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J. C. García Fajardo

Las palabras de un hombre justo que padeció un atentado de ETA y mantiene una actitud admirable

"Un dique frente al odio" es una gran entrevista que Pablo Ordaz hizo a Eduardo Madina, antes del miserable y despreciable atentado de ayer en Barajas. Eduardo no es "pariente" sino víctima de ETA él mismo cuando tenía 25 años, jugaba a voleibol en 1ª, había terminado sus estudios de historia contemporánea y ya trabajaba, al tiempo que sin emolumento alguno formaba parte de las Juventudes socialistas de Euskadi. Una bomba bajo su coche le arrancó una pierna y transformó su vida. Fue discreto siempre y se reincorporó a la vida social después de guardar su dolor con su familia y amigos. Con motivo del juicio, y porque nadie le había pedido permiso para sun entrevista fuera grabada, pudimos conocer la grandeza de ánimno, la coherencia y la hombría de bien de este hombre. A partir de ese momento tuvo que acceder a otras entrevistas y, si os tomáis un poco de tiempo y lo leéis o escucháis en Internet... es para descubrirse el sombrero. Ante personas así, es posible y necesario reafirmarse en la esperanza. Desde mi recuperación física y anímica, quiero ofreceros este regalo de Fin de Año para compartir uan forma de ser y de producirse que de todo corazón anhelo para el Año Nuevo. Un fuerte abrazo a todos. Nesemu

