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J. C. García Fajardo

Cumbre de la OMC en HOng Kong. 4ª entrega : Todos contra todos

(4ª entrega de OMC: Echar las puertas abajo, de J. Estefanía)

A la cumbre de Hong Kong se llega en una especie de todos contra todos, en donde los mismos interlocutores pertenecen a uno u otro grupo dependiendo del asunto del que se trate: quienes son partidarios de la apertura en unos productos porque son grandes exportadores de los mismos, pueden ser proteccionistas respecto a otros, para hacer sobrevivir a sus agricultores nacionales. Las formaciones G (G-4, la Cuadrilateral, G-5, G-10, G-20, o el G-90...) tienen suficientes pasarelas entre ellos para que los países se trasladen con comodidad de unas a otras. Países que en unos casos defienden las posiciones de los más pobres, en otros funcionan como si perteneciesen al Norte geopolítico.
El primer interlocutor en Hong Kong será el nuevo director general de la OMC, Pascal Lamy, que hasta ahora había jugado el papel de representante de los intereses europeos como comisario de Comercio de la UE; Lamy tiene, además, la ciudadanía francesa, una de las naciones más proteccionistas. Con esos antecedentes, habrá de hilar muy fino si quiere mantenerse con la credibilidad necesaria para el árbitro de la situación.
El segundo grupo de actores lo forman EE UU y la UE, aunque es muy difícil encontrar, más allá de su posición objetiva de bloques ricos, intereses comunes. En el mes de octubre, EE UU ofreció eliminar algunas de las subvenciones a las exportaciones de sus productos agrícolas, trasladando hábilmente a Europa la responsabilidad de ser la zona más proteccionista del mundo. Pocos días después, la UE contraatacó con otro paquete de medidas liberalizadoras de su comercio, aunque sin tocar en profundidad la PAC. Ambos bloques se acusaron entre sí de contabilidad creativa (engañar acerca de la amplitud de sus concesiones), y de una liberalización mucho menor de lo anunciado. Pero también en el seno de la UE hay diferencias: el comisario de Comercio actual, el británico Peter Mandelson, ofreció reducir los aranceles y las ayudas a la exportación, oferta que fue durísimamente contestada por países como Francia o España, que le acusaron de haber ido en la negociación mucho más lejos de lo pactado en el conjunto de los 25 países europeos.
El tercer gran interlocutor es el G-20, que representa a los países emergentes. Habiendo sido creado en 1999, no tomó naturaleza como poder alternativo a los bloques de las zonas más ricas hasta la conferencia ministerial de Cancún, en 2003, cuando se alió con el G-90, el cuarto interlocutor en Hong Kong (compuesto por los países menos desarrollados, el Grupo África, Caribe y Pacífico, y la Unión Africana), y plantaron cara a Europa y EE UU. Lamy definió al G-20 como un grupo "con una madre agropecuaria y un padre geopolítico", lo que es una manera de manifestar su gran heterogeneidad: Dentro del G-20 hay países netamente exportadores (que a su vez forman parte del Grupo de Cairn, integrado, entre otros, por Argentina, Canadá o Australia). Los intentos de destruir el G-20, cooptando a algunos de sus miembros para el conjunto de países desarrollados, han sido continuos desde Cancún, en 2003.

Las posibilidades de que el mundo salga de la reunión de la OMC con una liberalización rotunda de su comercio son muy escasas. Por ello hace ya varias semanas que Lamy y otros dirigentes políticos intentan minimizar las expectativas de un acuerdo. Cuanto más bajas sean éstas, menor será el síndrome de fracaso. Si no hay pacto en las reglas del juego, Hong Kong unirá su nombre al de otras ciudades, como Seattle o Cancún, en las que apenas se avanzó en una ruptura de los egoísmos nacionales. No todos los proteccionismos son iguales. Como ha escrito el economista colombiano José Antonio Ocampo, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Sociales de la ONU: "Igualar las oportunidades de ciudadanos y países requiere un tratamiento diferenciado (acción positiva) para quienes son distintos o están en posiciones disímiles". Cuando se abrió la Ronda del Desarrollo, en 2001, los países ricos prometieron poner en marcha medidas prácticas para lograr una distribución más justa de los beneficios de la globalización. Desde esa fecha no se ha avanzado en casi ninguna cuestión de fondo: los obstáculos que impiden el comercio internacional permanecen intactos, los subsidios agrícolas han aumentado y los países ricos se dedican de modo activo a conseguir la aplicación de normas para las inversiones, los servicios y la propiedad intelectual que amenazan con profundizar aún más las desigualdades en el mundo.

2005 tenía tres grandes citas para conseguir esas metas: el G-8, para la condonación de la deuda externa de los países más pobres; la asamblea de la ONU, para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, y la OMC. Las tres habían de caminar en la misma dirección. No parece que haya sido posible por culpa de los ciegos intereses de los más poderosos. Se unen contra el terrorismo y gastan lo que sea, pero no son capaces de ponerse de acuerdo en la lucha contra la injusticia social. Lo pagaremos todos.

