comprometido
dido con la causa de la justicia social, Véase el banner en un lado de la página inicial. Repito, hay muchas organizaciones serias y responsables pero yo al menos conozco una, en Donoso Cortés 65, donde los viernes a las 5 de la tarde explican lo que se puede hacer por los más necesitados, dónde, cómo y cuándo. Me consta que lo hacen bien y es justo ofrecer estos servicios para que, como dice Albert Camus, nuestros hijos no tengan que avergonzarse de nosotros porque, habiendo podido tanto, nos atrevimos a tan poco. Nesemu
Mujer. Mayor. Sola. Y Pobre
Una de cada tres españolas con más de 65 años vive en la pobreza
Inocencia vive en una casa sin baño, y se viste con la ropa que le dan las vecinas. El piso sin ascensor donde Josefa pasa las noches en blanco, deseando morir, es de su hija. Las dos han sobrepasado los 80 años y viven solas. Cobran alrededor de 300 euros al mes, la pensión de viudedad de sus maridos. Aunque ellas trabajaron, y mucho, durante años. Una limpiando en bares y casas, la otra cosiendo pantalones. En España, el país de Europa que menos gasta en mayores en comparación con su nivel de envejecimiento, ser mujer, mayor y vivir sola multiplica el riesgo de convertirse en pobre. Una de cada tres españolas mayores de 65 años lo es. Son las más necesitadas de Europa, sólo después de las italianas.
-Todo el día me lo paso llorando. Soy una persona inútil.
-Lo que tienes, Josefa, es una depresión.
María, la voluntaria, toma la mano de Josefa, huesuda, transparente, entre las suyas. Y sólo entonces los ojos de la anciana, que tiene 85 años, eluden las lágrimas.
Josefa lleva cuatro años sola, desde que enviudó, en este piso de Móstoles. Cosía pantalones en su casa y luego los llevaba al comercio. Pero entonces, dice, no se aseguraba. Así que sus únicos ingresos provienen de la pensión de viudedad: 300 euros.
Este piso sin ascensor -está a nombre de mi hija, yo no tengo nada, aclara la mujer- se ha convertido, casi, en una torre inexpugnable. "Desde que me caí, el 26 de diciembre, volviendo de casa de mi hijo, me dá miedo todo. Me duele el pecho. Me duele el estómago. Me mareo y no me atrevo a salir sola".
Mujer. Mayor. Sola. Estos tres atributos, que Josefa posee, se combinan peligrosamente para producir otro calificativo: pobre. Lo señalaban los autores del informe del Imserso Las personas mayores en España, 2004,
la gran radiografía de ese sector creciente de la población. Más de siete millones de personas.
La estadística constata la desigualdad a estas edades en la situación de hombres y mujeres. Ellas viven más (superan en siete años a los hombres en esperanza de vida, 82 frente a 75), y estarán más tiempo solas. Como Josefa, una de cada cuatro españolas mayores vive sin compañía (26,7%), frente a uno de cada 10 hombres. Como ella, cuatro de cada 10 (47%) son viudas, situación que casi se dobla a partir de los 80 años (71%).
'El problema de las españolas no es que no hayan trabajado fuera de casa, sino que muchas, las que no tienen estudios, se han dedicado a tareas más humildes, con más economía sumergida, así que no pueden acreditar su trabajo. Mayoritariamente perciben pensiones de viudedad, que son menores".
Según el informe del Imserso, las españolas mayores son las más pobres de la Unión Europea, sólo por detrás de las italianas. Se puede decir que es pobre alguien que gane menos de 5.177 euros al año.O 369 euros al mes, si se divide por 14 pagas. Treinta y cinco de cada 100 españolas, según el informe del Imserso, están necesitadas. Sólo les superan las italianas (51%).
Comparando el gasto en pensiones con el índice de envejecimiento, la situación de España es la peor de todos los países de la Unión Europea.
Pero Josefa no se queja y eso que su pensión (300 euros) ni se acerca al salario mínimo, que es de 512 euros. Dice que una hija que vive en el extranjero. Sufre más por estar así, siempre sentada en el sofá, frente a una pequeña estufa. Los días se hacen largos. Prepara la comida, apaña la cama, a cuyo costado ha puesto el artilugio de la teleasistencia (es una de las 148.000 personas -3,14% de los mayores- que la reciben) y después, sólo queda esperar hasta las ocho y media de la tarde, hora en la que se acuesta. "Pero las pastillas no me hacen efecto y yo me desespero".
Sólo hay un día distinto. El viernes. Cuando María viene a verla, durante una hora, y la lleva a pasear por el barrio.
'Es curioso,no se quejan de lo poco que tienen, porque han llevado una vida muy dura, llena de cargas, y viven a veces la vejez como una liberación'.
Inocencia tampoco se queja, más que de no poder salir a dar unas vueltas al polideportivo del barrio, porque desde hace unos meses le entran mareos. A sus 81 años, se sienta muy erguida en el sofá. "La ropa me la dan los vecinos, y mire usted, voy tan limpita". La fachada de la casita donde vive, en Fuencarral, un pueblo anexo a Madrid que ha sido absorbido por la ciudad, tiene apenas tres metros de ancho. En el dormitorio, sin ventana, cabe poco más que la cama. El piso superior está clausurado, después de que uno de sus hijos muriera, arrasado por la droga. Un angosto ventanuco que da sobre la calle es la única ventilación de su retrete. "No tengo baño, pero me apaño bien. Esta mañana me he lavado primero la cabeza, que mire lo limpio que llevo el pelo, y luego por partes".