"Tenía 25 años cuando un atentado de ETA le trasladó a la madurez de golpe. La bomba dejó heridas físicas, pero nunca consiguió que entrara en el juego del odio. En el año del alto el fuego de la banda terrorista, este diputado socialista ha dado ejemplo de cómo luchar por un futuro mejor Se recuerda a sí mismo con 25 años, conduciendo hacia el trabajo, intentando ser feliz en un país lleno de fábricas de tristeza. Había terminado la carrera de historia contemporánea, trabajaba, hacía un máster y jugaba al voleibol en Primera División. También tenía un cargo sin sueldo en las Juventudes Socialistas de Euskadi. Por eso, cada mañana tenía que agacharse y mirar los bajos de su Seat Ibiza. El martes 19 de febrero de 2002 se levantó con el tiempo justo. Durante 10 kilómetros, todo fue bien, pero a la salida de una rotonda el vehículo estalló. ETA había colocado dinamita suficiente para terminar con su vida, pero su altura se confabuló con el destino, y “esos dioses podridos por los que desde hace 40 años se mata en Euskadi” sólo pudieron quedarse con su pierna izquierda. Durante cinco años, Eduardo Madina ha intentado que la metralla no llegue a su alma. De su tragedia y la de su familia –su madre murió de infarto a los pocos meses– sólo se ha sabido ahora, durante el juicio a los terroristas de ETA que intentaron matarle. Desde las pasadas elecciones, Madina es diputado socialista por Vizcaya.
Es usted una víctima rara.
Sí, yo soy un poco antihéroe.
¿Por qué?
Porque soy una víctima de ETA, pero no sólo eso. Cualquiera es la suma de muchas cosas; yo, también. A pesar de que ETA quisiera matarme un día. He intentado dejar todo en su sitio para que no sea ETA –o lo que ETA fabricó en mí el 19 de febrero de 2002– la que decida mis perspectivas, ponga mis filtros, genere mis críticas y construya mis pensamientos políticos, sino que sea yo. No de espaldas a eso. Con eso. Pero no exclusivamente con eso.
¿Cómo era usted antes del atentado?
Yo era una persona distinta claramente. Hacía deporte en Primera División nacional de voleibol, entrenaba prácticamente todos los días, tenía una sonrisa adolescente instalada en la cara a pesar de mis 25 años, una maduración tardía y lenta, como supongo que la mayoría de la gente de mi generación. Y aquello fue una especie de tránsito hacia la madurez sin etapas intermedias, de golpe, sin poder elegirlo. Fue una mañana de transporte en el tiempo. De repente, ETA me sacó de mi época y me llevó a otro lado.
¿Y cuál ha sido el proceso hasta ahora?
Sobre todo, íntimo. He procurado guardar mi intimidad de las miradas ajenas, porque no quiero poner mi condición de víctima al servicio de mis tesis políticas. Ser víctima no me parece un valor añadido a la hora de tener razón. Y a mí nunca me ha interesado sumar galones de sufrimiento. Ojalá no tuviera ningún galón. Daría todo lo que pudiera porque aquel día no hubiera pasado nunca. Y esos espacios, que eran míos, la cámara instalada en la Audiencia Nacional los hizo públicos porque yo los tenía que poner delante del juez para que pudiera sentenciar el caso. Nadie me preguntó si yo quería que esa cámara estuviera encendida.
Y si hubiera podido elegir.
Esa cámara hubiera estado apagada. Yo estaba hablando para el juez. Le conté, sólo a él, las conclusiones de cinco años de intimidad, de mi íntimo proceso de construcción y de comprensión de lo que me pasó aquel día. Cuando te ponen una bomba y te intentan matar, el proceso para salir de ahí es muy largo y muy difícil. Y es importante construir un dique interno para que no te inunden los odios que ETA busca, las pasiones que ETA genera o que busca generar en las personas a las que visita. Porque busca eso. Inyecciones de odio. Así que hay que poner diques internos para que haya zonas libres para el pensamiento, para el desarrollo humano. Llevo casi cinco años construyendo dentro de mí diques contra el odio.
¿Y de qué se construyen esos diques? Porque el odio, la rabia, hasta el deseo de venganza son pasiones naturales, inherentes al ser humano…
Sí, lo más normal es que se desencadenen esas pasiones cuando te pasa algo así. Pero con sus inyecciones de odio, ETA busca reacciones de odio. Y si ETA quiere buscar en mí a un jugador en ese juego, conmigo que no cuente. Que jueguen ellos y al que le dé la gana jugar con ellos. Pero no verán en mí ni una sola muestra de nada más que de absoluta indiferencia hacia los que intentaron asesinarme y hacia quienes el otro día estaban dentro de la jaula en la Audiencia Nacional. No han conseguido que juegue ni a un 10% del juego de odio, de violencia, de malas sensaciones que me propusieron el 19 de febrero de 2002. Jugaré a lo que yo quiera. Y de forma libre.
¿En ningún momento estuvo tentado de jugar a ese juego?
Al principio, en la UCI, todo eran llantos, todo eran odios, todo eran pasiones, incomprensiones. La racionalización de lo que ha ido pasando ha sido el proceso al que me he ido dedicando. Y no, no será ETA quien decida ninguno de los carriles por los que va a ir mi vida, más allá de lo que ya decidió sin que yo pudiera elegirlo la mañana aquella del atentado.
¿Cómo reaccionó su entorno, sus amigos de la universidad, del voleibol, a su atentado?
