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J. C. García Fajardo

Necesitamos cooperar con Rusia y con otros países pero sin renunciar a principios éticos inamovibles

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en la localidad finlandesa de Lahti podría pasar a la historia como el final del idilio que las democracias europeas han mantenido con la Rusia pos-soviética y especialmente con su actual presidente, Vladímir Putin. Por primera vez, la UE ha manifestado con elogiable unidad de criterio su profunda preocupación ante la evolución general de las ambiciones del inquilino del Kremlin dentro y fuera de Rusia. Y su preocupación ante la capacidad de presión política que Moscú ha desarrollado con su hegemonía energética e intenta multiplicar sobre Europa en general y los países de su inmediato entorno en particular.
En Lahti también se habló de inmigración. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero intentó de nuevo, con modestos resultados, movilizar a sus socios europeos a favor de medidas prácticas para frenar la llegada de inmigrantes. Pero los socios en la UE fueron poco receptivos a las demandas españolas y el presidente francés, Jacques Chirac no perdió la ocasión de denunciar la regulación hecha por el Gobierno socialista español como factor agravante de los problemas de los que se queja Madrid.
Pero el protagonista fue, sin duda, el presidente ruso. Por primera vez, todos los miembros de la UE parecen dispuestos a reconocer que Putin es un interlocutor imprescindible -en una posición de inmensa ventaja como máximo suministrador de energía a Europa- pero no es un socio más en el diálogo entre las democracias. Y el presidente ruso no se ha preocupado en disimular en Lahti que está dispuesto a utilizar sin mayores escrúpulos esta posición de ventaja que le otorgan sus ingentes reservas de petróleo y gas.
Putin tiene ideas sobre el poder que difieren mucho de las de cualquier demócrata. Sus bromas sobre la violación a mujeres desde el poder hechas antes de llegar a Finlandia, su desprecio a la prensa libre palpable en su hostilidad hacia la periodista asesinada Anna Politkovskaya o el desparpajo con el que ha respondido a la preocupación europea sobre la violación de los derechos en Rusia, revelan estructuras mentales más propias de un antiguo oficial del KGB que las de un estadista comprometido con el Estado de derecho y con unas relaciones internacionales basadas en el interés común y la ley. La UE puede extraer lecciones de Lahti. Entre otras, la urgencia de recortar la dependencia energética de Moscú. La diversificación de las fuentes energéticas ha dejado de ser un problema de precios y comodidad para elevarse a cuestión prioritaria de seguridad.

11 comentarios

Rubén -

La actitud del señor Putín es más propia de un líder fascista que de un presidente demócrata.Deportaciones de georgianos , centenares de periodistas desaparecidos o asesinados (Anna Politkovskaya) , torturas y secuestros en Chechenia , detención de aquellos empresarios que pretenden hacerle frente y que pueden llegar a ser presidentes de Rusia y para rematarlo se dedica a soltar chascarrillos haciendo gracietas sobre las violaciones a las mujeres..........

Alberto -

La verdadera solución es desarmar a Putin, es decir, restarle el poder que tiene con su petróleo y gas y apoyar los gobiernos democráticos de Ucrania o Georgia. Invertir en futuro, asegurarnos el autoabastecimiento de energía y que ningún gobierno totalitario y "asesino" pueda chantajear a otros de esta manera. Calmar a Putin es pan para hoy y hambre para mañana.

Juan Martín -

Jejeje, eso es bueno compañero. A ver si se anima mas gente, como tu dices, me gustaría escuchar lo que contesta la gente.

Aprovecho y contesto a dos personas simultáneamente, si me lo permitís. Marta dijo "Un apunte, el que un presidente con tintes de tirano sea elegido democráticamente por el pueblo no le hace menos tirano." Tu dices: "creo que, salvo casos extremos, la soberanía de un país es inviolable". Y la verdad es que creo que ambas afirmaciones son ciertas. Mi conflicto esta en como armonizarlas. Es decir, si es un tirano (por cierto, ¿alguien podría darme una definición de lo que es un tirano?) pero ha sido elegido limpiamente, ¿qué podemos hacer?