13 comentarios

Virginia -

Estoy de acuerdo en que estas reuniones no sirven para casi nada (salvo para salir en la foto, como siempre). Los países ricos ayudamos poquísimo a los pobres; si no tuvo efecto lo de dar el 0,8% (o el 0,7, no me acuerdo bien ahora) del PIB nacional de cada país, porque nadie quiso hacerlo (aunque era una miseria que nosotros no notaríamos en nuestros presupuestos pero que los países tercermundistas sí que notarían, y mucho), ¿por qué van a ayudar ahora? Es muy fácil quedarse sentado diciendo \\\"pobrecitos\\\", pero por Dios, que un presidente que tenga en su poder el ayudar a los demás o dejarlos morir no los ayude, no tiene perdón.

Ahora parece que la UE va a quitar ayudas a España, que es de los países que más hemos percibido desde nuestra integración, para dárselas a los nuevos países que se integrarán, que son bastante más desfavorecidos. En España nos quejamos, pero aunque nos quiten esas ayudas y la economía pase por un momento difícil en sectores como el agrícola, no creo que llegue a ser tan mala ni por asomo como lo es en los países del Tercer Mundo. Aquí no creo que lleguemos a morirnos de hambre por dejar de percibir unas ayudas; allí mueren varias personas cada minuto.

Virginia -

Estoy de acuerdo en que estas reuniones no sirven para casi nada (salvo para salir en la foto, como siempre). Los países ricos ayudamos poquísimo a los pobres; si no tuvo efecto lo de dar el 0,8% del PIB nacional de cada país, porque nadie quiso hacerlo (aunque era una miseria que nosotros no notaríamos en nuestros presupuestos pero que los países tercermundistas sí que notarían, y mucho), ¿por qué van a ayudar ahora? Es muy fácil quedarse sentado diciendo \"pobrecitos\", pero por Dios, que un presidente que tenga en su poder el ayudar a los demás o dejarlos morir no los ayude, no tiene perdón.

Ahora parece que la UE va a quitar ayudas a España, que es de los países que más hemos percibido desde nuestra integración, para dárselas a los nuevos países que se integrarán, que son bastante más desfavorecidos. En España nos quejamos, pero aunque nos quiten esas ayudas y la economía pase por un momento difícil en sectores como el agrícola, no creo que llegue a ser tan mala ni por asomo como lo es en los países del Tercer Mundo. Aquí no creo que lleguemos a morirnos de hambre por dejar de percibir unas ayudas; allí mueren varias personas cada minuto.

DANIEL -

Está muy bien que se aprueben leyes y decretos, pero... ¿luego esos decretos y promesas se llevan a la práctica? Porque yo creo que muchas veces no. Hace pocos días conocimos el nuevo proyecto de ayuda a los ancianos dependientes, a ver luego si en la práctica es todo tan bonito como lo han dicho en la teoría.
Además, recalco el comentario de mi compañero vucko32:´no somos capaces de ver más allá´. Cada uno lucha por lo que le conviene, y si eso le perjudica a otros..., mala suerte. Así funciona.
También estoy de acuerdo con Patricia, que da otra de la claves: hasta que los países ricos no cesen en su empeño de enriquecerse aún más, estas reuniones o cumbres no servirán de mucho.

vucko32 -

Yo pienso que el verdadero problema viene desde casa. Parece ser que no somos capaces de ver más allá de lo nuestro. Los gobiernos de hoy en día solo luchan por sus intereses, y los del resto si no piensan igual no les importan nada.

Patricia -

Como bien dice usted, profesor Fajardo, esta es otra nueva oportunidad perdida. Hasta que los grandes países ricos no cesen en su objetivo de ser todavía más ricos, estas reuniones creo que van a servir para poco. Cada país quiere lo mejor para el y no ve más alla de sus intereses.
Mientras haya dinero de por medio, todos van a seguir siendo egoístas, incluida España.
Todos se deberian fijar o al menos reflexionar en la conocida frase que dice: " el dinero no da la felicidad".

Patricia -

Como bien dice usted, profesor Fajardo, esta es otra nueva oportunidad perdida. Hasta que los grandes países ricos no cesen en su objetivo de ser todavía más ricos, éstas reuniones creo que van a servir para poco. Cada país quiere lo mejor para el y no ve más alla de sus intereses. Nunca llegarán a ponerse de acuerdo en los asuntos en los cuales el principal objetivo sea conseguir dinero.
Muchos de estos países, incluidos España, deberían fijarse o al menos pensar en la frase que tan conocida es : " el dinero no da la felicidad"

Sinclair -

Cuando la carroña huele demasiado los buitres vuelan en círculo, otean los alrededores y se encargan de hacer desaparecer los restos descompuestos de aquello que algún día fue vida. Las plumas (de diseño) de estos buitres planearán sobre Hong Kong, planearán sobre papapeles sin fondo y lo que es peor, también lo harán sobre las cabezas de millones de personas, PERSONAS (aunque no lo parezcan) cuya vida podría depender de estos plumazos.
La triste realidad seguirá siendo la triste realidad, los folios rellenos de paja se amontonarán en los graneros presidenciales y los campos de algodón de Burkina Faso seguirán sin poder competir con los productos subvencionados por los grandes. Los dirigentes de los países "desarrollados" agitarán su mano izquierda para llamar la atención de los países "no desarrollados", y cuando éstos parezcan ilusionados con pactos y tratados, les será mucho más sencillo meter la otra mano (la derecha) en el saco.
La hipocresía y el egoísmo no se desprenderán jamás de la bandera del capitalismo y las ilusiones de un mundo más justo nunca se firmarán en reuniones de buitres encorbatados que se picotean entre sí para coger el pedazo de carroña más grande.