Hubo alguien que me dijo una frase enorme, sin duda con la que más me identifiqué: “No tienes que andar buscándole respuestas a algo que ni siquiera tiene preguntas”. Es una frase propia de alguien que tiene una perspectiva muy grande de la vida. Porque tan sólo ponerle un porqué, ya casi presupone la posibilidad de una justificación. Buscar preguntas del tipo ¿por qué a mí?, es egoísta, porque hay mucha más gente que ha pasado por lo mismo, y segundo, es presuponer que puede existir un porqué, y los asesinatos de ETA tienen pasiones, no razones. En Euskadi, durante 40 años, se han estado haciendo sacrificios humanos, tributos de sangre a dioses podridos y enfermos. Esas teologías no son racionalizables, son otra cosa. Y hubo también quien llegó al hospital y me dijo: “Quién te mandaría a ti matarte en política…”.
Será “meterte en política”…
Eso, meterte; qué equivocación más curiosa. Nunca se me había ocurrido, pero es hasta más acertado. “Matarte en política…”. El caso es que me hizo mucha gracia porque es como presuponer que un atentado es política, cuando un atentado de ETA no es política, y ojalá los periódicos hubiesen enviado cada uno de los atentados de ETA a las páginas de sucesos y no a las de política. Nos hubiese ido bastante mejor. Y además presupone que, estando en política, la posibilidad de un atentado pertenece a una especie de lógica, de juego de posibilidades, que te va casi en el sueldo, aunque yo no tenía ni sueldo… Pero en general recibí solidaridad plena. Todo me ayudó para salir de allí.
Hay víctimas que tuvieron problemas para volver a la vida.
Hay mucha gente que le ha costado, sí. A mí también me costó bastante. Sobre todo en lo relacionado con la movilidad. Las heridas hicieron que tuviera que reformular mis dinámicas de movimiento…
¿Y ahí no hay rabia…?
Hay, pero me la quedo yo, no se la enseño a ETA.
Algunas televisiones alternaron las imágenes suyas en el juicio con otras, de cinco años atrás, jugando al voleibol…
Imágenes que ya no se volverán a ver…
¿Y ni siquiera eso le provoca…?
Claro que provoca, pero lo he canalizado hace tiempo ya… Y sobre todo, cuando lo sentía de una forma muy efervescente, nunca le di el gusto a ETA de enseñárselo. Lo gestioné yo para mí, con mi gente, y lo canalicé y lo convertí en otra cosa… He procurado positivar la locura. El viaje al fin de la noche que es un atentado de ETA. Y bueno, hace algún tiempo que empezó a hacerse de día. Todavía no está del todo clara la cosa, pero cada vez hay más luz.
¿Por qué todavía no ha amanecido del todo?
Porque es un proceso largo, duro y difícil, que son tres términos que están muy de moda. Es un hecho de importancia trascendental, y su fabricación lenta, su cocción a fuego lento asegura más éxito que un proceso rápido y artificial…
Decía antes que le costó entrar en la vida…
Me costó en lo físico, pero volví pronto a obligarme a hacer todas las cosas que hacía antes y que podía seguir haciendo: trabajar, estudiar… Aquel año completé un máster de recursos humanos, hice la tesina, volví pronto a las Juventudes Socialistas… Y en lo que se refiere al verbo ser, que para mí está antes que el verbo hacer, volví pronto a estar con mis amigos, a salir por donde solía, a tener las conversaciones que tenía, a sentir las cosas que sentía… Todo eso me ayudó para ver que muchas facetas de mi vida sí seguían siendo posibles. A ellas me agarré y por ellas fui volviendo a rehilar todos los trozos de mi vida. Procuré volver pronto a los sitios donde estaba…
Pero con escolta…
Sí, claro, con escolta y sin libertad. Euskadi es una sociedad llena de escoltas. Ojalá hubiera un día internacional de la gente que protege a gente en Euskadi; se merecen un día y muchas más cosas porque han hecho un trabajo bien peligroso. Y ojalá ese día todos ellos fueran con un chaleco de colores chillones para que los biempensantes y los del jersey sobre los hombros del centro de Bilbao vieran el número de colores chillones que dan la nota en su propia ciudad y en su propio país. Ese día a lo mejor empezarían a tener una perspectiva más ajustada de lo que sucede. Yo, después de sufrir el atentado, no fui ajeno a eso, y me tocó ir con escolta. Y eso tiene una interferencia tremenda en tu vida, sobre todo en un chaval de 25 años. Pero ojalá me hubieran puesto escolta antes. Un añito antes…
¿Le habían ofrecido protección?
No, el gobierno vasco no me ofreció nunca escolta hasta que tuve el atentado.
¿Intuía que podía pasar?
Sabía que había algo echándome el aliento en la nuca que se llamaba ETA y que en cualquier momento me podía visitar. Recuerdo que era un tiempo en el que ETA intentaba matarnos –atentó tres veces contra miembros del PSE en tan sólo un mes, entre ellos yo– y a la vez el PP nos negaba la identidad española; nos decía que éramos unos traidores, unos pronacionalistas, que con Patxi López y Jesús Eguiguren nos íbamos a convertir al independentismo… Y a la vez ETA nos mataba. Yo sabía que ETA buscaba políticos sin escolta y dar duro contra el PSE en un momento de reflexión tras la dimisión de Nicolás Redondo. Tenía cuidado, miraba debajo del coche y por la ventanilla cada vez que salía del portal; pero aquel día no pude mirar, llegaba tarde al trabajo, y justo el día que no miras hay algo debajo. Pero esto da igual…, estaba muy escondida.
