Melilla: Los ''moros'' no tienen más que esperar
Cuentan alarmados algunos medios que la población musulmana de Melilla ya casi supera a la cristiana, o sin casi y para entendernos. ¡A estas alturas con unas categorías que no harán más que encrespar los ánimos!
Dicen musulmanes para no asumir el latente conflicto entre beréberes y árabes. Los beréberes hablan otra lengua y se saben muy anteriores a la invasión árabe musulmana. Es un problema que tienen pendiente.
Decimos cristianos por decir algo pues los datos de su observancia no son distintos a los de la península, que ya es decir.
Las poblaciones judía e hindú son testimoniales a pesar del esfuerzo de los últimos Gobiernos locales por enfatizar el término ciudad de las cuatro religiones Los judíos emigraron a Israel hace años y quedan unas cuantas familias mientras que los hindúes y algunos pakistaníes no tienen más arraigo que el que les dicta sus intereses comerciales.
Por lo tanto, moros y cristianos, una vez más.
La población de Melilla está en torno a las 60.000 personas, su superficie es de 12 km2, y la de Ceuta a 72.000 en 19 km2. Esta es la cera que arde.
La población residente en aquella plaza de soberanía española (desde 1495) durante muchos años estaba compuesta sobre todo por militares y sus familias, su espíritu nacionalista españolista alcanzaba cuotas muy altas... pero la economía no despegaba.
¿Qué ocurrió? Pues que muchas familias que vieron el incremento de las comunicaciones con Andalucía vendieron sus casas en Melilla y se compraron otras en Málaga, Almería etc. Lo mismo han hecho con no pocos negocios familiares Los precios de mercado en una plaza que no despegaba, en la que los militares se sentían de paso y sus familias ya no les acompañaban como antes, junto con la inestabilidad al otro lado de la frontera con el moro, como muchos se empeñan en llamarles... encontraron unos generosos compradores precisamente entre los moros. Cierto que algunos de estos no fueron más que testaferros para otros financiadores que querían ir ocupando la plaza y cuyas cuentas bancarias tenían demasiado dinero negro. Pero dio igual, se vendían los pisos a precios inimaginables en la península y todos tan contentos. Nada que ver con la política de Gran Bretaña en Gibraltar.
Después vino la explosión urbanística y aquí ya se mezclaron churras con merinas: los constructores, y sobre todo los bancos, necesitaban dinero, viniera de donde viniese.
Que nadie se alarme. He sido testigo en numerosas ocasiones de ver cómo las oficinas bancarias (echen un vistazo al número de ellas con relación a su población total y sí que se quedarán pasmados) estaban abiertas los sábados mañana y tarde ¡hasta pasadas las diez de la noche!
¿Y los domingos? Muchas oficinas abrían por la puerta de atrás para recibir grandes bolsas de plástico llenas de billetes.
Pregunté a concejales, a políticos y al mismo Alcalde presidente cómo era posible eso que me recordaba a Villagarcía de Arosa, Ribeira, La Puebla del Caramiñal. Sonrieron y dijeron sin ambages que era el dinamismo económico de la plaza (sic) Entonces, una de esas noches de ferias, vinieron a cenar con nosotros dos directores de dos entidades bancarias muy conocidas. Ellos dependían de las oficinas en Sevilla o en Málaga y no pudieron negar que para que fuera rentables semejante número de sucursales bancarias en Melilla su población tendría que multiplicarse ¡por cuatro!
¿Entonces? Era el secreto de Polichinela: blanqueaban dinero de forma descarada y cómplice porque era imposible que una ciudad, que hace unos años no llegaba a 36.000 habitantes, pudiera producir semejante cantidad de millones de divisas semanales que eran llevadas en mano a la península fuertemente custodiadas.
¿Acaso no lo sabían los dirigentes de los partidos políticos, el Delegado del Gobierno y el resto de las autoridaes, la policía y los organismos del Banco de España?
¡Pero si están ahí los datos! Melilla, al igual que Villagarcía de Arosa y otras plazas pequeñas recibían más millones de dólares en diversas divisas fuertes que plazas como Sevilla, Valencia, Málaga o Bilbao!
