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J. C. García Fajardo

Fue hace medio siglo y parece una eternidad. No olvidemos a Budapest ni la primavera de Praga

Un 23 de octubre de hace medio siglo, unos incidentes en Budapest acabaron por convertirse en una masiva revuelta popular, aplastada en los primeros días de noviembre por los tanques soviéticos después de casi 3.000 muertos entre los sublevados, civiles y militares, que con un primer ministro comunista, pero nacional y reformista, Imre Nagy, querían ir más allá del marxismo-leninismo. Hoy, la conmemoración de aquel estallido de emoción y libertad se desarrolla en medio de la protesta, la desunión y la amargura.
Varios miles de manifestantes, la mayor parte de ultraderecha, se enfrentaron ayer de manera muy violenta en diversos lugares de la capital con la policía, que tuvo que hacer uso de bombas lacrimógenas y balas de goma. Miembros del principal partido de la oposición, Fidesz, de centro-derecha, niegan el derecho de los socialistas en el poder, a quienes consideran herederos del régimen comunista, a festejar nada. Y todo ello enmarcado en un movimiento popular contra el primer ministro socialista, Ferenc Gyurcsany, del que hace algo más de un mes se supo, a través de una grabación filtrada a la prensa, que había mentido sobre la marcha de la economía por razones electorales. Aunque luego se disculpó en la Cámara por haber mentido, desde el 17 de septiembre la plaza es escenario de nutridas manifestaciones contra su continuidad en el cargo.
Gyurcsany decía ayer en el Parlamento, siempre en la plaza que honra al líder de la revolución de 1848, Laszlo Kossuth, que en 1956 el pueblo húngaro tuvo que sublevarse, pero que hoy todo el país está unido en el respaldo de una democracia parlamentaria, por lo que urgía a la reconciliación. Exhortación que, sin duda, comparten los 18 jefes de Estado presentes en los actos, entre ellos el Rey de España y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, pero que pareció un sarcasmo a la oposición.
Parece difícil aventurar otra salida a la crisis que las elecciones anticipadas. El 1 de octubre se celebraron comicios locales en los que los socialistas sufrieron un duro castigo, y aunque Gyurcsany orquestó un voto de confianza que ganó con comodidad el día 7, contando con los 210 escaños que reúne en compañía del Partido Liberal sobre los 386 de la Cámara, confianza no es precisamente lo que otorga la opinión al primer ministro. Que hable, por tanto, el pueblo; como no le dejaron, en medio de un baño de sangre, hace 50 años.

14 comentarios

Marta -

Siento ser la nota pesimista... pero este aniversario nos recuerda lo poco que, en el fondo, hemos avanzado, y el sometimiento y mentiras que desde el poder sigue ejerciéndose.
Valga como homenaje a las vícticas la lucha de quienes aún creen en otro mundo, que es posible, saliendo como anteayer, como en Praga, como en Budapest, como en Portugal, a la calle todos unidos.

Noelia (Roja) -

Liberación económica, un sistema pluralista de partidos, el desarrollo de una democracia, la garantía de la autonomía e independencia de los sindicatos y el reconocimiento del derecho a la huelga, la igualdad entre todos los pueblos...

Alberto -

Como todo está ya dicho, sólo me limito a recordar cómo el único que apoyo a los revolucionarios fue Tito y cómo los húngaros rechazaron pedir ayuda a occidente sabiendo las consecuencias, guerra nuclear, que conllevaría la entrada de las fuerzas de USA. Menudo sacrificio el de aquellos valientes húngaros que sacrificaron su libertad (aunque murieron luchando por ella) por el bien del resto.

Marta Gálvez Z. -

Gyurcsany dice una gran verdad, y es que la democracia es uno de los grandes triunfos de nuestro tiempo. Es triste que hoy día ocurran estos hechos, pero en ello queda patente que al mundo le queda aún mucho camino por delante y mucho que evolucionar.

Nesemu para el nota de atrás -

Porfa... ponte en contacto conmigo. O envíame tu email.

Dos Santos -

Solo puedo decir, que es muy triste que estas cosas hayan pasado y pasen, ahora solo cabe esperar que por fin puedan luchar unidos por lo que quieren.

Fer (Chela) -

Como decía Tom Joad en "Las Uvas de la Ira", refiriéndose al pueblo: "No hay un alma sola. Cada alma es un trocito de una gran alma que formamos todos".

el d atras -

Por miedo a la soledad nos unimos, por falta de unidad nos dividimos y hay hemos perdido la partida. El pueblo unido jamás será vencido deja de ser un utopico grito. La historia habla por si sola. El tiempo pone a cada uno en su sitio, lucha siempre.

Estrada -

Estoy totalmente de acuerdo con Sonia Sanz. El pueblo tiene derecho a hablar y lo debe hacer unido; solo así se consiguen los logros.

No se puede permitir el seguir toreando a la gente.

Hormiguero -

Cuan bello es poder decir que hable, ahora que puede. Hay cosas tan valiosas cuyo valor no contemplamos porque creemos que toda la vida fue así. Este paradójico aniversario habla por sí sólo para que todos reflexionemos...

Candela Martín -

El pueblo debe recordar aquel 23 de octubre de 1956, como todos estamos de acuerdo, unido y haciendo uso de la libertad que no tenía cuando se produjeron los incidentes hace 50 años. Dejemos pues que hable, ya que medio siglo es tiempo suficiente, a mi parecer, para que sea consciente de lo que necesita y anhela.

Emma Bernardo -

Hace 50 años, al grito de “Pan y libertad”, comenzaba la revolución Húngara. Las calles se llenaron de estudiantes, trabajadores y una parte de la policía y de los soldados, que se unieron al pueblo. Tuvo como consecuencia una cruel intervención soviética. Ayer, Hungría recordaba el 50 aniversario de esta revuelta popular contra el dominio soviético. 50 años es mucho tiempo, pero tanto dolor no se olvida.

Sonia Sanz -

Exacto, que hable el pueblo. Pero que no se divida, ahí es donde nace el poder de los corruptos, en el "divide y vencerás". Como todo, en la unidad, recae el éxito. Solo juntos se podrá luchar por lo que se anhela.

Diego López -

Es muy triste que sucedan estas cosas hoy en día, pero estamos en manos de quienes estamos... nunca mejor dicho y valga la redundancia.

Me quedo con el final del artículo: "Que hable, por tanto, el pueblo; como no le dejaron, en medio de un baño de sangre, hace 50 años".

No hacen falta más palabras porque esa frase lo dice todo.

Un abrazo.