Blogia
J. C. García Fajardo

SIDA I. Prejuicios morales e ideas falsas

La ignorancia puede matar

El Fondo Mundial de la ONU contra el Sida, la tuberculosis y el paludismo ha anunciado que cerca de cuatro mil millones de dólares han sido prometidos para el bienio 2006-2007 durante la Conferencia de los países donantes celebrada en Londres. Esas promesas realizadas por 29 países representan más de la mitad de lo siete mil millones presupuestados para ese período. Ante esta buena noticia es preciso recordar a los políticos que deberían dejarse de moralismos si quieren vencer al sida.
Cerca de 40 millones de personas en el mundo viven con el VIH, cinco millones son infectados y más de tres millones mueren cada año. Se trata de una auténtica epidemia que puede ser abordada con tratamientos médicos para hacer de ella una dolencia crónica y con medidas preventivas para evitar su propagación. Pero el Sida no respeta ningún principio moral: ataca a los recién nacidos, a los huérfanos de enfermos de la epidemia, a los enfermeros por un pinchazo accidental y a los pacientes de otras enfermedades durante una transfusión de sangre contaminada. También ataca a la esposa fiel del marido infiel.
Mientras no se consiga la vacuna, el preservativo sigue siendo la medida más eficaz para evitar el contagio en las relaciones sexuales. Preconizar la abstinencia sexual como única medida eficaz es una auténtica inmoralidad, y una fantasía. Los países empobrecidos que han detenido la progresión de la epidemia (Brasil, Tailandia, Uganda y Camboya) obtuvieron esos resultados al cambiar el comportamiento de las personas: no pidieron a las personas que se atuviesen sólo a preceptos morales sino que adoptasen medidas eficaces, en su propio interés y en el de la comunidad.
Pero ya han pasado veinte años con miles de millones invertidos contra esta epidemia sin lograr vencerla. Pero, en espera de la vacuna que permitirá un control más seguro, es preciso promover políticas de prevención coherentes, pragmáticas y realistas. Por eso, hay que comenzar por eliminar prejuicios y falsas ideas adquiridas que circulan peligrosamente.

José Carlos Gª Fajardo
(Sigue SIDA II Prejuicios: El mundo ya ha tomado la debida conciencia )

2 comentarios

Pato -

Malisima esta pag.

Carlos Miguélez -

Esperemos que Benedicto y Bush dejen de confundir con su moralina a la gente. Es preciso alzar la voz y hablar sobre estos temas sin pelos en la lengua.