Desde entonces, ya era público que los españoles continuarían vendiendo sus casas a ciudadanos árabes, rifeños, musulmanes, de la plaza o de Nador, para obtener fáciles ganancias mientras otros invertían enormes sumas en la especulación inmobiliaria que todos hemos podido comprobar.
Por lo tanto, nada de que los moros invaden Ceuta y Melilla .
'No hay que preocuparse, nosotros a la larga ganaremos con los medios democráticos en la mano, creceremos y nos multiplicaremos, seguiremos siendo españoles mientras convenga y cada día son más los niños del otro lado que logran quedarse y llegan a conseguir los papeles', escuché a dirigentes del movimiento por la lengua tamathit, por la autonomía de su región unida al resto del Rif, por un consciente y querido aumento de la curva demográfica mientras las autoridades miraban y siguen mirando para otro lado mientras ven llegar miles de camiones containers al año cargados de mercancías que van hacia otros destinos en África. Hasta que el puerto de Tánger alcance su pleno rendimiento, y el de Nador colapse al de Melilla.
Ahora algunos pondrán el grito en el cielo y sacarán las banderas ante el peligro de que los moros con su situación legalizada y no como inmigrantes exijan el cumplimiento de sus derechos como cualquier otro ciudadano de Melilla.
En los cuarteles de la Legión todavía se canta esta copla: 'En la plaza de Tetuán hay un caballo de paja/ cuando el caballo relinche entrará el moro en España'.
Pongan ustedes Ceuta o Melilla, porque en la antigua plaza española de Tetuán ya hace décadas que entró el moro sin que el caballo relinchara. Es preciso un diálogo inteligente y acorde con los tiempos y la realidad geográica y económica. No más Perejiles ni marchas sobre desiertos en los que habitan seres humanos cn derechos adquiridos e irrenunciables. Es la hora del diálogo contructivo, por el bien de todos.
José Carlos Gª Fajardo
Dicen musulmanes para no asumir el latente conflicto entre beréberes y árabes. Los beréberes hablan otra lengua y se saben muy anteriores a la invasión árabe musulmana. Es un problema que tienen pendiente.
Decimos cristianos por decir algo pues los datos de su observancia no son distintos a los de la península, que ya es decir.
Las poblaciones judía e hindú son testimoniales a pesar del esfuerzo de los últimos Gobiernos locales por enfatizar el término ciudad de las cuatro religiones Los judíos emigraron a Israel hace años y quedan unas cuantas familias mientras que los hindúes y algunos pakistaníes no tienen más arraigo que el que les dicta sus intereses comerciales.
Por lo tanto, moros y cristianos, una vez más.
La población de Melilla está en torno a las 60.000 personas, su superficie es de 12 km2, y la de Ceuta a 72.000 en 19 km2. Esta es la cera que arde.
La población residente en aquella plaza de soberanía española (desde 1495) durante muchos años estaba compuesta sobre todo por militares y sus familias, su espíritu nacionalista españolista alcanzaba cuotas muy altas... pero la economía no despegaba.
¿Qué ocurrió? Pues que muchas familias que vieron el incremento de las comunicaciones con Andalucía vendieron sus casas en Melilla y se compraron otras en Málaga, Almería etc. Lo mismo han hecho con no pocos negocios familiares Los precios de mercado en una plaza que no despegaba, en la que los militares se sentían de paso y sus familias ya no les acompañaban como antes, junto con la inestabilidad al otro lado de la frontera con el moro, como muchos se empeñan en llamarles... encontraron unos generosos compradores precisamente entre los moros. Cierto que algunos de estos no fueron más que testaferros para otros financiadores que querían ir ocupando la plaza y cuyas cuentas bancarias tenían demasiado dinero negro. Pero dio igual, se vendían los pisos a precios inimaginables en la península y todos tan contentos. Nada que ver con la política de Gran Bretaña en Gibraltar.
Después vino la explosión urbanística y aquí ya se mezclaron churras con merinas: los constructores, y sobre todo los bancos, necesitaban dinero, viniera de donde viniese.
