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J. C. García Fajardo

¿En qué desgracia hemos caído que el Primer Ministro de Italia ¡pide a la iglesia! que declare pecado la evasión fiscal?

El primer ministro italiano, Romano Prodi, reclamó  a la Iglesia católica que contribuya en la lucha contra la evasión fiscal y la declare pecado. “Un tercio de los italianos evade impuestos, ¿por qué, cuando voy a misa, casi nunca se toca el tema en las homilías?", se lamentó. Ni tantos otros, como la participación ciudadana, la responsabilidad social, la fabricación y venta de armas a países empobrecidos, el blanqueo de dinero del narcotráfico y del crimen organizado por nuestros bancos que sí financian “obras sociales de la Iglesia”, casan con pompa y boato a las familias de sus Consejeros, no alzan la voz ante la mayor “bomba de destrucción masiva” que es la explosión demográfica. Antes al contrario, viven obsesionados por el condón, por una falocracia y un faloteísmo que les fascina… miren la etimología de “fascinar”… como para millones de hindúes: el Lingam o Falo Poderoso y Totémico que “veneran” con todas sus consecuencias y por las razones obvias. Así podríamos estarnos horas en un diálogo respetuoso pero que llame a las cosas por su nombre, conversando (cum versare, verternos juntos, no se me alteren y mantenga el humor).
La campaña de Prodi contra la evasión fiscal es una de las medidas más impopulares del Ejecutivo. Según sus cifras, el coste de la evasión fiscal supera los 100.000 millones de euros al año (7% del PIB italiano). En la entrevista, el primer ministro destacó que sólo 300.000 contribuyentes italianos declaran ingresos superiores a 100.000 euros al año. "Cambiar esta forma de pensar depende de todos, incluyendo a la Iglesia", aseguró.
Pero ¿acaso no sabe el católico Prodi que los más autorizados textos de la Moral católica, que se enseña en sus universidades, sostienen que defraudar al fisco no es pecado? Así como suena. Aceptan las “restricciones mentales” del contribuyente defraudador y aceptan “las compensaciones internas” del mismo. Por ejemplo, yo defraudo x millones a Hacienda pero hago una buena obra, o doy limosna  a la Iglesia para sus obras, que "ella sí que sabe en donde meter el dinero"… y no este Estado laico, de rojos, de ateos, de socialistas, de librepensadores, de comunistas, de volterianos, de anarquistas, de inmorales…que nos gobiernan “gracias a lo que pasó en Atocha”...
Amigos bloggers, si yo les contara las cosas que oigo, no escucho porque me levantaría y la armaríamos, en la piscina a los grupos de señoras y a los de sus hijos y nietos comentando ciertos programas de la COPE… Por supuesto, por aquí no veo ejemplares de El País sino de otros, aunque pocos porque "leer"... y tengo que aguantar que, durante el desayuno y la cena, en la terraza ¡los ilustres vecinos tengan la COPE de los Obispos con sus comentarios! Por supuesto que nunca la encienden cuando no se trata de política. Tienen todo su derecho, pero resulta de Aurora Boreal que un Primer Ministro, ¡a estas alturas! Utilice conceptos como el de “pecado” (¡ofensa a Dios, volver a crucificar a Jesús en la Cruz, condena eterna! Como si se tratase de una gayola adolescente, que esto sí que es pecado mortal y de los que llevan al infierno eterno y te quedarás calvo (pobre de mí), y te volverás loco, y tísico (decían)… A estas alturas, que un Presidente de una potencia como Italia utilice estos argumentos me llenan de pasmo, y de preocupación. Pues, señores bloggers, para esto entre otras cosas vitales y fundamentales es necesario que el Estado de ocupe de la Educación para la ciudadanía. Es una función esencial que pertenece de raíz al Estado por tratarse de la Cosa Pública. Las confesiones religiosas pueden seguir predicando a sus adeptos, fieles o secuaces, la moral suya que estimen conveniente, siempre que no atente a los principios consagrados en nuestra Constitución, y sin inmiscuirse en las responsabilidades que competen al Estado. Y eso como ciudadanos, y sin inadmisibles privilegios, injustos y anticonstitucionales que  traen su causa de los Acuerdos con el Vaticano, basados en un Concordato anterior a la Constitución de 1979.
Se acabó la “patente de corso” y la impunidad inadmisible en democracia que detentan la Conferencia Episcopal y su emisora sectaria e infame (en el auténtico sentido del término, pues no he visto a nadie ni a institución alguna, en Democracia, infamar, insultar, calumniar, tergiversar y “pecar” como lo hace la COPE de los Obispos. Si ellos manifiestan con sus actos que ya no hay veda... pues vengamos a la palestra, aquí de la razón y de la inteligencia, del pensamiento ilustrado y del compromiso con la Justicia y con la Ética. Nada de armas. Nos basta con la palabra y con no dejar de ejercer nuestros derechos cosntitucionales.

 

2 comentarios

Agustín Moreno -

Da pena leer estas cosas... y mientras tanto, la curia del Vaticano, sostiene a la Conferencia Espiscopal española en su ataque continuo y descalificador al Gobierno y a todo lo que signifique libertad de conciencia. La COPE y las prensa afin al PP están jugando con fuego.

Sdan -

Por eso, y por otras cosas -no sé si mejores o peores-, el Economist sacó a Italia de su lista de "democracias plenas".