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J. C. García Fajardo

Bitácora de un jubilata: Momentos mágicos

Existen momentos mágicos. Se presentan de repente, aunque tú los hayas preparado poniendo todo de tu parte. Otras veces, llegan así, como si nada. Siempre te sorprenden. Los griegos utilizaban el término kairós para referirse a ellos, en lugar del conocido kronós, siempre 24 horas, 60 minutos, 60 segundos.
Y estos momentos mágicos, hay que saber atraparlos, echarles mano, dejarse llevar por el ambiente, por la estética o por el silencio. Como estas verónicas que vuelan en las manos de Morante de la Puebla en la corrida de la Beneficencia.
Brindis al Rey: “Majestad, brindo por Usted, por España y por la Paz” y, vuelto de espaldas, lanza su montera que va pasando de mano en mano, fila a fila, hasta el Palco Real, desde donde preside acompañado por la Presidenta de Madrid y por el Ministro de Justicia.
(Dejemos el lapsus de los comentaristas que echan de menos al “delegado del Gobierno” (sic) y que “ya era hora de que viniesen los ministros a la Fiesta”. Sin darse cuenta de que en la Corrida de la Beneficencia es correcto que esté el Ministro, precisamente de Justicia. Y luego, añaden: “Como es la corrida de la Beneficencia, los toreros no cobran nada y los ganaderos ofrecen el ganado que seleccionará el veterinario; de esta forma, todos los beneficios irán para ¡una ONG!” Increíble, pero cierto. Desde antiguo se entregaba este dinero para obras de “beneficencia”, ayudar a los pobres, a los enfermos, a los ancianos, a los asilos etc. Las efectuaban instituciones del Ministerio de Justicia, antes con otros nombres, y órdenes religiosas asistenciales. Durante la República, eran asociaciones laicas de auténtica beneficencia. Pero las ONG no se dedican a la beneficencia, sino a la causa de la justicia, a denunciar abusos y aportar propuestas alternativas, a alertar la conciencia de la sociedad y a formar voluntarios sociales. Pero, ahora, la moda es meter en todo a las ONG, como si fueran los héroes de la Hora 25. ¡Si somos enanos caminando a hombros de cuantos nos precedieron! Como si la beneficencia no fuera todavía necesaria, y siempre lo será en los modos aunque sin crear asistencialismo ni dependencia.
El primer toro es de Gavira, de la línea Domecq, de nombre Camorrista, negro zaíno, y con  516 en la romana.
Hoy torea los seis toros Morante de la Puebla, de toreo hondo, antiguo, clásico y que no sonríe, asesorado por el Maestro Rafael de Paula, gitano y siempre misterioso, con su barba blanca, sombrero de ala ancha y su buen veguero en la mano. Sentencioso en el decir cuando le acercan el micrófono.
Ahora sale “Gavioto”, castaño de 540 kgs, con volumen y el trapío necesario para Madrid, ¡siempre torista!, a diferencia del público de la Maestranza que se ocupa más de los toreros y del arte que llevan dentro; y con el que saben arrancar el que a veces encierran algunos toros. Pero el público, y no sólo “los del Siete”, protestan. Esperemos. Un maestro como Morante, enfrentado a seis toros, sabe esperar y dejar pasar a los que le parecen adecuados para su forma de toreo. Cambian el tercio.
¡Cómo maneja este hombre la capa!, como una falda de volantes, en esta etapa femenina del hombre que, a las cinco solares de la tarde, va con medias de seda de color rojo, con ropa de seda ajustada, marcando paquete, que enfunda bailarinas y que camina con pasos de ballet, mueve la cintura al citar y sólo cuando fija, manda y templa, cuando la muleta habla desde una muñeca ágil y firme a la vez, con cadera caída, y los pies fijos clavando el ángulo que marcan los cánones, hace su aparición el macho hasta que logra hundírsela y metérsela hasta la bola, el estoque, digo, y es cuando, con la mano en la cintura y en el otro antebrazo la muleta plegada, saca la pelvis y con todo el erotismo del mundo desafía al toro moribundo, le grita, aleja con un brazo extendida y la mano volandera a la cuadrilla, porque ese momento de intimidad es suyo y sólo suyo… mientras respeta y admira y aclama con la barbilla pegada al pecho, la nobleza y el valor del icono totémico muerto. A sus pies, y temblándole las piernas mientras devuelve el aire acumulado por la tensión y el miedo.