Manuel Montero, ex rector de la UPV, contó que un día un grupo de proetarras intentó lincharlo y sus guardaespaldas terminaron en el hospital. En la radio de su coche le andaban llamando equidistante, colaboracionista… ¿Le suena esa situación?
Sí, y es una locura. Una barbaridad. Si yo y otra gente no estamos de acuerdo con la normativa que el PP ha establecido sobre lo que una víctima tiene que hacer, decir y apoyar –y yo no estoy en eso ni voy a estar nunca–, entonces, casi por un silogismo aristotélico, nos convertimos en personas con síndrome de Estocolmo. ¿Cómo voy a tener yo algo que ver con quienes intentaron matarme si han cambiado mi vida y casi me matan?
El otro día apresaron en Francia a otro de los que participaron en su atentado, y seguía pidiendo guerra…
Sí, a grito pelado.
Y al día siguiente, ya había carteles en San Sebastián de solidaridad con él. ¿Qué es lo que sucede para que a una víctima le cueste tanto entrar en la vida y a los terroristas se les sigan dando homenajes a su regreso de prisión?
Supongo que son ceremonias tribales. La tragedia en Euskadi es que hay gente manipulada por otros para terminar convirtiéndose en unos asesinos. Sólo la ceremonia salva la insoportable levedad de los pretendidos argumentos que sujetan a quienes se meten en esa locura. Pero es verdad que en Euskadi se ha dejado campar a sus anchas a los que hacen ese tipo de ceremonias, al tiempo que se humillaba a sus víctimas. Nadie tenía ningún problema con tener de vecino a un chaval que llevara una camiseta de “Gora ETA”, pero todo el mundo tenía miedo de que en su escalera viviera un guardia civil. Eso ha pasado.
Y sigue pasando.
Nada que ver con los años ochenta, pero sigue pasando. Ha sido una especie de construcción política del extraño. Cuando quien vive a tu lado no es tu vecino o tu conciudadano de Bilbao o de San Sebastián, sino que es de otro sitio, o un guardia civil, o un periodista. Se construye al extraño. Y después se fabrica indiferencia política y distancia social. Ha pasado en Alemania y en otros sitios. No es nuevo. No hemos inventado nada nuevo.
¿Y por qué esas persianas cerradas al sufrimiento de los demás?
Algunos sectores del nacionalismo político, por equilibrismo, y en la calle, o por miedo, o por desidia, o por indiferencia. Pero el caso es que yo sí he estado en sitios, como mucha otra gente, llevando féretros por pueblos donde las persianas se bajaban en el momento en que pasaba la comitiva. Gente que ha dicho: eso no va conmigo. Serán o no conscientes, pero su conciencia jamás estará tranquila. Y me preocupa que algunos partidos de Euskadi jamás hayan sido considerados por ETA como un obstáculo a su proyecto totalitario. Nunca se han puesto enfrente de un modelo que pretende imponer exterminando al que considera que no tiene sitio allí. Porque eso somos las víctimas, la población sobrante del sueño por el que ETA mata. Estos partidos ¿no se preguntan a sí mismos por qué no han sido considerados un obstáculo para un proyecto fascista? Hace poco escuché a Josu Jon Imaz decir: “ETA ha enviado a una cuadra de fascistas…”. Cuadra de fascistas. Un término que nunca Arzalluz utilizó y que nunca utilizará Egibar. Y me gustó. Orienta bien al que a mí me parece un gran político, como Imaz, en la dirección en que su partido debiera haber estado mucho tiempo antes, pero que no estuvo. Si el ciento por ciento de la clase política hubiera estado unida contra el terrorismo, las cosas hubieran sido bien distintas.
¿Quién va a escribir la historia?
La historia ya está escrita. Algunos, como decía Albert Camus, han querido estar siempre al lado de los que han escrito la historia y otros hemos preferido quedarnos al servicio de quienes la han sufrido. Me parece una gran frase que para Euskadi es muy ajustada. Por eso ahora nos tocará a nosotros. Obligatoriamente, nos va a tocar.
La pregunta que muchos se hacen en torno al proceso de paz es cuánto se le va a pagar a ETA por dejar de matar.
Pero la gran pregunta no es ésa. La gran pregunta es: ¿qué vamos a cobrar de todo este tiempo trágico de violencia terrorista? No es qué vamos a pagar para que dejen el terrorismo, es cómo vamos a cobrar el haber pagado tanto durante 40 años. Por eso es absurdo pensar que la historia la van a escribir ellos. Quien pretenda adornar de causas históricas 40 años de sangre tiene un problema de psiquiatra.
Pero la percepción es distinta. Muchas víctimas, incluso algunas muy cercanas al socialismo vasco, dicen que viven en el desasosiego desde que el Gobierno abrió la posibilidad del diálogo con ETA.
La historia se escribirá sobre el testimonio del dolor. Y quienes acusan a mi partido de haberse olvidado de todo esto es precisamente quienes no saben que mi partido es especialista en sufrir fascismos de todo tipo, y que el PSOE enterraba a militantes asesinados por ETA años antes de que a Fraga se le ocurriera jugar al juego democrático. El problema es que hay una permanente tendencia hacia la monopolización de las cosas. Es decir, el único que asegura la respuesta al terrorismo es el PP, el único que tiene la llave de la definición de la identidad española es el PP.
Pero algo debe de estar haciendo mal el PSOE para que esa idea cunda…