Tiene teleasistencia y dos días a la semana acude a una iglesia evangélica, donde le dan un paquete de alimentos. "Gano 60.000 pesetas y hasta puedo ir pagándome el entierro", dice. ¿Y vender su casa para ir a un lugar más cómodo? "No, eso no", dice, "pero me gustaría que me la arreglaran". "A veces no quieren perder el poco patrimonio que tienen para que los hijos puedan heredar algo", explica Pérez Ortiz. "Incluso algunas habitan en casas enormes que no pueden sostener. Viven como pobres ricos".
Inocencia se marea, pero sigue saliendo todos los días. 'Arrimadita a la acera, por si me caigo'. Pero Josefa, no. Sobre todo llora.
- Tengo el corazón bien, qué lastima- insiste la mujer.
- No digas eso-, le responde la voluntaria María- que no se puede pedir la muerte, por si te hacen caso.
Y no le suelta la mano.
17 comentarios
Anónimo -
Virginia -
No hablo, por supuesto, de confinar a los ancianos, por si alguien piensa eso, pero de verdad que yo creo que mis abuelos (y todos los abuelos de allí que conozco) son felices allí, y más cuando van sus hijos y nietos a verles. Aun así, yo que paso todos los veranos con ellos (algo que no cambiaría absolutamente por nada), también abogo por acoger a nuestros mayores en casa, porque se aprende muchísimo de ellos. Sé que no todo el mundo puede hacerlo, pero en la medida de lo posible estaría bien que se hiciese. Las residencias de ciudad también están bien si una familia no puede cuidar del abuelo por falta de tiempo o de lo que sea, pero al menos que vayan a verlo con frecuencia, porque a un anciano lo que más le gusta es estar acompañado y sentirse querido.
Fran -
Eduardo -
Y según escribo esto, me doy cuenta de otra cosa: Las residencias no son sino otro negocio. Prueba de ello es que ya, ahí abajo de la página se han acoplado dos anuncios de residencias del Gooooogle. Todo es un mercado.
Zola -
" Gano 60.000 pesetas y hasta puedo ir pagándome el entierro " ...
Jorge P. -
DANIEL -
Con Eduardo discrepo en una cosa: vivir con nuestros mayores. Esta idea es buena, pero depende de cómo puedan valerse nuestros mayores sin ayuda. Si tus abuelos no pueden estar una hora sin ti porque necesitan todos los cuidados, no pueden estar viviendo contigo porque tú estas prácticamente todo el día fuera de casa. Mientras, en la residencia, tienen atención continua, además de compañeros con los que pueden desarrollar actividades de ocio que seguramente en tu casa no.
Nesemu -
Héctor -
Mi abuela ya no se podía valer por si misma en su casa, vuida como estaba. Vino a pasar unos días a mi casa, y se pasaba el día viendo la tele; intentaba hacer algo, y no le salía. Decía que todo lo hacía mal y que era una inútil. Siempre repetía: "a ver si me muero ya de una vez". Es muy duro oír a tu propia abuela decir eso, a uno se le hiela la sangre y se le llenan los ojos de lágrimas. Hace un par de años la metimos en una residencia... y desde entonces está tan feliz. Allí tiene sus amigas, sus partiditas de cinquillo, los voluntarios la cuidan bien y se lo dan todo hecho... y ya no se pueden sentir unútiles. Es una manera de evitar que caigan en esa depresión de sentir que no valen para nada. Ahora sólo hay que ver lo feliz que está allí cada vez que vamos a verla su familia, y lo contenta que se pone en cuanto sus seres queridos le dan un poco de cariño. A uno se le ilumina la cara sólo de verla.
Eduardo -
Ruth Pilar -
Anónimo -
Si ya es preocupante que los niños aprendan que no hace falta ser virtuoso, para que te consideren como tal y te aclamen cual auriga del siglo XXI -Fernando Alonso-, más preocupante es pensar que nuestros abuelos están intentando bajarse un politono mientras ven culebrones.
No se trata de una cuestión económica -¡qué también!- sino de soledad.
Se les abandona en gasolineras, se les envía a viajes a los que a lo mejor no quieren ir, se les dice que tienen que firmar aquí y allá para dejar las cosas bien atadas por sí "dios no quiera..."
Los jefes de las tribus son los más ancianos porque son los más sabios. Ya no se pregunta a los mayores más que si han dado de merendar a los pequeños -eso a los que están útiles y pueden ser explotados, a los otros: "madre/padre, ya vendré otro día que todavía tengo que hacer la compra".-
Nuestros abuelos tienen proyectos e ilusiones juveniles, ayudemosles a realizarlos, y no nos burlemos.
Belén -
Es vergonzoso que por ser anciano y estar solo parezcas invisible.
La ayuda social debería llegar a todas partes, ya que, además de personas mayores, hay mucha gente que sufre enfermedades a las que se necesita dedicar mucho tiempo.
Las cosas tienen que cambiar ya, en favor del conjunto de la sociedad de la que todos formamos parte. TODOS podemos sufrir este tipo de problemas o conocer a alguien que que los padezca, asique no podemos ni debemos quedarnos de brazos cruzados.
DANIEL -
Esta mañana, y lo digo en serio, he ido a ver a mis abuelos, sin saber que esta tarde me encontraría este reportaje. A pesar de todo, siento que debería ir más a menudo a verles.
J. López -
rocoli -
Carlos Miguélez -