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J. C. García Fajardo

En el Polo Norte Rusia no va de farol, mientras EEUU inunda Oriente Medio de armas


Rusia no hubiera dado ese paso de reclamar un millón de kilómetros cuadrados bajo el Polo Norte sino estuviera de acuerdo con EEUU en el reparto del Polo Norte: EEUU, gracias a la compra de "un terreno helado" que hizo en su día al zar, tiene Alaska y con ellas la posibilidad de ampliar el límite de su soberanía hasta las 200 millas marinas, lo que le supondrá mil kilómetros más desde la frontera de Alaska. ¿Se imaginan en prospecciones en busca de petróleo, gas, oro, diamantes, níquel y otros recursos naturales? Mientras EEUU inunda Oriente Medio de armas por 46.000 millones de dólares (para Israel, Egipto y seis países árabes) más los grandes siguen actuando como en pleno siglo XVI en la conquista de América y de África, y así han continuado sin respetar derecho fundamental alguno. Parece como si "el mundo" -Polo Norte, Antártida, Polo Sur- estuvieran ahí esperando a que los grandes aposenten en ellos sus banderas, y sus soldados. Es increíble tanta desvergüenza, y la ONU respalda esas acciones por la Convención de Derecho Marítimo de 1982... que los EEUU todavía no han firmado, pero que lo harán enseguida porque les conviene. El Estado Palestino puede esperar, por "eso" la teocracia despótica y tiránica de Arabia saudita seguirá siendo uno d elos más grandes compradores de armas a EEUU... increíble, pero cierto.
Decía el Maestro Confucio, hace dos mil quinientos años, que para recuperar la paz como fruto de la justicia era menester recuperar el sentido auténtico de las palabras, llamar a las cosas por sus nombres. Hace casi un siglo, el filósofo austriaco Wittgenstein nos recordaría que “los límites de mi lenguaje son los límites de mi propio mundo”.
Vivimos bajo la opresión sin disimulo de una gestión de la globalización que crea situaciones de injusticia, de miseria y de guerra. Y la sociedad civil tiene que defenderse por todos los medios, so pena de perecer en una loca huida hacia la desintegración social.
Ya nadie confunde el “fenómeno global”, con las conquistas de la técnica y los avances de las ciencias, que son un hecho, con la “globalización” como actitud de los poderes económicos y financieros que han convertido al mundo en un inmenso mercado. Un poder sin sociedad y sin fronteras, ni respeto por tradiciones, por culturas seculares y por el medio ambiente. La democracia está amenazada por el poder de los mercaderes apoyados en la hegemonía de EEUU que, más bien pronto que tarde, sufrirán en su carne los efectos de este monstruo ingobernable por inhumano.
Los actuales dirigentes de EEUU afirman que no hay fronteras finales ya que la seguridad en la defensa de los intereses norteamericanos, en cualquier lugar del mundo, justifica cualquier acción económica, política o militar.
Todo lo cifran en mantener la prosperidad de EEUU y de sus aliados, en aumentar el poder de la OTAN “desarrollando nuevas capacidades y preparándose para nuevas misiones fortalecida por nuevos miembros”, cueste lo que cueste, “al haber adoptado un nuevo concepto estratégico para responder a todas las amenazas”, cuando esa prepotencia con la máquina de guerra jamás soñada constituye la mayor de las amenazas. Su justificación de que es preciso ese liderazgo mundial como eje de una economía global en expansión “contra las armas de destrucción masiva”, oculta que ellos tienen los mayores arsenales del mundo.
Lo mismo sucede con la amenaza del narcotráfico cuando son los mayores compradores de drogas y sus entidades bancarias los más grandes blanqueadores de sus beneficios.
Junto a logros indiscutibles, no se pueden ocultar las graves deficiencias del sistema norteamericano: su enorme deuda, sus bolsas de pobreza, sus poblaciones marginadas, su récord en población carcelaria y en asesinatos legales después de la tortura psicológica en los corredores de la muerte.
La seguridad no se puede conseguir a cualquier precio, confundiendo la paz con el silencio de los cementerios

1 comentario

simona cardona -

entonces que el mundo entero se acabe de podrir por falta de responsabilidad, gracias a estas potencias de la miseria que solo quieren el beneficio propio.