Tú hablas de una especie de Tribunal Internacional. Me parece una gran idea, muy kantiana. Pero pregunto, ¿por quien estaría formado? Porque hablas del conjunto de los países del mundo, pero claro, el criterio para elegir a los que juzgan también cambia el criterio para juzgar. Quiero decir que países como Irán o Israel sin duda no tendrán los mismos criterios en cuanto a qué es un crimen, o a qué pena merece, osea, a construir un marco legal, imprescindible para un tribunal. Así que una de dos, o seleccionamos entre los países del mundo, con lo cual solo representaría a unos intereses y cosmovisiones, o los veredictos serian completamente arbitrarios, dependiendo de quien sea el que juez en ese momento.

Hablas del franquismo, y creo que no puede haber mejor ejemplo. Sin extenderme: ¿cómo se le podría haber juzgado si se instauro precisamente por la falacia de la no-intervención (es decir, con la complicidad) de las llamadas occidentales? ¿Como, si se mantuvo gracias a su apoyo (un apoyo con nombres propios: Rota y Morón)? Porque si se hubiera hecho, habría que sentar a muchos en el banquillo aparte del propio Franco, y a muchos que no son ni siquiera españoles.

Un saludo!

ulises -

A ver, parece que este tema nos ha dado mucho que hablar!!
Juan Martin, comparto las opiniones y dudas que tienes sobre este asunto, y puedo decir que es muy dificil encontrar una respuesta...pero creo que, salvo casos extremos, la soberania de un pais es inviolable. Aclarado esto, convendras conmigo en que no podemos quedarnos quietos ante estos casos de violacion de derechos humanos tan básicos. A pesar de creer sinceramente que Europa puede aprender y enseñar al resto del mundo gracias a la inmensa cantidad de errores que hemos cometido en la historia, no creo que debamos erigirnos como jueces, pero sí promover un status quo en el que el conjunto de los paises del mundo(no solo Europa, ni EEUU) pueda juzgar casos como este, como sería en un futuro el caso del TPI de La Haya.
En mi caso, como español nacido hace 60 años, hubiera no solo agradecido, sino tambien exigido, que la comunidad internacional hubiera tomado medidas contra el regimen de Franco. No hablo de intervenciones militares, ni humillaciones a Rusia, sino de una postura energica y unida condenando a Putin y aislandolo hasta que cumpliera unas normas basicas.
Para acabar, me gustaria escuchar opiniones de mis compañeros a la pregunta que has formulado antes: "¿quienes somos nosotros para erigirnos en jueces de nadie? Y puestos a serlo, ¿realmente lo merecemos?" Es un tema que me interesa...gracias

Antonio Peraza -

Felicidades por el artículo.
Cuando se habla a niveles tan grandes y con un país que controla las fuentes de energía no se suele exigirle ninguna contrapartida, como sería la democratización del mismo. Pero yo estimo muy positivo que se reunan. En cuanto a la inmigarción nuestro gobierno hace cosas sin contar con la Unión Europea y luego pide su ayuda; me temo que hasta cierto modo es normal que nos recriminen y más en un tema tan complicado como éste y donde no hay particualar voluntad de aunar políticas.

Marta -

Estoy, por lo general, bastante de acuerdo con los comentarios de mis compañeros.
La Unión Europea no se puede permitir que un país, solamente por poseer unos recursos determinados, pueda hacer y deshacer a su antojo y saltarse la legalidad, teniendo además un líder que parece de la mismísima mafia rusa, que se mofa de crimenes que espero tengan sanción legal cometidos por otro político, cargo público, israelí, y que ha llevado a tal punto a la prensa que no se puede hablar, ni mucho menos de libertad de expresión, porque aunque no haya una censura indiscriminada, los atentados contra el trabajo y vida de los periodistas también son un ataque contra la democracia.
Además, como decía Ulises, si Europa tuviera la valentía de cerrar filas contra la situación, aun a riesgo de perder los suministros, a ver cómo daba Rusia salida a los productos y cómo sacaba adelante la economía.
Un apunte, el que un presidente con tintes de tirano sea elegido democráticamente por el pueblo no le hace menos tirano.