Silvia Prieto -

Otra cumbre como tantas en la que cada uno de los participantes en la misma miran única y exclusivamente por sus propios intereses. Claro ejemplo de ello es que, un mismo país se posicione de un lado u otro dependiendo de lo que en ese momento se trate,de la \"tajada\" que puedan sacar; la diferencia es que, aunque la humanidad de por sí mire siempre por y para ella, en este caso estos países representan a mucha gente y no se puede jugar así de sucio con ellos.
La OMS,su interlocutor; EEUU y la UE en el papel de actores secundarios, las disputas y acusaciones entre ellos y las fricciones dentro de la propia UE;la globalización que choca con la idea de mercado libre, trabas y más trabas para los países más pobres...es esto una situación seria como para empezar a \\\"arreglar\\\"algo??, me da a mí que no, que como tantas otras veces éstas reuniones no son más que relleno. Teky

Alberto L. -

Lo tristes de estas reuniones no es que no sirvan, sino que sean necesarias...

Pepo -

Después de leer los cuatro artículos he llegado a una triste conclusión: ¿para qué coño sirven estás reuniones? Desde mi punto de vista sólo sirven para llenar minutos en el telediario y en radio; y hojas en los periódicos porque todos sabemos que nunca se va a llegar a un acuerdo (aunque sea de mínimos) para lograr una verdadera libertad comercial entre países por diversos motivos. Entre ellos encontramos la PAC europea llena de subvenciones ficticias para la producción aunque está no vaya a ser vendida o también la postura EE.UU. que es la imagen de neoliberalismo pero porfavor no me jodaís mi producción de hierro metiendome vuestros productos en casa. En definitiva, el rico seguirá siendo rico; el pobre seguirá siendo pobre; y estas navidades cenaremos langostinos, beberemos cava (catalán, porque estoy contra el boicot) y nuestros pequeños tendrán el último videojuego sangriento japonés mientras a 1000 km de aquí un niño africano tendrá una AK-47 como regalo de reyes y tendrá que matar a sus padres para poder sobrevivir.

Fran -

Mienrtas leía este artículo en El País, me acordé de una frase que repetía el documentalista Raúl Ruiz "Mientras haya pobreza, todavía podremos ser ricos. Mientras haya tristeza, todavía podremos ser felices. Mientras haya cárceles, todavía podremos ser libres".
¿Cuándo dejaremos de necesitar las miserias de los otros para acallar así las nuestras?

Escila -

Las consecuencias del sistema no pueden obviarse cuando forman parte de su raíz. Cuando cada uno barre para su lado choca el concepto de globalización y comercio libre. Se trata de ganar el máximo con la hipocresía de no destrozar la industria del vecino e impidiendo que éste se abra en busca de sus beneficios; y luego llegan los lloros porque miles de millones de personas mueren de hambre, enfermedades y pobreza.

felicitas -

Habría que aclarar, antes que nada, cuales son los objetivos reales de organizaciones mundiales como la OMC. La reglas equitativas que pretenden proporcionar al comercio internacional no son compatibles como los intereses económicos de los países ricos, que evidentemente impulsan las políticas del libre mercado como vía para el favorecer crecimiento sostenido de sus economías. En lugar de preguntarse "¿cómo maximizar los intercambios comerciales y el acceso al mercado?", entonces, los negociadores se tendrían que preguntar "¿cómo permitir que los países puedan salir de la pobreza? y a partir de allí, preocuparse realmente por el avance de las economías de “submundo”.

¿Por qué hay tantos movimientos en contra de la liberalización del mercado, que aparentemente promueve el desarrollo de las economías de los países pobres? Es verdad que la retirada de las barreras comerciales en los países ricos produciría claros beneficios para los países pobres, al igual que la liberalización de las importaciones en los países en desarrollo puede beneficiar a los pobres si se diseña cuidadosamente un programa que tenga como objetivo final la creación de un mercado mundial justo y equitativo. Sin embargo, la rápida liberalización de las importaciones en los países en desarrollo a menudo ha intensificado la pobreza y las desigualdades. Una parte importante del problema es la condicionalidad de los préstamos de los programas del FMI y el Banco Mundial, los intereses de las grandes compañías multinacionales, y el ambicioso deseo de un incremento sostenido de los beneficios económicos.