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J. C. García Fajardo

Nesemu: Volver a escribir cada día

Quizás os guste, ahora tengo que ejercitarme un poco porque he decidido volver a escribir un cuento al día desde la próxima semana.
Nesemu

Un profesional

En una posada del Camino de Santiago se reunieron un hombre de Dios, un peregrino y un sacerdote. Se quejaba el sacerdote de las pocas limosnas que daban los fieles. El peregrino argumentaba que, ya que iba en penitencia, se contentaba con lo que le daban, y el hombre de Dios permanecía en silencio. Les preguntó el sacerdote cómo distribuían lo que recibían de las gentes.
- Al final del día, - respondió el hombre santo -, suelo trazar un círculo en el suelo y lanzo las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo las utilizo para mis necesidades y las que caen fuera del círculo las empleo en el servicio de Dios, esto es, en ayudar a los más pobres.
- Pues yo, - dijo el peregrino -, también hago un círculo en el suelo y tiro las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo, las ofrezco al servicio divino, y las que caen fuera me las reservo para mis necesidades.
- Yo también, queridos hermanos, - intervino con unción el sacerdote -, dibujo un círculo en el suelo. Las que caen al suelo me las reservo para mis necesidades, que son muchas, y las que no caen son para Dios. No en vano nosotros los servidores del templo somos profesionales de la caridad y ésta, bien entendida, comienza por uno mismo.

José Carlos Gª Fajardo

19 comentarios

ingrid -

lo que quiero de quiero decir esque este cuento tienen que revelardo a todo el mundo para que todos sepan de esto y tener mas publicidad

Pensador@ -

Lo 1º k kiero dcir es k est cuento es popular i no a sido inventado x Jose Carlos...Lo segundo es dcir k komo Santiaguesa k soi m a parecido mal k el escritor adpt la historia d manra k parezca una critica a Santiago,su camino y sus albergues.Las prsonnas k trabajan en los albergues son maravillosas.Pro aora k kada kual piens lo k kiera,solo keria djar claro una cosa tan evidnt

Sergei -

¿La caridad un acto humano? ¿Porque sí? Hay que leer menos a Rousseau.

De todas formas, la caridad no sólo consiste en dar dinero, se pueden regalar tantas cosas...

José Luis -

La caridad es un acto humano y la complacencia otro. Una función importante que constituye a personas libres de zonas erroneas es dar sin recibir nada a cambio, eso ya depende de la otra persona y tú ya has hecho tu parte...

Sergei -

Pensándolo bien, de buena mañana, gastármelo en mí también es una inversión.

Sergei -

Pues yo, cuando cobro, me dejo de tonterías y pongo mi escaso sueldo a buen recaudo. Por supuesto, no para invertirlo, sino para gastármelo, que mi cuerpo está ansioso de caridad.

hormiguero -

Ahora que podemos: dibujemos nuestro círculo y pensemos qué hacer con nuestras monedas...

Pablinator -

Es cierto, "la caridad bien entendida empieza por uno mismo". El problema acontece cuando nosotros nadamos en abundancia y otros se ahogan porque no nadan en el mismo mar que nosotros.
Me gustaría responder a Isabel: "En mi vida religiosa he dado y he recibido...". ¿Por qué atribuirle tus méritos a la religión y no a ti misma?
Rosa, yo no creo que las más sonadas sean las religiosas, creo que las más sonadas son las silenciosas de cada día.

Nesemu -

¡Pero si se trata de un cuento!
¿Por qué saltan algunos como si se estuviera generalizando con una aserción descalificadora? Isabel, se trata de un cuento. Jesús habló todavía peor de los sacerdotes del templo a quienes calificó de /sepulcros blanqueados/, y de los fariseos y escribas hipócritas. El no hablaba en sentido figurado, como el autor del cuento. ¿Quién ha criticado aquí al Camino de Santiago? ¿Por qué no saltamos así cuando hablamos de un sanyasin, de un místico sufí o de un judío de Warsovia o de un personaje de las Mil y una noches? Pero, querido Pancho, por desgracia, el cuento se basa en una anécdota muy parecida que me aconteció con el Párroco de una parroquia gallega. El cuento no descalifica a los curas sino que es como una parábola que hay que saber tomar con humor, Isabelita, ita, ita.