Seguro, desde luego. Aunque desde el punto de vista del PP, casi todo. Lo que creo que hay es un profundo desconocimiento de los mecanismos de control que una democracia tiene con respecto a lo que el Gobierno hace. Ellos piensan que el Gobierno del PSOE está siempre traicionando a todo el mundo. Y en esta democracia, uno no puede traicionar a todo el mundo. Porque hay mecanismos de control que lo impiden. Segundo, no comprenden bien el significado de las instituciones del Estado. Siempre piensan que se están resquebrajando, que no son sólidas. No comprenden bien el sistema constitucional español. Creen que lo puede tirar abajo un presidente del Gobierno o un partido pactando con unos terroristas. Zapatero, aunque quisiera, no puede tirar abajo las esencias constitucionales de este país. Porque el Estado tiene límites, tiene frenos, tiene mecanismos de control, tiene líneas rojas que ningún Gobierno puede pasar.
¿Y cuál es el papel de las víctimas?
Hay que incorporarlas a la Constitución como uno de los valores de nuestro sistema democrático. Es decir, constitucionalizar el hecho de que tuvimos víctimas, de que hubo un proyecto que pretendió acabar con el sistema democrático matando gente, para imponer su modelo.
Y que no lo consiguieron porque esa gente aguantó…
Claro, por eso ese debate de vencedores y vencidos no tiene sentido. Ya hay vencedores y vencidos. Hemos vencido nosotros. Y han sido vencidos los que pretendieron imponer un modelo que nunca va a ser real.
¿Y tienen que pedir perdón? ¿Le serviría a usted que le pidieran perdón los que intentaron asesinarle?
Cuando uno pide perdón, supongo que es una acción hacia sí mismo, para curar su conciencia. No es una dinámica que me interese. Allá ellos con su conciencia y con sus formas de limpiarla.
¿Qué les diría?
No les diría nada. Si acaso, que leyeran. Mario Onaindia decía que en sus años de cárcel leyó todo lo que pudo, y que eso le hizo darse cuenta de las cosas en las que había estado metido. Su vida después estuvo orientada a todo lo contrario. Que lean dentro, que se den cuenta de lo que han hecho, y que algún día, cuando salgan, se dediquen a viajar, para ver lo grande y enormemente bello que es todo.
¿Son recuperables para la convivencia?
No lo sé. Habrá de todo. Desde gente como Yoyes, que pretendió serlo y no la dejaron, hasta gente que no lo será nunca. Lo que me interesa más es que el espectro social que ha puesto música de fondo a todo eso sea recuperable, no los Txapote, Iñaki Bilbao o Asier Arzalluz. Y ésa es la labor de Otegi. Si no lo consigue habrá fracasado.
¿Y por qué Otegi no se desmarca del pasado?
Porque Otegi llegó como el futuro Gerry Adams vasco en 1998 y no se ha convertido en un Gerry Adams.
¿Tiene tiempo todavía?
Yo creo que está ante su última oportunidad. Llegó para solucionar un “conflicto armado”, como él dice, un conflicto terrorista, y si no consigue acabar con todo eso y reconducirlo para que su gente tenga un referente institucional en el futuro de Euskadi habrá fracasado. Ante su gente y ante la historia. Y tendrá que preguntarse qué sigue haciendo dando ruedas de prensa todos los días. Convendría que hablara menos y que hiciera más.
¿Se imagina una vuelta atrás?
Se me hace difícil, porque psicológicamente estoy en otra cosa. Yo creo que ya no hay sitio. Hubo un sitio por la vía de la muerte. Yo creo que ya no hay sitio. Me cuesta pensar en la posibilidad de ETA otra vez generando titulares de asesinatos por atentados terroristas. Estamos en otro escenario. Y estamos con la cabeza en otra cosa.
¿Alcaraz representa el sentir mayoritario de las víctimas?
Alcaraz representa a la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que creo que tiene censadas, entre asociados y víctimas directas, a unas 3.000 personas de un cómputo total en los censos del Ministerio del Interior de 18.000. No más, pero no menos.
¿Le dolió que no estuviera en el juicio?
No, porque no lo esperaba. Nunca he recibido una llamada de solidaridad ni de este señor, ni de nadie de la dirección de su asociación. Sin embargo, unos días después, alguien me envió una imagen por Internet de Alcaraz dándole la mano a Ynestrillas en la puerta de la Audiencia Nacional, y entonces sí me dio pena que Alcaraz prefiriera la compañía de Ynestrillas a la mía. Pero bueno, no me dolió. De todas formas, tampoco he conseguido que Mariano Rajoy, que era ministro del Interior cuando ETA intentó matarme, pregunte qué tal estoy. Ni Acebes, ni Zaplana.
¿No le preguntaron?
No.
¿Ni le llamaron en su día…?
No, ni vino a verme nadie del PP al hospital. Nadie. Nadie entró en mi habitación y me dijo: hola, soy fulanito de tal, miembro, dirigente, cargo o lo que sea del PP; ¿cómo estás?, vengo a traerte la solidaridad de mi partido. Yo sé que la tengo, seguro, la solidaridad del PP, porque no puede ser de otra manera, pero nadie me la llevó a la habitación del hospital
.
¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar? ¿Estaría dispuesto a que quienes pretendieron asesinarle salieran antes de la cárcel?
Yo estaría dispuesto a llegar a un futuro escrito exclusivamente sobre justicia y sobre memoria. Que todo lo que se haga sea justo y se construya sobre el recuerdo. Ni una sola injusticia, ni un solo ladrillo colocado sobre el olvido. Y sobre esos dos carriles creo que hay mucho por construir. Estaría dispuesto a llegar hasta la última línea de ese relato. Pero exclusivamente sobre justicia y exclusivamente sobre memoria.

