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J. C. García Fajardo

Nesemu: ¿A quién beneficia el crimen?

Dicen los despachos de Agencia: //El jefe del Gobierno de Georgia, Zurab Zhvania, uno de los líderes de la Revolución de las Rosas que, en noviembre de 2003, llevó al poder al presidente Mijaíl Saakashvili, murió de forma súbita el jueves de madrugada, intoxicado por un escape de gas, según las primeras versiones oficiales. Zhvania, de 41 años, un buen gestor económico y un político moderado, era considerado como un contrapunto al impulsivo Saakashvili, por lo que su fallecimiento abre incógnitas sobre el futuro rumbo de Georgia, Estado caucásico con serios problemas separatistas//.
Mejor, rebobinemos para poder analizar la situación en Georgia. Recordemos el envenamiento del disidente pro americano Youshenko. Echemos un vistazo a la región gracias a www.guiadelmundo.org.uy. Vale la pena. Después del discuros de Bush y de la toma de posición de Putin ante los descalabros económicos que se avecinan, estamos ante una reorganización de fuerzas y de alianzas. Perdida Ucrania, se mueven otras piezas en el tablero. Cualquier hipótesis es válida menos la de una intoxicaión por gas en casa de un ambicioso político de 25 años que estaba en la cocina mientras el primer ministro de 41 años esperaba en el salón. ¿No tenían servicio, ni escoltas, ni precauciones? No. Echemos un vistazo al tablero y sigamos de cerca las insólitas muertes que nos devuelven al mundo de George Simenon. Ah, y dicen los responsables del Ministerio de Sanidad que el mal sistema de calefacción ya ha producido más de 45 muertes. Que no vengan con milongas: eso no sucede en casa de los ricos y menos en las de los altos mandos de las repúblicas exsoviéticas.

Nesemu

1 comentario

Sergio -

A priori, se nota la mano de Moscú. Al menos a Putin le interesa que la zona no sea estable porque sus fronteras están seguras y porque sabe que EEUU busca influencia en la zona.

De todas formas, Georgia es un país muy complicado: demasiados intereses y demasiado nacionalismo. Y encima si todo eso se promueve con dinero de unos y de otros el asunto se convierte en un verdadero polvorín.

Pero mientras a ninguno de los dos grandes que tienen intereses en la zona no le interesa crispar de verdad el ambiente las cosas no llegarán muy lejos.

Esto es lo de siempre: ¿por qué no nos dejarán vivir en paz? Me lo pregunto cada día que me levanto y pongo el telediario mientras desayuno.