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J. C. García Fajardo

Nesemu: Si esto sigue así, que paren que me bajo

Hoy hemos visto en todos los telediarios la parafernalia impresionante de 50 obispos concelebrando con un atrezzo digno de mejor causa. Traté de imaginarme allí a aquel Jesús de Nazareth con su madre al lado. Me he sentido algo mal. Es la moda del espectáculo que tanto gusta al Vaticano y que se extiende como una peste por el mundo que pretenden reevangelizar. ¿Dónde están lospobres, los enfermos, los presos, los marginados de los que hablaba el Rabí y por los que tomó partido rompiendo con el fariseísmo de los sepulcros blanqueados, como él mismo llamó a los sacerdotes ¿de entonces? Me siento mal. Juan Pablo II, Benedicto XVI, Curia, Teologíoa de la liberación, opción preferencial por los pobres (Conferencia de Puebla), colonialismo, conquista, Inquisición, Ïndice de Libros prohibidos... ¿no se había puesto todo esto en entredicho durante el Concilio Vaticano II promovido por el Papa Juan XXIII? ¿Quién segó la viña, quién podó los sarmientos, quién silenció a los profetas y testigos de otro mundo más justo y solidario? En este caso preferiría que no hubiera debate. Bastaría con leer cualquier pasaje de los Evangelios y poner como post alguna frase, alguna cita, algún ejemplo de ese hombre admirable. Así sabríamos a qué atenernos cuando excomulguen, condenen y amenacen.
Aquí abajo va la crónica que, para El Mundo, escribió Javier Ortega. Que cada uno pondere los datos fidedignos facilitados por la autoridad competente del arzobispado de Zaragoza.
¡A estas alturas de la película y con la que está cayendo!
Nesemu

//La Virgen de las 60.000 joyas

Como cuenta Javier Ortega en su reportaje de El Mundo, los joyeros nunca habían visto tantas joyas juntas. Algunas están clasificadas por su ilustre origen: un enorme brillante mandado por la reina María Cristina; otro más pequeño recogido en casa de la marquesa de Rafol; unas perlas de la condesa de Orgaz; un broche de la marquesa de Almanzor...
Los operarios trabajan frenéticamente. Tienen que clasificar, desmontar y engarzar 60.000 piezas llegadas desde todos los puntos de España para, en 45 días, hacer la corona más impresionante que jamás haya visto el ojo humano. Aunque su destinataria no sea precisamente humana. Se trata de una estatua, inmortal como todas, de una virgen, la Patrona de España, la más venerada: la Pilarica.
En el viejo taller de la calle de Espoz y Mina, a pocos metros de la Puerta del Sol madrileña, 33 operarios trabajan día y noche en esta obra de artesanía. Hacen turnos, comen ahí mismo, se dejan los ojos cincelando y dando forma a las pequeñas formas del tesoro. Las piedras han llegado gracias a la labor de unas señoronas de la alta sociedad madrileña, encabezadas por la marquesa de Cubas, la condesa de Gondomar y la marquesa de Aguilafuente, para ofrecer a la Virgen del Pilar una gran corona. Para ello han hecho una campaña nacional pidiendo donaciones en especie (o sea, joyas) a todo aquel que quiera y pueda hacerlo. Y, a la vista del resultado, la respuesta fue abrumadora.
El que los dirige es un joven de apenas 18 años, Ramiro García Ansorena, excelente dibujante y encargado por su padre -dueño de la Casa Ansorena, la más prestigiosa firma de joyeros españoles de la época- para diseñar la más definitiva de sus obras de arte.¿Su inspiración? Algo tan aparentemente banal como los motivos forjados en los balcones de hierro madrileños.
Y no es una labor fácil. Todos los que respondieron al llamamiento de estas damas quieren que su donación aparezca físicamente en la corona. Quieren verla, tocarla y decir: /aquella piedrecita de allí es mía.../ Así, poco a poco, las alianzas, broches, pulseras, pendientes, medallas, cadenas, relojes, petacas y cadenas de todo tipo van transformándose en delicadas y sutiles piezas de orfebrería que ni sus propios dueños reconocerían.
Estamos en mayo de 1905 y la coronización de la Virgen está prevista para mediodía. Aquella mañana se escucharon 21 cañonazos a modo de salvas y repicaron las campanas de todas las iglesias de Zaragoza y de España entera. El cardenal Soldevila, en nombre del Papa, con la presencia del Nuncio, las autoridades, los representantes de los Reyes y el Episcopado español en pleno, procedió a colocar la corona pensada por los Ansorena sobre la cabeza de la Virgen, en medio del júbilo de los casi 50.000 peregrinos llegados a Zaragoza para el evento.