28 comentarios

Emma Bernardo -

Creo que "gracia" no es la palabra más oportuna; más bien diría pena. Pena por lo que ví y escuché. Irene Villa es una víctima más, y se merece un respeto como víctima y como persona. Un respeto que ella también debe tener; y si su comportamiento no es el más correcto, su condición de víctima no debe de protegerla de una crítica. Porque ante todo, debemos de ser críticos. Y la verdad, está por encima de todo.
Descalificar no es contar una vivencia; descalificar es llamar "TRAIDOR" y "ASESINO" a quién intenta un proceso de paz.
Esta es mi opinión y va seguida de mi firma.

Anónimo -

Este hombre piensa, humildemente, que su testimonio no tendría porqué haber salido a la luz. Pero por favor, a personas como él lo pondría yo frente a zaplana, acebes y toda la trupe que bocea "Rendición, en mi nombre no".

jose navareño garrido -

una vez mas en este blog, mi cabeza se pone a pensar y reflexionar, sobre cuestiones póliticas , dados los acontecimientos que !!!!!!!!podemos decir, la democracia es muy importante en nuestro país, y es sinonimo de libertad, de todos aquellos los ciudadenos que podemos libremente ir a votar, e igual deberia hacer el publo vasco, los cuales deben elegir dentro de las posibilidades que les dan, pero bajo ningun concepto se puede seguir el juego a ETA y hacer participe a los españoles de su ""democracia"""

Teresa Villar -

Estremecedora entrevista. Enviaría una copia a la cúpula de PP, y que ellos juzgaran por sí mismos lo que es la verdadera convivencia y sentir democrático. Es un ejemplo de fortaleza, entereza, madurez...es un ejemplo de democracia. Para mí es un modo de vida.

Leticia -

Aquí se demuestran los intereses que corren a lo largo de los inocentes. Todos que supuestamente apoyan a las víctimas no lo demuestran directamente sino en manifestaciones con televisión, periódicos, radio...
Señalo las palabras de justicia y memoria.

Silvie -

La verdad es que admiro la actitud de Eduerdo MAdina... yo misma nunca podría haberme mantenido asi de sereno... parace que no acepta ser la víctima que los etarras quieren que sea y eso le honra mucho. Es una buena postura y un ejemplo la verdad pero es muy dificil saber poner el odio de lado y por eso me temo que Madina será una de las grandes excepciones...

Ante el silencio de algún bloger -

Es curioso el silencio de algún abanderado de la España más radical ante este post. Será que algunos sólo tienen palabras para denostar y lanzar la piedra. Qué pena.

noemi -

¡Feliz año a todos!
Sorpresa, pena, alegría, culpabilidad, desasosiego, insatisfacción,... multitud de sentimientos tuve cuando el domingo lei la entrevista en el País Semanal, al igual que Eduardo Medina expresó lo que sentía. Escalofriante es oir su situación, el hecho de que haya perdido la libertad, que deba ir continuamente seguido por escoltas, esa es la vida que le queda encima de haber sido victima de la banda terrorista. Y luego encima, como él dice, la población vasca siente tanto miedo que no dice nada, pone sus ojos ciegos, han llegado ser piedras que no se inmutan ante nada. Es catastrófica la situación que está viviendo el pueblo vasco. Mientras, nosotros o seguimos en nuestras casas sin hacer nada o salimos a manifestarnos no encontra de la banda y de sus atentados, sino en contra del gobierno. Esto es vergonzoso, espero que reaccionemos pronto.

