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J. C. García Fajardo

¡Cómo vivirían antes!

Thomas está convencido de que Nueva Orleans saldrá adelante. "Todos los lugares en los que ha habido desastres acaban siendo mejores, como Hiroshima", asegura.

'En la esquina de las calles Martin Luther King y Liberty, la casa en la que resisten Thomas y Simmons no ha sufrido casi daños, pero igual que el resto de los habitantes de la ciudad, estos dos trabajadores de la construcción no tienen ni luz ni agua. En su porche destartalado, rodeado de agua y basura que aún no han retirado, reposan unas brasas que debieron servir para calentar el café de la mañana. Ante la llegada del Katrina, Thomas decidió enviar a su mujer, sus seis hijos y seis nietos a casa de unos familiares en Baton Rouge, capital del Estado de Luisiana, a un centenar de kilómetros. A la pregunta de si van a poder resistir mucho más tiempo, responde: "No tenemos dinero ni sitio adonde ir".
(De la crónica de los Enviados Especiales de El País)

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Nesemu

5 comentarios

Sergei -

David, en USA nunca ha existido el concepto europeo de 'estado del bienestar'. No, allí no son así: se trata de una sociedad individualista y personalista, no de una sociedad con cierto sentido de 'lo público' y del bien común.

Sí estoy completamente de acuerdo con Alberto: la verdadera irresponsabilidad es construir donde no se puede o no se debe. Será que USA es un país pequeño y sin recursos.

De todos modos, una desgracia es una desgracia. Lo que hay que hacer es gestionarla como es debido, ahí está ahora el reto.

David (asturiano) -

Como en casi todas las catástrofes, los más afectados parecen ser los de siempre. Por más paradójico que resulte en este caso, ya que los ciudadanos de Nueva Orléans viven en la cabeza visible del mundo desarrollado. La sociedad estadounidense acusa sus carencias con el caos; el Gobierno, sus imprevisiones con las cifras previstas de diez millares de muertos. Las víctimas del huracán se resignan y vacían las armerías para defender una seguridad que la primera potencia militar y económica del planeta no puede garantizarles. Después del Katrina, en América sólo cabe preguntarse dónde ha quedado el estado del bienestar.

Alberto -

Como muy bien dice Carlos, es lamentable que tengan que suceder desgracias para que nos demos cuenta del mundo que habitamos o de la sociedad que estamos creando, cuando, con un poco de previsión -como vimos en el caso del tusnami-, todo sería más fácil. No seré yo quién de soluciones para el mundo actual, pero la verdad es que las desgracias de la actualidad son fruto de nuestros errores del pasado, tales como construir hoteles o incluso ciudades en lugares que la naturaleza no aconseja.

Carlos Miguélez -

¿Por qué siempre el planteamiento de que tienen que pasar cosas malas para que llegue algo bueno? ¡Es una trampa!

Sergei -

Así es América. Seguramente saldrán adelante. Es posible que Nueva Orleans se blinde ante huracanes y otras catástrofes.

Pero eso no arregla nada, porque el mundo -y USA también- está lleno de Nueva Orleans en potencia.