Jorge P. -

Reforzar las relaciones con sus vecinos es un gran reto político para la UE. La cooperación con Rusia puede ser una oportunidad para comprender mejor el proyecto político y social europeo, que no pasa necesariamente por integrar a más y más países.A diferencia de otras ocasiones en que la UE se ve sorprendida en medio de un conflicto y obligada a tomar decisiones apresuradas, ahora tiene la oportunidad de emprender una gran estrategia política junto a Rusia.

Juan Martín -

Compañero Ulises:

Coincido contigo en la mayoría de lo que dices. Es cierto que la Republica de Weimar acabó con el ascenso de Hitler (ciertamente, elegido por el pueblo, no conviene olvidarlo), y las coincidencias entre los dos momentos y los dos países son notables: recién salidos de una crisis tremenda (ya dije que aunque la crisis de la URSS no devino de una guerra si no de un colapso, las perdidas han sido similares o mayores...), no solo económica, si no también moral, política e incluso institucional, un país con un potencial industrial tremendo deliberadamente truncado o limitado, en parte por la propia crisis, en parte por las potencias exteriores, y un hombre de pasado como poco oscuro, nacionalista, "llamado por la Providencia" para solucionar los problemas de la patria, con un discurso a la vez duro y evocador del gran pasado, que recordémoslo, no es de hace siglos, si no de ayer. Y un largo etcetera.

Pero no creo que la situación vaya a desarrollarse de una forma similar, por parecidas que sean las condiciones, porque hay grandes diferencias: la situación internacional, sin ir mas lejos, que en nuestro mundo globalizado es determinante.

Pero dices algo que me preocupa: "El hecho de que Rusia no sea un terreno propicio para la democracia no es excusa para que el resto de países permitamos que un tirano se instale en el poder." Eso me lleva a varias preguntas. La primera, y más urgente, es ¿quienes somos nosotros para erigirnos en jueces de nadie? Y puestos a serlo, ¿realmente lo merecemos? ¿Tenemos esa autoridad moral que sale de ser el primum inter pares, el primero entre nuestros iguales? (Me refiero, claro, a la situación moral de Europa en su conjunto respecto a los otros dirigentes del mundo).

Mas aun, antes dijimos que a Hitler le eligieron los alemanes, nos guste o no, sin coacciones, en unas elecciones limpias. También este es el caso, certificado por la ONU, como las elecciones en cualquier país "problemático". Tu dices: “Creo que, si hemos de ser realistas, hay que hacer un favor a Rusia y poner firme a Putin para que no se convierta en dueño y señor de una gran potencia como es Rusia”. Y yo me pregunto: ¿Cuánto vale la soberanía del pueblo ruso? ¿Mas que nuestro derecho y/o deber de proteger y promover los derechos humanos? Ya respondimos una vez a esas preguntas, y nos llevo al colonialismo, al mito del buen salvaje, y a muchos otros mitos que nos han explotado en la cara. Creo que es hora de replanteárnoslas.

Ojala tuviera las respuestas, ojala lo viera todo claro, ojala pudiera mirar las cosas y decir esto esta bien y esto esta mal. Pero no puedo, y solo sé que no se nada y que me lo tengo que preguntar todo. Y mucho me ha costado llegar hasta ahí.