Hubo un tiempo en que, cuando el toro había sido bravo y noble, había puesto al torero a la orilla del barquero, enviaba a su mozo de espadas al desolladero para que le subieran los huevos del toro y se las preparasen para la cena.
Hay bronca en la plaza mientras el maestro Morante, con el vestido de los valientes, grana y oro trata de fijar al morlaco. Ahora entrevistan a Carlos Abella, Embajador de España, caballero y señor, gran hombre de confianza del Duque de Cádiz y que ha vivido momentos claves en la historia de nuestro país. Hemos sido compañeros y amigos, honrados con la confianza y afecto del nieto primogénito de Alfonso XIII, hijo mayor del Duque de Segovia, Duque de Anjou y pretendiente al trono de los Capetos cuya nieta Eugenia, hija de Luis Alfonso fue bautizada ayer en Paris entre el entusiasmo de los legitimistas franceses...  y de las revistas de papel couché (que compran las mujeres pero que “hojeamos” los hombres con fruición para decir al final, ¡qué tontería!)
Oh tempora, oh mora!
Desde que me he acercado a la jubilatería, de la cual os hablaré un día, en esta Bitácora de un jubilata, pasé la dura prueba de la adaptación, que todavía no aceptación, de esta condición para la que nadie nos había preparado. Pero, con Azorín, veo que vivir es ver volver y con paciencia voy regresando a pasos antiguos, no perdidos sino aparcados.
Como decía la pastora Marcela en una de las páginas más bellas y misteriosas de Cervantes… pasos que nos acercan etc. etc
El tercero, Pirata, de Ana Mª Bohórquez, también del mismo encaste aunque más de la línea Osborne, enmorrillado, bien armado pero con el peligro de darse la vuelta al revés, después del lance. También supera la media tonelada. Lo dejo en la suerte de picas, que es necesaria en la lidia, pero que no me deleita.
Recuperados mis paseos tempraneros por el campo, vuelvo a recuperar las riendas de mi mismo  porque intuyo que la clave está en el ritmo. Antes, fueron la voluntad, el entusiasmo, el arrojo, la constancia, el esfuerzo y hasta la audacia. La búsqueda del éxito, una vez superadas las ansias de victorias, porque estas entrañaban vencidos, y las abandoné a tiempo.
¡Qué bueno es Morante con la muleta!, y eso que aún estamos con la derecha. Ya llegarán los naturales.
Esta mañana fuimos a saludar a nuestra nueva médico de familia, en las recién estrenadas dependencias de la Seguridad Social, más cercanas a nuestra casa. ¡Qué inteligente y preparada, qué sintonía! Era una consulta de 6 minutos que se alargó a una hora, ya sé que no se debe, pero… Le recordé la costumbre china de pagar al médico mientras uno está sano, y dejar de hacerlo cuando uno enferma y el galeno se ocupa en restaurar la armonía perdida, dañada o extraviada. Nos entendimos bien y hablamos de la Jubilatería, término que le encantó cuando se lo hube explicado. Mañana le enviaré libros y flores. Nobleza obliga. Su padre lo pasó mal cuando cumplió los setenta, pero ahora, con 75, ha recuperado el gusto por la vida, y vive con plenitud.
Después, grabamos 30 minutos para el programa “El club de la Vida”, de Radio Nacional que se emite sábados y domingos, de siete a ocho de la mañana, para las personas mayores, claro, que a esa hora están bien despiertas. Les gustó un artículo que habíamos publicado en el CCS sobre “los seniors”, como ahora nos llaman como objeto codicioso del marketing, como durante años fueron los jóvenes. (Colgaré aquí ese artículo que recoge parte de mi pensamiento sobre el tema. Anécdota: lo leí y me gustó, le pregunté a Ana “¿Cuándo lo escribí?” “Lo escribí yo después de una charla que nos diste” ¿Veis? Esto es trabajar en equipo con profesionales que aprenden, maduran y enseñan. Cuando uno se siente identificado con lo que escriben y con los éxitos de tus colaboradores)
El cuarto, Zapatero de nombre, 504 kilos, es de Rosario Osborne, del mismo encaste, pero falto de casta, y mansea. Buen trabajo el de la cuadrilla, problemas con las frias, como llama Antoñete a las banderillas. Vaya, parece que el Maestro le ha visto algo, profundidad, hondura y, aunque le falta fuerza y ha blandeado de remos, a Morante  le ha gustado… veremos.
