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J. C. García Fajardo

Nesemu: Peregrinos hacia la muerte

La fotografía de los supervivientes de la catástrofe sobre el Tigris es impresionante
Todos los que hemos estado en Bagdad conocemos ese puente por el que se atraviesa para ir a visitar la mezquita del Imán Musa Al Kadem. Formidable de estructura, amplia en sus patios y de una riqueza en el sepulcro de plata y oro sorprendente para los seguidores del profeta que no sean chiíes. Allí van cientos millones de peregrinos (en esta ocasión se esperaban tres millones ¡en plena guerra!)caminando durante días y animados por sus dirigentes. Al llegar al sepulcro luchan por tocar las rejas doradas, por besarlas para poder pasar después sus manos por el rostro. En el Islam originario u ortodoxo no se pueden venerar ni las imágenes ni los sepulcros ni reliquias alguna. Los chiíes sí lo hacen, así como otras sectas del Islam que veneran a hombres santos en sus morabitos.
Esas multitudes exaltadas mueven a la reflexión: ahí sí permioten ir a las mujeres, que cargan con la comida bajo sus túnicas, a los ancianos y a los niños. Siempre se producen accidentes pero, como es en la peregrinación a la tumba, pues se van directos al Edén...
A quienes desde Occidente critican por fanáticas esas concentraciones manipuladas por los dirigentes religosos que así pueden mantener dominado por el temor al pueblo conviene recordarles las concentraciones que tabnto gustaban y necesitaba el último Papa, o Lurdes, Fátima o Santiago. Mejor, callados.
Pero para los responsables de la comunicación es bueno disponer der información fidedigna acerca de esta secta del Islam que controla el enorme país de Irán y el 60% de la población de Iraq. Ahí radica su fuerza sostenida en las últimas décadas por el petróleo.
Adjunto un texto de G. Fourmont que hoy publica El País por su seriedad y su precisión:

Uno de los lugares santos del chiísmo

El millar de personas que fallecieron ayer eran todos peregrinos que estaban de duelo y que conmemoraban la muerte de Musa al Kadim, el séptimo imán del islam chií, asesinado en 799 por los abasíes. La mezquita que lleva su nombre, hacia donde se dirigían los peregrinos, es un mausoleo donde Al Kadim fue enterrado y uno de los santuarios más sagrados para la comunidad chií, que constituye el 60% de la población de Irak.

La muerte del profeta Mahoma, en 632, deja una incógnita en la comunidad islámica que marcará el principio de grandes divisiones en el islam: la sucesión. Alí, primo y yerno de Mahoma, se considera el heredero legítimo al haber sido uno de los familiares más cercanos del profeta. Son finalmente tres notables quienes son elegidos califas, es decir líderes espirituales y temporales de la comunidad: Abu Báker, Omar y Otmán. Tras la muerte de éste, en 656, Alí se convierte en el cuarto califa del islam. El gobernador de Siria y fundador de los Omeyas, Muauiya, contesta la autoridad de Alí y se autoproclama califa.

El asesinato de Alí, en 661, marca la ruptura entre los que serán calificados de chiíes y suníes. Chiísmo viene de la expresión Shí'at Alí, el partido de Alí en árabe. Sus hijos, Hasán y Husein, instigan una rebelión contra el poder omeya y mueren en el campo de batalla en Kerbala, al sur de Bagdad, en 680. Para los chiíes, los califas suníes en el poder son "usurpadores". Alí y sus hijos se convierten en santos y su martirio es un hito fundamental del chiísmo que los fieles conmemoran cada año con procesiones de penitencia.

Musa al Kadim fue el séptimo imán chií, descendiente directo del profeta Mahoma y depositario del sentido escondido del Corán revelado a Alí por Mahoma. La mayoría de los chiíes son duodecimanos; esperan el regreso del duodécimo imán, el Mahdi, "escondido" desde que desapareció misteriosamente en 874, que debe traer felicidad y justicia.

Nacido en 745 en la localidad de Abua, entre La Meca y Medina, en el oeste de la actual Arabia Saudí, Al Kadim es hijo de Yafar al Sádeq, sexto imán, y una esclava de origen bereber. Hereda el cargo de su padre con sólo 20 años. Al Kadim no sobrevive a la persecución a la comunidad chií por parte de la dinastía abasí suní. El imán fallece envenenado en una cárcel de Bagdad con 55 años.

El califa Harún al Rachid expone su cadáver en un puente de la capital iraquí para humillar a los chiíes. Musa al Kadim es enterrado en un lugar fuera de Bagdad al que luego prestará su nombre: Kadimiya. La peregrinación a su mausoleo, prohibida bajo el régimen de Sadam Husein, es una de las más populares de Irak.//

También quiero añadir un excelente editorial del mismo periódico:

Pánico sobre el Tigris
El miedo y la inseguridad que reinan en Irak favorecieron ayer el mayor desastre desde el inicio de la guerra cuando una estampida humana llevó a la muerte a más de 800 peregrinos chiíes de las decenas de miles que se dirigían a través de un puente a la mezquita del imán Musa al Kadem, en Bagdad, tercer santuario sagrado del chiismo.

El pánico se desató aparentemente cuando corrió la voz de que había un terrorista dispuesto a inmolarse entre la masa de peregrinos que cruzaban el puente sobre el Tigris. La mayor parte de los fallecidos son mujeres y niños, pisoteados, ahogados o destrozados al tirarse al río. Desde Londres, la presidencia británica de la UE afirmó que la tragedia había sido "provocada por el terrorismo". En cierto modo es así, porque ha sido el miedo, la materia con la que opera el terrorismo, lo que ha provocado la tragedia.

Este miedo había llevado a que sólo 250.000 personas tomaran parte este año en el peregrinaje a la tumba del imán. Un ataque con mortero, una hora antes, reivindicado por un pequeño grupo suní vinculado a Al Qaeda, terminó con la vida de siete chiíes en las proximidades de la mezquita. Las autoridades reconocieron también que, pese a las alertas lanzadas, varios peregrinos habían muerto al beber o comer alimentos envenenados que habían adquirido por el camino. El miedo se respiraba en el ambiente...

Proteger a tantas personas en tales circunstancias -eran tres millones las que esperaban las autoridades- es difícil. Avalanchas humanas han ocurrido en otras ocasiones, como en 1990 en un túnel cerca de La Meca en el que murieron 1.426 peregrinos. Pero la de ayer es fruto de la situación iraquí. Nadie garantiza ahora la seguridad de sus habitantes. Las fuerzas autóctonas que intentan formar EE UU y sus aliados son aún escasas, y el propio Ejército americano, cuyos soldados tienden a exponerse lo menos posible, tampoco da más de sí. El miedo incontrolable es el que dicta la ley del caos.//

Cuando existen medios que tratan con tanta profesionalidad los temas es de justicia reconoerlo y compartirlos.
Nesemu

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