De todos modos, cada uno tiene sus respuestas. Si tú las tienes, o cualquiera, por favor, dímelas. Puede que entre todos podamos aprender algo nuevo.

ulises -

Has mencionado la república de Weimar... Y eso me da un poco de miedo por lo que vino después: un presidente elegido por el pueblo, ultranacionalista, que no respeta los derechos humanos, centralizando cada vez más poder en su persona y que cuando se recupere de las humillaciones sufridas, exigirá una relevancia política acorde con su poder real... El hecho de que Rusia no sea un terreno propicio para la democracia no es excusa para que el resto de países permitamos que un tirano se instale en el poder.
¿Por qué no aplicamos en este caso alguna de las sanciones impuestas a Corea del Norte? En cuanto a la dependencia energética, soy profano en la materia, que alguien me corrija, pero, aunque es cierto que dependemos del suministro ruso de energía, ¿Rusia depende de la exportación energética para mantener su economía? ¿Quién se resentiría más en caso de una crisis diplomática? Creo que, si hemos de ser realistas, hay que hacer un favor a Rusia y poner firme a Putin para que no se convierta en dueño y señor de una gran potencia como es Rusia.

Juan Martín -

Por supuesto que el señor Putin piensa como un oficial del KGB. Personalmente, creo que esperar otra cosa seria utópico. Cualquier revisión seria a la reciente historia ruso-soviética es concluyente en este sentido: Rusia no esta preparada para una democracia al estilo europeo, ni económica, ni social ni culturalmente. Y tampoco es lo que se ha promovido desde los países que exteriormente han dirigido su transición a un nuevo modelo.

Todos conocemos muchas democracias latinoamericanas que ciertamente son democracia en el sentido formal y constitucional, pero que en la realidad son poco más que dominios para el cacique de turno. Y en Rusia ocurre algo muy parecido.

Gusten o no gusten sus métodos, el hecho es que el sistema "comunista" (por llamarlo de alguna manera) ha convertido a Rusia en un país totalmente diferente al de 1917. Incluso después de la brutal crisis que viene sufriendo desde hace mas de 15 años (con unas perdidas mayores, por cierto, que las sufridas durante la segunda guerra mundial)sigue siendo un país con un potencial increíble. Con una industria pesada muy desarrollada, una población pobre (es decir, barata) pero con un alto nivel de cualificación, unas reservas de energía y materias primas casi inagotables, y una infraestructura que permanece intacta pese a la crisis, un nacionalismo agresivo que nace de la humillación internacional (como el de muchos alemanes en la Republica de Weimar, y ya sabemos como acabó) esta claro que a medida que Rusia se recupere y vuelva a crecer, exigirán, y tendremos que darles, una relevancia política acorde a su poder real.

Y probablemente eso signifique tener que hacer la vista gorda ante los desmanes antidemocráticos de Putin y de quienes vengan. Y no es que sea su defensor ni mucho menos, pero para mí esta claro que Rusia, hoy, no esta en condiciones de conseguir un estado de Derecho plenamente democrático. Si en la Europa occidental tenemos problemas para mantenerlo, si el país mas desarrollado y el supuesto paladín de la democracia como es EEUU tiene un estado que muchos dudarían en calificar como "de Derecho", ¿qué podemos esperar?

La democracia tiene que surgir en un suelo abonado y fértil con unos niveles económicos, de bienestar, sociales y culturales altos.

Bueno, mis disculpas por hacer un comentario tan largo, pero es un tema que me interesa.

Un saludo a todos.

A.Olea -

La cooperación exige invariablemente la transigencia en algún sentido. En política no se recibe sin ofrecer nada a cambio y por ello, estando la UE en una posición desfavorable, es poco probable que trate de escarbar más que en la superficie del tema derechos humanos en Rusia. Las tímidas recriminaciones que esbozaron los dirigentes europeos en Lahti han encontrado una seca respuesta del señor Putin, y ningún ánimo de enmienda. Y sin embargo, ¿quién volverá a levantar el dedo para protestar? Probablemente ninguno. Sólo el insensato muerde la mano que le da de comer y, desgraciadamente, en temas como éste prima la sensatez y no el idealismo. Pregúntenle si no a Merkel.