El jubilata no es que ahora disponga de más tiempo. El tiempo no existe porque lo vamos creando, haciendo, según lo necesitamos. El arte está en recuperar el sentido de este tiempo, su valor y tratar de obrar en consecuencia. Es cierto que la agenda disminuye en obligaciones y se abre en posibilidades que, quizás en el pasado uno ha descuidado en beneficio de otras urgencias. De ahí, que la gente no comprenda cuando personas que hemos trabajado duro digamos que ahora nos sentimos con las manos vacías… y con ausencias y la sensación de no haber hecho nada… en comparación con lo que hemos tenido la terrible oportunidad de descubrir. Lo comentaba ayer con el fundador del Teléfono de la esperanza y de Mensajeros de la paz. Premio Príncipe de Asturias de la solidaridad, o algo así. Pero que sabe pasar y asistir al Concierto en Palacio con los Stradivarius igual que otras veces se pasa horas, días y noches, con los marginados y excluidos. Sin esperar nada a cambio, por compartir y para poder seguir viviendo sin tanta vergüenza ante un mundo injusto e inhumano.
Ayer asistí a la toma de posesión del Rector en el Paraninfo de la Universidad. Es su segundo mandato. Presidía Esperanza Aguirre que pronunció un interesante discurso, se lo dije cuando nos abrazamos y me dijo: “Profesor, si tú me lo dices no sabes cuanto me alegra”. “Sí, menos política  y, a cada momento, su lidia”.
Encuentros llenos de emoción en esa ceremonia con Luis Sampedro, 90 años, y tan lúcido y cariñoso y atento como siempre. Estaba feliz en la fiesta de su discípulo, que homenajeó al Maestro con cordura, cariño y admiración.“El jueves iré a la clausura del Foro”, le dije. “¿De verdad, vendrás? ¡Qué alegría!” me respondió reteniendo mi mano entre las suyas.
(Ha salido el 5º… con casi 600 kilos y ha despertado el entusiasmo del público y hasta de Rafael de Paula ante los lances  de recibo a la Verónica que pusieron a la plaza en pie. ¡Qué hermosura!  ¡Tenemos toro! Y torero. Ojalá no se estropee en varas. ¡Qué quite por chicuelinas, con las manos bajas, con vuelo y arte que hace que el público rompa sus manos aplaudiendo!)
Saludo a viejos amigos, a mi lado estaban Nicolás Redondo y Cándido; evocamos tiempos en que nos encontrábamos durante el mandato de Carlos Ferrer, Presidente de la CEOE. Y hablamos de política, claro, con esa cierta perspectiva, no cínica, de los jubilatas. Pocas palabras, las justas. Estaban todos los Rectores y muchos antiguos rectores de las universidades de Madrid. No en balde La Complutense es la primera universidad de España y la segunda de Europa en número de estudiantes y de profesores. Decanos amigos, profesores, escritores, Almudena Grandes y Luis, su esposo gran poeta. Y un sin fin de compañeros y de amigos que luego nos volvimos a juntar en el convite (como se decía antes) con buen vino en las copas. ¿Veis? Hay momentos así que parecen recuperarnos en nuestro verdadero ser y nos alivian de esa sensación inefable (no se puede describir, fablar con palabras)
¡El toro ha cogido a Morante de la Puebla!  Lo revuelve en tierra. Un grito silencia la plaza mientras sale en brazos de su cuadrilla. Rafael de Paula, con su sombrero cordobés, sale de su burladero y camina despacio camino de la enfermería adonde conducen a su pupilo. No dice palabra. No hace falta. Clamor, entonces, en la plaza y repetición de las imágenes en el televisor. Esto es así. Así es la fiesta. Digan lo que digan sus detractores. Ahora no tengo nada que defender ni argüir, vale con el silencio mientras sale el sobresaliente a hacerse con el toro ya resabiado y con más peligro que nunca, pues tocó carne humana y olió su sangre. Pero va a morir de una media estocada bien colocada. Parece que Morante no lleva cornada y que sólo tiene una brecha que han cosido los médicos y dicen que se dispone a regresar para torear al sexto de la tarde. Antonio Gala está pensativo pues le une una antigua y profunda amistad con el torero.
