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J. C. García Fajardo

Sigamos nuy de cerca los sucesos en Francia

Ya se oyen voces que relacionan la caida del Muro de Berlín, como símbolo, con la tormenta que azota a la Torre Eifel. Son signos visibles realidades invisibles. ¿Qué otra cosa significó el rechazo de la mayoría social al proyecto de Constitución europea?  La rechazaron por falta de contenido social, de perspectiva partiendo de la realidad y no de la ideología que rige hoy los destinos del mundo. En Francia no triunfó la Comuna, ni el mayo francés, peo dieron innumerables pistas. Reproduzco el editorial de El País:

''La violenta rebelión de los suburbios franceses es todavía minoritaria, pese a su creciente amplitud. La mayoría de los habitantes, menores o mayores de edad, de esos suburbios marginados en Francia no participa en estos actos vandálicos. Es verdad que estos jóvenes airados están ocasionando unos destrozos enormes y buscan con saña el cuerpo a cuerpo que produzca víctimas, cosa que ya han conseguido con la muerte de un ciudadano, días después de su apaleamiento. Pero hay un peligro evidente de que sigan extendiéndose todavía a más ciudades los salvajes ataques contra automóviles e instalaciones públicas y privadas, y que prendan incluso en países vecinos.

El Gobierno de Villepin, al que no sigue la opinión pública, quiere atajarlo con toques de queda y un plan de urgencia contra el fracaso escolar, de mejora de servicios públicos y de más policía urbana para estos suburbios. Es el reconocimiento del fracaso de la política de integración económica, social, cultural y urbana seguida a lo largo de décadas, que ha llevado a que se hayan contabilizado hasta 700 guetos suburbanos, donde se aloja una población de origen árabe o africano, con frecuencia descendientes de inmigrantes, pero ciudadanos franceses a todos los efectos en su gran mayoría.

El titular de Interior, Sarkozy, cree necesaria una "refundación" de esta política, es decir, su corrección. Pero sería un error de bulto que el apaciguamiento de los violentos descansara sólo en las organizaciones musulmanas, que ya han lanzado una fetua contra la participación en estos disturbios, en vez de exigir su resolución a las instituciones republicanas. Por supuesto que es necesaria la actuación de la policía y de la justicia, pero sin olvidar luego los auténticos ascensores sociales que impiden la formación de guetos, y éstos son la integración escolar, la igualdad de oportunidades, los puestos de trabajo o el urbanismo integrador. Algo tiene que ver esta explosión social con la falta de horizontes vitales y la pobreza que cercan a estos jóvenes. No es menor en la resolución de estos problemas una concepción más inteligente del orden público, en el que el cumplimiento de la ley y el mantenimiento del Estado de derecho no se confunda con la brutalidad y con la discriminación.

Si el huracán Katrina puso al descubierto la marginación de la población negra abandonada en Nueva Orleans, estos altercados han puesto de manifiesto la profunda fractura social francesa. Y no hace falta buscar redes criminales para explicar el movimiento que empezó en un suburbio de París y se ha extendido como la pólvora. El presidente Chirac no se ha recuperado del triunfo del no en el referéndum sobre la Constitución europea, de forma que la crisis de estos días se alimenta de este ambiente de fin de régimen. Para lanzar su llamamiento al restablecimiento del "orden republicano", Chirac se ha tomado 10 días. En Francia, un país que se mueve a golpe de revueltas, se sabe cómo empiezan las cosas pero no cómo terminan. Una rebeldía minoritaria fuera de todo control puede hacer cambiar el rumbo de su historia.''

8 comentarios

Noelia -

Estas acciones vandálicas, como bien se reflejan en el artículo y en los medios de comunicación, se debe a la marginación social, a la falta de servicios públicos. Pues bien, estos jóvenes han elegido la quema de coches porque así "hacen mayor ruido", que si queman dos papeleras.

RöXyE -

Vándalo (perdón)

RöXyE -

Las acciones son bandálicas, pero ellos no son bándalos. Son ciudadanos franceses,(¡¿donde han de integrarse?!)que tienen los mismos deberes pero no los mismos derechos y que han explotado ahora tras 30 años de calentamiento.El país que se enorgullece de su lema "libertad, igualdad y fraternidad" parece no querer aplicarlo a todos los individuos.Hemos descubierto de nuevo que las injusticias sociales, el racismo y la discriminación pueden manifestarse en cualquier lugar, incluso en los que presumían de su "capacida de integración".