Elia Pesquera -

Escalofriante y asombrosa la sangre fria con la que ha llegado a ver la vida este hombre. Y es que es dificil, pero como dice el, no hay que seguirle el juego a ETA con odio y terror, hay que afrontarlo con valor y unión. Sólo hay que ver las bestias salvajes que son, cada vez que van a un juicio y se ponen a dar vueltas soltando miradas de odio y desprecio dentro de su jaula de cristal irrompible.

Cristina Abengózar -

Sin duda, este hombre es el ejemplo del buen ser humano, a pesar de lo que ha tenido que sufrir no se ha dejado influenciar por el odio, cosa que otras muchas victimas del terrorismo si han hecho. Sin conocerle y tan solo con leer sus palabras nos damos cuenta de que el es una excelente persona y debería ser reconocido, a pesar de que el no lo crea así, bajo mi punto si es un héroe.

Alicia Padrón -

fotolog.com/ali_fusia

Sin palabras,gran fuerza la de este hombre.

feliz año

Neus -

Ojala más personas tuvieran las cosas tan claras como este chico.

José Carlos L. Carmona -

Este Eduardo Medina tendría que ser el representante de víctimas del terrorismo. Y quien debiera dar ejemplo en los medios de comunicación. Si gente así no pone de su parte, ¿cómo se quiere acabar con años y años de terrorismo?

Sara Ayllón -

Sin duda una lección de saber estar, de conciencia, de madurez, de lucha...
El odio no lleva aninguna parte...y él lo a demostrado...bravo!!

Anónimo -

Me hace gracia que se pueda hablar tan alegremente de si ciertas víctimas aprovechan esta condición en sus propios intereses. Esta claro que a lo mejor no es la opción correcta, pero ¿alguno ha pasado por esa situación o simplemente ha pasado por un bache del que le fue difícil salir? Para mí, dejando a un lado el juego político que supone todo este tema, lo más difícil de ser víctima es saber recuperarse a uno mismo. Volver a construirse casi desde cero y, como decía Eduardo Madina, conseguir ver ese pequeño rayo de luz en la oscuridad que consigue llevarte hasta tu vida "normal". La sensatez de este chico es increible, coseguir apartar la rabia y el odio ante la gente que pudo destrozarle la vida a él y a su entorno, porque pienso que tampoco hay que olvidar el entorno de las víctimas que no sufren el dolor físico, pero también tienen que superar el día a día.
Ánimo a todos aquellos que todavía no han encontrado el rayo de luz y simplemente, felicidades a Eduardo Madina por ser un gran ejemplo a seguir.

Merche -

Madina es con mucho, uno de nuestros mejores políticos. Y lo es por sí mismo: inteligente, educado, respetuoso... y no víctima de... sino político de calidad. Este chico tiene que llegar (por el bien de todo) muy lejos.

Blogerianos, feliz año nuevo a todos! Profesor,en el año 2007 le veo ya en las aulas. Un abrazo.

Belén -

El verdadero logro de este hombre no ha sido sobrevivir a un atentado, sino el llegar a ser una persona fuerte, luchadora, clara y cabal.
Se puede seguir adelante.

¡Feliz 2007!

pancho -

Palabras más que respetables. Cuesta creer como tanta rabia y odio a flor de piel puede ser concentrado y canalizado sin apenas manifestarlo. Desde mi punto de vista, lo único que busca esta gente es provocar daño; conseguir más víctimas, como consecuencia de sus actos, es lo que más "cachondos" les pone (con perdón). El simple hecho de que saben que ciertas personas han sido objetivo directo y que han sufrido, están sufriendo y sufrirán sus acciones terroristas es lo único que les vale. Saben que por mucho que no lo manifiesten, las victimas se "queman" por dentro, y eso es con lo que se quedan estos lamentables personajes que se hacen llamar terroristas. Es triste pero yo creo que es así. Las declaraciones de esta persona pueden incluso golpear donde más les duele, mostrándo esa fuerza personal que jamás abandonará para combatir a ETA.Todo un ejemplo.
Feliz año para todos.

Teresa Montesinos -

Sin duda un ejemplo de valentía recogido en una entrevista fantástica. Con gente como él el mundo iría mucho mejor. Chapó

Feliz 2007!! 1 beso a todos.

Diego López -

Si algunos tuvieran una cabeza tan bien amueblada como la de Eduardo Madina... otro gallo cantaría.