UNICA EN EL MUNDO

La corona, está considerada por los especialistas como una de las obras más importantes de la orfebrería europea de la época. Hoy tiene un valor incalculable y, sin duda, es el mayor tesoro artístico español.Elena Mato Ansorena, nieta del diseñador, dice que /es la obra cumbre salida de esta joyería, tanto por la calidad de ejecución como por la riqueza que tiene, con la añadidura de su valor artístico y su significado espiritual/.
Poco antes de la coronación, la obra fue expuesta en el palacio episcopal y visitada por miles de madrileños antes de ser llevada a Roma para ser bendecida por el Papa. Cuentan que Pío X quedó tan impresionado por su belleza artística y la generosidad de los españoles, que regaló al cardenal Soldevila su cáliz de oro y esmaltes, con el que acababa de celebrar misa, para que figurase en el museo del Pilar, y concedió indulgencias a la basílica y a los peregrinos. Ese mismo cáliz se empleará hoy en la prevista misa del Jubileo.
La Pilarica tiene una docena más de coronas, pero ninguna como la grande, la buena, la que sólo lleva en las grandes ocasiones.Las otras son de diario o están en el joyero, el tesoro, el museo pilarista, que pasa por ser uno de los más ricos de todos los templos españoles. Alberga miles y miles de joyas, piezas de orfebrería, procedentes de legados, donaciones de gente anónima u ofrendas de reyes, papas y potentados.
Unas se exponen en vitrinas y otras se guardan bajo tres llaves en el museo secreto. Es un habitáculo de difícil acceso en donde hay 10 cajas y tres maletas que abarcan más de cinco siglos de la historia del Pilar y de la joyería española y europea.
Hay piezas en todos los metales y piedras preciosas y en las más diversas formas como colgantes, pendientes, broches, veneras, pulseras, alianzas, collares, cadenas, dijes, joyeles, medallas, portapaces, mantones, mantos (hasta 450 donados por instituciones y particulares, toreros y deportistas), abanicos, cálices, imágenes, candeleros, relojes, monedas, cubertería o rosarios.

Algunos de estos objetos son especialmente significativos, como el bastón y el broche nupciales de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, ofrecidos a la Virgen por salir ilesos del atentado que sufrieron el día de su boda. El águila en oro y diamantes de Amadeo de Saboya. El rotulador de oro con el que Juan Carlos I sancionó la Constitución. La corona de oro y brillantes que regaló la Reina Sofía en el primer viaje de los monarcas nada más ser proclamados en 1975. Felipe II donó en 1596 dos ángeles de plata, que hacen guardia de honor a la imagen de la Virgen.
Otra sección está dedicada a las donaciones de papas, cardenales y obispos, donde están los cálices de San Juan de la Cruz, San Pío X y Juan XXIII o el solideo de Juan Pablo II. Cada pieza tiene su anécdota o historia, reflejo de la devoción popular, y las hay curiosas como el arco del violín de Sarasate o unos pendientes de oro de Evita Perón.
Al valor histórico-artístico y sentimental del tesoro se une el económico. Nadie se atreve a dar una cifra concreta. De poderse tasar estaríamos hablando de cifras multimillonarias e inimaginables.El joyero ha sufrido mermas debido a los expolios, el más grave tras la invasión francesa, y a las subastas para terminar o arreglar el Pilar. Así, en 1979 se subastaron 110 piezas con un precio de salida de 3 millones de pesetas; en 1980, 207 lotes y una base de 20 millones. En 1982, con motivo del viaje del Papa, salieron 27 lotes a 34 millones. Siempre se subastaron piezas que no tuvieran valor histórico y artístico. Todo por la Patrona//

No olvidemos que la Virgen del Pilar tiene bastón y fajín de Capitán General del Ejército español y, por lo tanto, derecho a que se le rindan honores militares y a que se interprete el Himno Nacional... en el Año 2005 de la Era Cristiana.
Nesemu

3 comentarios

MaRtA -

Si consigue que paren, yo también me bajo.
La iglesia hizo y hace un negocio de la muerte de Jesús En su nombre se están forrando curas, obispos y papas. Lo peor es que su ideología tiene éxito y la idolatría de los santos aún dá dinero en nuestros días. Algo falla y no consigo descubrir qué.

tano -

...y si Jesús de Nazharet levantará la cabeza...volvería a bajarla al comprobar las atrocidades que se han hecho y se hacen en su nombre. Es una pena que el poder económico de la iglesia se malgaste en joyas, lujos y show vaticano mientras África y medio mundo se muere de hambre...y lo que mas me duele, grandes donaciones están en Iberoamérica donde la gente da mejor de comer a sus curas que a sus hijos.

Pablinator -

Aunque pueda parecer demagogia, no puedo resistir el preguntarme: ¿Cuantos pobres en el mundo podrían comer con la "pobreza" de la Iglesia?