Rosa -

Existen muchos religiosos que ayudan, y muchos otros que no lo hacen. Pero la realidad es que son los religiosos los que hacen que sus ayudas sean sonadas, ¿por qué será? Aunque nos tenemos que dar cuenta de las ayudas anónimas que hace tanata gente.

Isabel -

En el Camino de Santiago lo único que encontré fueron obras buenas por las que yo poco podía ofrecer a cambio. Durante quince dias dormí en albergues religiosos o conventos o en los que teníamos agua caliente, camas y una recibida afectuosa. Éramos 55 y eso no sienta muy bien nunca al que acoge.
En mi vida religiosa he dado y he recibido y puedo afirmar que son las personas de este entorno las que más me han ayudado.
No es justo que se les juzgue a todos por lo que hacen unos pocos, pues entonces yo diré que los extranjeros roban y matan, puesto que algunos lo han hecho. Una vez más están pagando justos por pecadores, pero yo en mi Iglesia tengo mi moral tranquila, doy lo que puedo, y sé que mis compañeros o los curas que a mi también me ayudan no obtienen grandes beneficios de ello. Yo no obtengo nada material por dar catequesis, pero os aseguró que saco grandes cosas para mi vida. Y con todo eso soy feliz, a pesar de lo que la gente piense de mi Iglesia, yo tengo la moral muy tranquila, no sé los demás...

pancho -

El cuento nos puede estar mostrando un reflejo de la realidad en cierto punto. No llego a encontrarle un sentido pleno al relato, pero mi opinión trata sobre ese tipo de caridad. Por una parte, es el reflejo de la realidad, donde todos hablan de ayudar al pobre; todos hablan mucho pero luego poca cosa: "mucho ruido y pocas nueces". Por otra parte, el sacerdota comenta que sus necesidades son muchas, y que las que no caigan serán para el señor. Tanta caridad, tanto ayudar a los pobres, pero al fin y al cabo poca cosa. No hay más que ver lo "mal" que viven todos los miembros de la Iglesia, además de no caracterizarse por el mucho trabajo que tienen.

Cristina -

Este cuento refleja una situación que se da habitualmente. Suelen dar más, por lo general los que menos tienen, algo que considero que tiene más valor que todo el oro del mundo que pueda dar una persona que lo tenga todo.

Elena -

que no está bien generalizar, así que me pongo del lado de que, aunque haya (demasiados) curas que tiendan hacia el beneficio, hay otros que no lo hacen. Pero volvemos a lo de siempre: pagan justos por pecadores, y el cuento lo relfeja muy bien.

Elena Martín -

Como siempre, hay personas para todo. Aquellas que dan sin esperar recibir, y aquellas que no dan y además esperan recibir. Sigo en mi línea de

Jorge P. -

Me alegro que vuelvas a escribir cuentos sencillos y expresivos como éste. A veces uno necesita que le ayuden en el día a día con pequeñas cosas. Ánimo.

Scicker -

El que más tiene, es el que menos da. Curioso que sea el sacerdote quien ofrezca esa manera de servir a su dios.
Creo que este ejemplo se puede ajustar bastante bien a la realidad. ¿Realmente en que invierte la Iglesia las donaciones de los fieles? ¿En actos sociales o en las "muchas necesidades" de los sacerdotes?

David Álvarez -

La máxima expresión de la caridad o entrega al prójimo nunca provendrá de fuentes materiales ni buenos gestos económicos hacia X persona, sino de un excelente ser humano, desarrollado y capaz. Una mano curtida y llena de callos.

David (Asturiano) -

Tal vez este cuento esté basado en hechos muy reales, y tal vez haya sido real. Es difícil establecer la definición más adecuada para la caridad, pues incluye todo un espectro de posibiidades desde la justicia al más puro egoísmo de las éticas materiales.