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J. C. García Fajardo

La compasión no basta

Ante el 20 aniversario de Solidarios para el Desarrollo, se agolpan en mi mente retazos de una vida empleada en animar a otros a luchar por la justicia, por el compromiso y por las propuestas alternativas.
Se entiende por solidaridad el sentimiento del que se considera unido a la causa de otro. Uno se siente interpelado y movido a la acción. Es la intuición de que se está cooperando con la justicia más radical.
Somos seres naturalmente sociables que podemos mejorar el bienestar de la comunidad y el propio. Por eso, la mutua solidaridad incrementa lo mejor de cada uno para el servicio de los demás.
Al profundizar en la dimensión antropológica de la solidaridad, esta se expresa como una necesidad de restaurar la unidad de derechos originaria.
No es de extrañar que el voluntariado se plantee como plataforma de reivindicación de justicia para que la solidaridad sea algo real. La compasión no basta, aunque sea esencial para el compromiso.
Como ser joven es mantener la capacidad de asombrarse y de comprometerse en una actividad que supere nuestra contingencia, el auge del voluntariado social ha encontrado entre los jóvenes un apoyo solidario y generoso. Se saben en el umbral de la Utopía, no más allá, porque todavía no se conocen las leyes del caos. Pero son capaces de imaginar escenarios que ellos harán posibles, porque son necesarios. Toda Utopía comenzó siendo una verdad prematura.
Hoy la situación de millones de seres humanos se hace insoportable y, con la complicidad de los medios de comunicación, nos sabemos vagabundos de Internet capaces de hacer realidad lo que soñamos. No sin causa esta ONG nació en la facultad donde se forman los periodistas.
Junto a las amenazas de grupos terroristas, se alza la esperanza de una sociedad más justa y solidaria, más consciente de que forma parte del medio ambiente y que constituye una fraternidad en la que nos sabemos “bandada de hermanos”. Admiramos a las personas capaces de comprometerse con ideales generosos y de superar ideologías que hacen del ser humano un objeto de mercado, de fascinación o de intercambio. No queremos ser considerados como “recursos” pues no somos objetos para fin alguno porque todo ser humano es un fin en sí mismo, y por lo tanto, de valor inconmensurable.
Los jóvenes rechazan la guerra, los paraísos fiscales, los grupos de poder que controlan un modelo de desarrollo inhumano e injusto en el que se confunde valor con precio. Se alzan cada día más numerosos contra la explotación del hombre por el hombre, y de los nuevos imperialismos sin imperios sobre el resto de la humanidad que habita tierras ricas en lo que ellos denominan “recursos”, buenos para ser explotados. Se alzan y protestan ante esta gestión financiera y mercantilista de una globalización para que los condenados del mundo hagan escuchar su grito contra la injusticia y construir unas formas de convivencia más cordiales y más humanas.
Desean participar en la cosa pública, sabiéndose cada uno igual a los demás y que, todos juntos, pueden más que los mandatarios que los gobiernan. En la sociedad de la comunicación ya no se puede engañar a muchos durante demasiado tiempo. Y los jóvenes lo saben y cada vez convocan a más personas mayores que corrían el riesgo de resignarse. Ni unos ni otros desean que sus descendientes sientan vergüenza de ellos porque, habiendo podido tanto, se hayan atrevido a tan poco. Ya es común la conciencia de que no nos juzgarán tanto por nuestros fallos como por silencios que nos hacen cómplices de crímenes contra la humanidad.
Saben que es posible la esperanza porque es posible decir no y ponernos en camino junto a millares de personas que no quieren resignarse. No se alzan contra la autoridad sino contra la prepotencia  de oligarcas, de fanáticos y de demagogos. Un sentimiento les invade de que hoy es siempre, todavía. Nadie nos había prometido que fuera fácil y, si nadie tiene que mandarnos, ¿a qué esperamos?
Vivimos tiempos hermosos en los que somos conscientes de que el ejercicio exclusivo del desarrollo integral de la persona y de la sociedad no compete ni al Estado ni a los partidos políticos ni a las diversas confesiones religiosas. Es el ser humano y sus opciones libres quienes deben ser los protagonistas de su desarrollo integral y el derecho a buscar la felicidad, pues el ser humano ha nacido para ser feliz. 
El voluntariado siempre será necesario porque aporta un plus de humanidad. Nos movemos acuciados por la pasión por la justicia y, en nuestra tarea aportamos la delicadeza en el modo y la firmeza en los fines.