Ayer también fue un día que pareció fuera del tiempo presente. Sin ir A la recherche du temps  perdu, me encontré con amigos como el padre Angel, viejo compañero de fatigas durante más de veinte años, como Javier Garralda fundador de Horizontes abiertos del que Angel me dice “Ya está muy viejo”. Nos sentamos juntos en el Salón de Columnas del Palacio Real, para escuchar  al Cuarteto Artis de Viena interpretando a Mozart, Mendelssohn y Shostakovich con los maravillosos violines, viola y violonchelo que, en Cremona, crearon las manos artesanas de Stradivarius. Pertenecen a la Colección palatina que hizo Carlos III con el conjunto de instrumentos que Felipe V había conocido en 1702, en la corte de Cosme III de Médicis. La Colección palatina se conserva y cuida con mimo y, unas cuantas veces al año, son utilizados por maestros de las mejores orquestas del mundo para deleite de los aficionados, y privilegiados que hemos atendido a la invitación arcaica, y que no está fuera de lugar por la discreción de su ámbito y que comienza así: “De orden de Su Majestad el Rey (que Dios guarde), el Jefe de Su Casa invita al Sr. D. XXX, al concierto interpretado por el Cuarteto Artis de Viena, con los stradivarius de la Colección palatina etc. etc. Viene sobre papel verjurado autentificado por sellos secos de la casa Real, también en el sobre entregado a mano en tu casa y que tú ni te esperabas pero que ahora aceptas como si nada. Estas cosas ya no son patrimonio de la aristocracia. Allí estábamos personas de toda procedencia, presidentes de ONG, diplomáticos, profesores, funcionarios, académicos… Muchos de nosotros republicanos. Lejos están los fastos que conociera este Salón de Columnas, diseñado por Sabatini, que fuera Comedor de Gala y Salón de Baile, hasta Alfonso XII, que mandó crear el nuevo Comedor en el ala Poniente de Palacio para sus bodas con María Cristina de Hausburgo y Lorena.
(La plaza aguarda expectante porque están vistiendo de nuevo a Morante de la Puebla y ya sale de la enfermería con varios puntos de sutura en la frente y en la cabeza, dispuesto a enfrentarse a su último toro; cuando hubiera podido dejarlo con todo derecho a sus dos sobresalientes. Pero por algo se está entre los diez primeros del escalafón. En pie, el Cigala aplaude con emoción y respeto. El torero sale algo sonado, como un boxeador que se empeña en regresar el ring, aquí al altar en donde, a las cinco de la tarde solares, se enfrentan el hombre y la bestia, el ángel y el demonio, lo masculino y lo femenino, el arte y la fuerza, el alma y el cuerpo etc. etc.).
Dios, qué emoción: con la capa se lo lleva desde las tablas a los medios, ganando terrenos, y orlado por la sangre sobre el rostro y con el talante de siempre, sin un sólo gesto de más. Ahora vienen a la mente sus navarras y sus gaoneras, sus chicuelinas y sus adornos toreros del otro día. Una vara, y el Maestro en persona va al quite: Silencio, va por verónicas increíbles, de ensueño, cuando esperábamos delantales… qué maravilla, qué lances. Y mañana, Talavante, el Juli y el francés Sebastien Camellas que arranca Ohs, además de Olés.  ¡Va a banderillear el torero! La plaza se viene abajo. Silencio. ¡Qué tres pares, reunidos y precisos, asomándose al balcón y rematando la faena. La plaza en pie, y el Rey, y el Ministro y la Presidenta y la bandera en pie y aplaudiendo mientras se detiene el tiempo!
Sí que vale la pena vivir apasionadamente estos momentos de magia, de misterio, pues pasa el sufrir y el gozar pero queda el haber sufrido y el haber gozado y, después, ¡que salga el sol por Antequera!
Al final, el torero nos llevó más allá del espacio, en volandas y suspendidos en una magia que ni se entiende ni se abarca ni se puede compartir. Morante estaba traspuesto, se gustaba, se recreaba, se alargaba, mandaba y templaba y los aplausos y los olés llenaban la plaza mientras el Maestro entraba a matar y, después, se retiraba llorando hasta su gente mientras apoyaba la frente contra las tablas con un respeto imponente que se iba con la tarde y había conseguido expandir el tiempo.
Nesemu
(Va sin editar porque me he pasado varios pueblos. Mi propósito era no escribir más de 700 palabras)