Que nadie se alarme. He sido testigo en numerosas ocasiones de ver cómo las oficinas bancarias (echen un vistazo al número de ellas con relación a su población total y sí que se quedarán pasmados) estaban abiertas los sábados mañana y tarde ¡hasta pasadas las diez de la noche!
¿Y los domingos? Muchas oficinas abrían por la puerta de atrás para recibir grandes bolsas de plástico llenas de billetes.
Pregunté a concejales, a políticos y al mismo Alcalde presidente cómo era posible eso que me recordaba a Villagarcía de Arosa, Ribeira, La Puebla del Caramiñal. Sonrieron y dijeron sin ambages que era el dinamismo económico de la plaza (sic) Entonces, una de esas noches de ferias, vinieron a cenar con nosotros dos directores de dos entidades bancarias muy conocidas. Ellos dependían de las oficinas en Sevilla o en Málaga y no pudieron negar que para que fuera rentables semejante número de sucursales bancarias en Melilla su población tendría que multiplicarse ¡por cuatro!
¿Entonces? Era el secreto de Polichinela: blanqueaban dinero de forma descarada y cómplice porque era imposible que una ciudad, que hace unos años no llegaba a 36.000 habitantes, pudiera producir semejante cantidad de millones de divisas semanales que eran llevadas en mano a la península fuertemente custodiadas.
¿Acaso no lo sabían los dirigentes de los partidos políticos, el Delegado del Gobierno y el resto de las autoridaes, la policía y los organismos del Banco de España?
¡Pero si están ahí los datos! Melilla, al igual que Villagarcía de Arosa y otras plazas pequeñas recibían más millones de dólares en diversas divisas fuertes que plazas como Sevilla, Valencia, Málaga o Bilbao!
Desde entonces, ya era público que los españoles continuarían vendiendo sus casas a ciudadanos árabes, rifeños, musulmanes, de la plaza o de Nador, para obtener fáciles ganancias mientras otros invertían enormes sumas en la especulación inmobiliaria que todos hemos podido comprobar.
Por lo tanto, nada de que los moros invaden Ceuta y Melilla .
'No hay que preocuparse, nosotros a la larga ganaremos con los medios democráticos en la mano, creceremos y nos multiplicaremos, seguiremos siendo españoles mientras convenga y cada día son más los niños del otro lado que logran quedarse y llegan a conseguir los papeles', escuché a dirigentes del movimiento por la lengua tamathit, por la autonomía de su región unida al resto del Rif, por un consciente y querido aumento de la curva demográfica mientras las autoridades miraban y siguen mirando para otro lado mientras ven llegar miles de camiones containers al año cargados de mercancías que van hacia otros destinos en África. Hasta que el puerto de Tánger alcance su pleno rendimiento, y el de Nador colapse al de Melilla.
Ahora algunos pondrán el grito en el cielo y sacarán las banderas ante el peligro de que los moros con su situación legalizada y no como inmigrantes exijan el cumplimiento de sus derechos como cualquier otro ciudadano de Melilla.
En los cuarteles de la Legión todavía se canta esta copla: 'En la plaza de Tetuán hay un caballo de paja/ cuando el caballo relinche entrará el moro en España'.
Pongan ustedes Ceuta o Melilla, porque en la antigua plaza española de Tetuán ya hace décadas que entró el moro sin que el caballo relinchara. Es preciso un diálogo inteligente y acorde con los tiempos y la realidad geográica y económica. No más Perejiles ni marchas sobre desiertos en los que habitan seres humanos cn derechos adquiridos e irrenunciables. Es la hora del diálogo contructivo, por el bien de todos.
José Carlos Gª Fajardo
10 comentarios
Hasta los huevos -
Darwin1889 -
Los que viven en ceuta y sobre todo melilla, están hasta los cojones de sus innumerables fechorías y mal vivir.
Nota: ROJOS HIJOS DE PUTA, si os gustan los moros os le lleváis a vuestra puta casa con vuestros putos papitos.
antimorosenceutaymelilla -
yo -
javier -
LoL -
Teshuvah -
atimoro -
Carlos Miguélez -
Carlos Miguélez -