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J. C. García Fajardo

Prestaciones a grandes dependientes: esto me interesa infinitamente más que las andanzas de las alimañas. Para esos criminales, toda la firmeza del imperio de la Ley en el Estado de Derecho. Sin vacilaciones ni mandangas. Fracasó el necesario intento de diálogo, ahora: sin contemplaciones

Los 200.000 grandes dependientes que se calcula que viven en España y sus familias ya saben a qué atenerse. El Gobierno fijó ayer las ayudas a que tendrán derecho: si la atención la presta una persona especializada, recibirán 780 euros en el caso de que se tenga un grado de dependencia de nivel 2 (el más grave) o 585 euros si es de nivel 1. Esta medida beneficiará sobre todo a inmigrantes, ya que estudios recientes apuntan a que son ellos los que se encargan, en un 90% de los casos, a atender a personas dependientes. Falta por saber si se les considerará "personal especializado".
Cuando sea un familiar quien cuide a la persona -lo que es muy frecuente-, recibirá 487 euros mensuales (más 74 que se dedicarán a pagar su Seguridad Social) para los dependientes de nivel 2, o 390 euros -Seguridad Social aparte- para los de nivel 1.
Con el real decreto que se aprobó ayer se cierra la discusión que han mantenido hasta la fecha el Gobierno central y las comunidades autónomas. El importe de las ayudas deberá ser sufragado a partes iguales por ambas administraciones.
El Consejo para la Dependencia (el organismo de coordinación entre los gobiernos central y autonómico) ya da por descontado que con este dinero no se podrán cubrir en algunos casos todas las necesidades de los beneficiarios, y ya incluye la posibilidad de que parte de la asistencia sea sufragada por las personas dependientes o sus familias en función de sus ingresos.
Las cantidades decididas ayer deberán cubrir los siguientes servicios -siempre en función de las necesidades de la persona-: teleasistencia, ayuda a domicilio (entre 70 y 90 horas mensuales en función de la gravedad), plaza en un centro de día o de noche, plaza en una residencia, y servicios de prevención y promoción de la autonomía personal. Para acceder al sistema de dependencia, los ciudadanos deberán solicitar a los servicios sociales de su comunidad autónoma una evaluación. La acreditación expedida en una comunidad tendrá validez en todo el Estado. Las personas interesadas pueden informarse en el teléfono gratuito 900 40 60 80.

 

4 comentarios

JMMG -

Ay madre, que inocente es la gente que concurre a éste blog algunas veces...
¡¡¡La ley de dependencia es PURA FARFOLLA LITERARIA del "gobierno"!!!Pero cómo es posible que haya gente que alabe este disparate cuando no ha sido refrendado por la TOTALIDAD del Parlamento???Y sobre todo, vamos a preguntar a los "beneficiados" por ésta ley. Mujer de 67 años viuda recibe una pensión que no llega a los 400€. Hombre discapacitado que depende de su vehículo automóvil para desplazarse tiene que exigir en las estaciones de servicio que le llenen su depósito debido a su incapacidad. La ONCE poniendo trabas a los pobres vendedores para mantenerles el puesto. Es que todo esto va a cambiar gracias a la ley ZP de dependencia??Venga hombre, a otro perro con ese hueso...

Edu -

Por cierto, y sobre el título del post con el que estoy absolutamente de acuerdo. En los últimos meses parece que el único problema de españa es el terrorismo, es un gran problema, desde luego, pero no hay que perder de vista el resto de asuntos que nos atañen igual o incluso más como son la vivienda, la educación o el paro, por citar algunos...

Edu -

Me parece una medida a tener en cuenta y que seguro las personas dependientes y, sobre todo las que las cuidan acogerán bien. Pero bajo mi punto de vista no es aportando dinero a quienes cuidan a los dependientes la mejor forma de abordar el tema de las prestaciones a los dependientes, sino creando puestos de trabajo para profesionales especializados que se ocupen personalmente de estas personas como se hace en otros países del norte de Europa.
Aún así es un buen comienzo.

Belén -

Por fin las personas dependientes cuentan con el apoyo y la ayuda que merecen por parte del Estado.

Menos mal que los malintencionados no han logrado destruir lo que es, sin lugar a dudas, el cuarto pilar del bienestar.