Belén Francisco -

No es lógica la violencia desatada en Francia durante estos últimos días, pero tampoco es lógico el trato que se le viene dando a la población inmigrante, que aunque ya no lo es, sigue estando marginada. Esto no es sino una respuesta al mal trato que recibe esa parte de la población. Esta bien el pensar que esta situación no debería estar pasando, ¿pero que otra alternativa les dejan?. Solo son jóvenes que por su procedencia, no reciben los mismos tratos que los jóvenes franceses cuyo origen es diferente y se creen diferenciados de ellos por su piel y por su dinero.
Quizás deberían darles palabra y voto en la sociedad, porque tienen mucho que decir y no les queda otra alternativa que la violencia. La revuelta no se va a solucionar con un toque de queda o con más policía, debe solucionarse con el diálogo y con la acción para llegar a un acuerdo por el que cese la discriminación. Necesitamos una solución, la mejor para todos, contando con todos.

Dorian Gray -

Ahora los pobres y marginados de Francia resultan ser bárbaros, vándalos, sembradores de terror (eufemismo que ya oí más de una vez porque aún no se atreven a llamarlos terroristas). Hay que preguntárse por qué hacen lo que hacen. Porque viven en guetos, aparte de la sociedad francesa, porque los negros entran en una tienda y el dueño se cree que van a robar (y esto me lo contó un amigo francés, negro, este mismo verano, entre otras muchas cosas. Un chico preparado, de clase media-alta y no de un gueto, pero que hubiera preferido ser blanco y de padres franceses, porque se sentía en inferioridad de oportunidades).

Hay gente que sólo ve la violencia actual y no se para a pensar en todos los años de desprecios que habrán tenido que soportar los inmigrantes, y sus descendientes, estos ya franceses con todas las de la ley. Pero de la ley a la práctica hay a veces un trecho muy grande.

De verdad creo que incendiar coches de gente humilde no es tampoco una buena respuesta. Pero esto va mucho más allá del vandalismo desorganizado y de la violencia pura. Esto está muy pensado y masticado tras años de odio y de impotencia.

Escila -

Tal y como finaliza el editorial de El País, Francia es un gran país de cambios sociales, de revueltas. A lo largo de su historia hemos podido observar cómo gracias a ellos el sistema laboral comenzaba a gozar de reformas, y el sindicalismo era una forma de vida. Siempre silenciosos, con una inmensa diversidad cultural, el pueblo francés cuando habla, grita, y está volviendo a hacerlo. Los movimientos marginales, no olvidemos, son los más especiales y difíciles de paliar porque, a diferencia de revueltas como las que hemos vivido hace poco en nuestro país, por sectores, éstos no tienen nada que perder, no hay cómo negociar, y es que el cuarto mundo, si no tiene voto, tiene voz como todos. Ya tuvieron un aviso importante con los incendios de hace unos meses, en unas casas que no disponían de luz ni agua, habitadas por gente que no encuentra nada mejor. París es un claro ejemplo de la convivencia del lujo y la precariedad.

Zola -

\\\\\\\"Puesto que somos escoria\\\\\\\",dice Youssef, un joven de 25 años y que forma parte de una banda, \\\\\\\"vamos a dar trabajo en la limpieza a este racista. Las palabras hacen más daño que los golpes. Sarko tiene que dimitir. Mientras no se disculpe, vamos a continuar\\\\\\\"

Mientras tanto, \\\\\\\"Sarko\\\\\\\" y Villepin, además de permitir los toques de queda, envían 1.500 policías más porque, como dice Villepin,la prioridad \\\\\\\"inmediata\\\\\\\" y \\\\\\\"absoluta\\\\\\\" es ahora el restablecimiento del orden y la seguridad ante los actos \\\\\\\"inaceptables e inexcusables\\\\\\\" de violencia y vandalismo.
¿Se debe frenar la violencia con represión? ¿Es injustificada esta violencia?

\\\\\\\"No somos vándalos, somos rebeldes\\\\\\\", aseguran. \\\\\\\"En la banda todos estamos en el paro\\\\\\\", deplora Nadir, que explica que en los últimos meses ha enviado 100 currículos y sólo ha tenido tres entrevistas.
Puede que la injusticia social no se arregle prendiendo fuego a todo lo que tienen delante, pero tampoco la actuación policial va a acabar con los problemas.Esa gente sufre la marginación, el racismo y, la impotencia de sentirse en desigualdad. Lo que necesitan son solucciones a sus problemas y no ser arrastrados por el suelo en cacheos policiales. Lo que necesitan son medidas de integración y no más motivos para protestar.

Fran -

Todo estos sucesos vuelven a poner en primer plano los problemas del Cuarto Mundo, los pobres en los países ricos. Para que no olvidemos que la pobreza, marginación e injusticia no nos son ajenos y, sobre todo, lejanos. Los mismos principios de desigualdad dirijen nuestras sociedades "avanzadas". Esperemos que cuando vengan a por nosotros ya no quede nadie para protestar.