José Carlos Gª Fajardo

7 comentarios

jose navareño garrido -

Lo ideal seria que no hiciese falta el voluntariado para luchar con y para los desfavorecidos.
Lo ideal seria que los mas poderosos fuesen los mas solidarios con el vecino, puesto que tienen mas recursos.
Lo ideal seria que las organizaciones fuesen gubernamentales en vez de no gubranmentales, en el sentido de que el gobierno tubiese un fuerte compromiso de apoyo, solidaridad y lucha porque la felicidad estubiese repartida mas equitativamente.
Pero como lo ideal no existe, solo nos quedan los voluntarios...

Sergio Martín -

Nosotros tenemos el poder para obrar el cambio, cada uno individualmente somos un motor fundamental para la transformación del mundo y debemos ser conscientes. No debemos plantearnos transformar en primer termino el mundo, ni la sociedad, ni siquiera nuestro barrio o a nuestra familia, somos nosotros los que debemos de comenzar por cambiar, debemos de darnos cuenta de nuestro poder y de la responsabilidad que este conlleva, del deber intrínseco que cada uno de nosotros tenemos de luchar contra aquello que creemos injusto, es hora ya de abrir los ojos y ver que a pesar de que algunos nos quieran hacer sentir débiles la fuerza de la razón acabara por imponerse a todas aquellas que quieren someterla. Debemos seguir caminando y si finalmente no alcanzamos nuestro objetivo, nuestros pasos habrán alisado el terreno para que otros nos sigan.

María Vindel -

Mi primer día como voluntaria estaba hecha un nudo de nervios, pensaba: ¿y si lo hago mal? Pero cuando entre por la puerta de aquella residencia de ancianos y ellos me recibieron con los brazos abiertos y con una sonrisa, todo cambio, los nervios se fueron. Estaba descubriendo que con un poco de mi tiempo podía arrancar unas cuantas sonrisas haciendo así sus vidas más llevaderas. Enorabuena a Solidarios por estas dos décadas, ya que, lo difícil no es empezar sino mantenerse.

Elia Pesquera -

Los jovenes nos hemos acostrumbrado tanto a que los tiempos de quejarse acabaron que nos quejamos por cosas que no se pueden remediar y dejamos estar las que si merecen la pena de verdad. No tratamos de cambiar el mundo sino de vivir aun más acomodados.Como puede ver me incluyo aunque no estoy orgullosa.
Saludos

Rôvënty -

Recuerdo mi primer viaje a Marruecos. En aquella reunión del grupo gestor Cristobal dijo: si todos intentamos estar pendientes de los demás para que nadie se quede en el camino, en vez de estar cada uno en busca de su propio bien tendremos a 55 personas pendientes de uno. Y salió el mejor viaje de mi vida

A. Olea -

Si la verdadera meta del ser humano es llegar a ser feliz y encontrar la libertad, qué mejor modo de hacerlo que buscando la dicha compartida. Al fin y al cabo, ¿acaso soy libre si mi hermano se encuentra todavía encadenado a la pobreza?

gelys martinez mendez -

"Toda Utopía comenzó siendo una verdad prematura." Que grandes son estas palabras y lo que con ellas se dice alcanza la magnitud de cambiar un mundo que se desmorona. En un mundo injusto, se necesita que las personas se alcen y que den replica a aquello que sucede. Una pequeña acción un día, puede mover un mundo entero. Ya no es algo que desconozcamos. Los humanos necesitamos de otros humanos. Y a pesar, de que parezca que el ser voluntario es solo dar para recibir, según mi opinión recibes muchísimo más de lo que puedes dar. Algo que solo tú puedes sentir, y que te hace crecer como persona. Hay textos que hacen reflexionar, y que uno se de cuenta de lo que tiene y hace en la vida. Este es uno de ellos según mi opinión. Dice mucho más entre líneas de lo que se puede leer. Saludos