Feliz año nuevo para todos. Pronto nos vemos.

A. oLea -

Me alegra ver que aun no hay cantidad suficiente de pólvora para volar la esperanza. Brindo por todos los Eduardos Madina.
Feliz Nochevieja.

Emma Bernardo -

Es un ejemplo a seguir: sensatez, coraje, sentido común...Algo difícil de encontrar...por ejemplo con Irene Villa, otra víctima de terrorismo más. La vida le arrebató dos piernas y parte de una mano, pero no las ansias de grandeza y protagonismo tratando de utilizar su desgracia para promocionar su libro, alegando que "ella misma, cuando carece de esperanza, lo relee para obtenerla". Pero ojalá fuera solamente eso lo que consiguió que se me revolviera el estómago. En un entorno clerical, como es mi residencia de estudiantes, llegó a afirmar que si Zapatero no daba marcha a atrás era porque "Dios sabe a cuántos presos estaba liberando, cuántas reuniones estaba teniendo clandestinamente y cuánta información nos estaba ocultando". Y lo más ridículo de todo: afirmaba que la manifestación convocada por la AVT no comulgaba con ningún partido político y que por supuesto ella tampoco era partidaria ni de la derecha ni de la izquierda: si ella tuviera que militar con algún partido, formaría "El Partido de la Felicidad" que no comulgaría con ninguno de ellos. Cuando no podía sorprenderme más, criticó al gobierno de que le habían negado la libertad de expresión; contándo la banal anéctoda de que Televisión Española siempre la había entrevistado; a excepción de cuando Zapatero llegó al poder que huían de ella "porque ya no les interesaba lo que decía". Con su verborrea, el público asistente, en su mayoría las propias monjas y algunos invitados de su calaña, se sentían inundados de felicidad y exhaltación porque después de todo, estaban oyendo lo que querían oír. Desgraciadamente no era más que propaganda política perteneciente a alguién que su condición de persona está carcomida por el odio.
¡¡Ánimo y adelante!!

Irene Moreno Palmero -

Este hombre demuestra en sus palabras una gran calidad humana, y da una lección impecable de coraje. Siendo victima de ETA no se ha dejado corromper por el odio.

¡feliz Noche para todos!

Cristina Olivas Díaz -

cuán difícil ha de ser un proceso de esta magnitud para una persona. Ser capaz de superar odios y luchar día tras día para evitar que su pensamiento se cubra de tintes negativos y de rencores.
También que ser víctima de un atentado le haya llevado a querer continuar en política demostrando que algo así no debe pararte ni de radicalizarte. Todo un ejemplo

Hormiguero -

Lo cierto es que es tan complejo todo lo que dice que he de reflexionar aún más sobre ella y volverla a leer otras dos veces. Sin embargo me llama mucho la atención esta afirmación: “No tienes que andar buscándole respuestas a algo que ni siquiera tiene preguntas”. Creo, bajo mi humilde opinión, que hay muchas preguntas que no se deben olvidar ni dejar de preguntar. ¿No? Hay tantos interrogantes, sobre todo, en este tema... Abrazos a todos y pasad una buena Nochevieja. Nesemu, gracias por seguir ahí con nosotros.

Azahara Morales -

Es una extensa entrevista que se hace corta. Es una de esas personas que me gustaría conocer. Tiene las ideas muy claras y aun con una pierna menos sabe diferenciar conceptos como justicia, paz, positivismo, etc. Apoyo la posición que indica de no entrar en el juego de ETA de odio, rencor y venganza. Y enseñaría esta entrevista a otras víctimas como por ejemplo Irene Villa. Personas que han sufrido sin motivo alguno pero que siguen turbados por el humo de la explosión y solo piensan en hacer pagar a los culpables. Sin dar importancia a que muchas otras personas van a ser víctima después de ellos. ¿Por qué nos volvemos tan egoístas cuando nos ocurre una desgracia? Pensamos que somos el único ombligo de la tierra y como en este caso solo miramos por nosotros. Sin luchar por la preciada paz para salvar la vida a otras posibles víctimas.

ulises lazaro -

el de antes era yo, se me olvido poner el nombre... esta entrevista es de antes del ultimo atentado de ETA, pero para mí sigue teniendo la misma validez. que una victima del terrorismo hable de esta forma demuestra que es posible superar el dolor y seguir adelante con su vida, sin odios ni rencores

Anónimo -

"No quiero poner mi condición de víctima al servicio de mis tesis políticas." Si no fuera porque sé que no la aceptaría, a este hombre le pondría una medalla;)