 

 

7 comentarios

Diego López -

A mí me gusta también el Fandi, que volvió en el Corpus en Granada por todo lo alto. Han pasado muy buenos toreros por Las Ventas este año y es difícil quedarse con uno solo, pero a mí me encantó la valentía y la faena de Rafalillo... lástima que no tuvo suerte con la espada.

Yo me apunto a la tertulia también.

Nesemu para Xaime -

Hace tiempo que estoy convencido de que tú y yo coincidimos y compartimos muchas más cosas de lo que pensamos. Además, yo te aprecio... pero no pierdas el sentido del humor: Senovilla es una de las personas más buenas que conozco, déjalo que juegue. ¡Si hubieras visto el abrazo que nos dimos Espe y yo y la parrafada recordando tiempos...se te hubiera hecho coca-cola. Animo, Xaime, no bajes la guardia pero tampoco la espada

Nesemu para Senovilla y para Al Mansur -

La Fiesta Nacional, como dice Xaime, me apasiona. Mis padres y mis tíos entendían mucho y nos llevaban con ellos. Conocían a toreros y vivimos un ambiente de lectura, de respeto y de admiración por la Fiesta. ¡Durante dos años mantuve un seminario sobre el tema en la facu, pero luego me rendí ante los bien organizados de Pizarroso! Estoy que se me hace... gaseosa pensando en la corrida (qué homónimo tan apropiado)de esta tarde. Me gustan los tres, aunque soy más de la escuela de Talavante. Ardo en deseos de recuperar a José Tomás y me gustan Manzanares, el Fandi y algunos más. ¿Por qué no organizamos algún día una tertulia en Cantarranas tomándonos algo? Fuerte abrazo para los tres et alii

senovilla -

Que sexto toro...mereció la pena la tarde solo por ver esa faena. Después de el "pinchacito" quiso hacer todo lo que no había hecho en los cuatro toros anteriores...en el quinto puso algo de intención...

Es raro que Morante ponga las banderillas, pero ayer se lució, unido a las medias y las verónicas demostró lo que puede hacer, si quiere. Lástima del bajonazo pero bueno, al menos nos quitó el mal sabor de boca con que teníamos pensado salir después de la decepción con los 4 anteriores.

Iván Al-Mansür -

Yo tampoco quiero pensar mal, pero espero que el nombre del cuarto de la tarde no se lo hayan puesto por sus características. Desconocía de usted ese saber taurino. Olé maestro.

Xaime -

Morante no es torero de mi devoción, eso se lo dejaremos a Senovilla que estaba el primero en La Monumental ayer; espero con nervios la corrida de hoy, que si El Juli repite faena de San Isidro, al igual que Castella puede ser para grabar (y Talavante que se quite la espina de no estar en San Isidro por la cogida de Valladolid). Pero Javi, que siempre hablamos de toros por estas fechas, no hagas como los cafres comentaristas de Telemadrid y mezcles política, La "Fiesta Nacional" se llama así por algo, porque intenta unir en un arte, no dividir. Y por cierto, me gusta ver que no todo es distinto entre el profesor y yo. "Disfrute de la corrida, y de las horas que nos deja para recordarlo todo". (como decía mi abuelo).

Javi -

Menos mal que Zapatero, el 4º de la tarde, no fue el que cogió a Morante (tan venerado como odiado en la Monumental), porque si no teníamos a doña Espe pidiendo responsabilidades por la política taurina del gobierno.