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J. C. García Fajardo

Objetores de conciencia contra la "Educación para la ciudadanía"

En España se abre el debate sobre la nueva asignatura sobre Educación para la ciudadanía que prepara el Ministerio de Educación con el concurso de los mejores filósofos, profesores universitarios y expertos en pedagogía.
Parece increíble que organizaciones y medios de comunicación próximos a la Iglesia católica se hayan lanzado al monte descalificando de la manera más burda y beligerante el contenido de esta nueva asignatura, y aún del derecho del Estado a organizar los planes de estudios.
La misma Conferencia Episcopal se ha movilizado mientras pretende que la asignatura de religión católica, impuesta por los obsoletos acuerdos con el Vaticano, sea evaluable como las matemáticas, la literatura o las ciencias para el currículum de los alumnos, y como mérito para la obtención de becas escolares.
Después de haber padecido durante la dictadura la imposición de las llamadas “tres marías”, Religión, Gimnasia y Formación del Espíritu Nacional, que no era sino adoctrinamiento en los Principios del Movimiento Nacional y en el Catolicismo como pensamiento único, ahora amenazan con la “desobediencia civil” si los estudiantes españoles se forman en valores cívicos, en derechos humanos, en democracia y en una auténtica justicia social acordes con la Constitución y con los Acuerdos Internacionales que hemos libremente ratificado.
Rafael F. Navarro, aborda el tema en su artículo ¡Una iglesia objetora de conciencia! donde sostiene que en esa asignatura se trata de transmitir los valores reconocidos al ser humano a lo largo de la historia, como los derechos universales, la igualdad de hombre y mujer, el respeto a las distintas razas, religiones, a una pluralidad fecunda, la solidaridad con los pueblos más oprimidos, la convivencia con el entorno, la preocupación por el devenir del planeta, la injusta desigualdad entre los pueblos. Y a estos valores hay que añadir los que surgen como nuevas formaciones familiares, realidades sexuales que han permanecido proscritas como tabúes, adquisiciones científicas que desde la provisionalidad van hacia tratamientos que nos llevarán a una vida mejor y a una muerte más digna con derecho a ser ejercida con responsabilidad y sin coacciones.
La sociedad civil no puede renunciar a lo ya adquirido con mucho esfuerzo a lo largo de la historia, ni a un futuro lleno de esperanzas. No se siente poseedora de verdades absolutas, sino de experiencias que engendrarán nuevas metas. A vivir estas realidades y a buscar otras muchas compromete la necesaria Educación para la ciudadanía.
Ante este planteamiento, tan lógico como racional y asentado en los principios inmutables que se asientan en la declaración de Derechos del ciudadano, la jerarquía de la iglesia católica apoyada y urgida por movimientos neoconservadores que rozan el fanatismo ideológico, se declara "objetora de conciencia" ante estos planteamientos ciudadanos. Los obispos parten de la inadmisible pretensión de estar en posesión absoluta de la verdad, y en consecuencia, su misión no es la de buscar, sino la de declarar e imponer lo que es bueno y lo que es malo y así salvar y condenar sin miramientos a los seguidores de unos u otros criterios.
Este maniqueísmo que tanto dista del mensaje de Jesús de Nazareth y que tan peligrosamente acerca a estos movimientos seudo religiosos a los fanatismos que denuncian en las sectas, no les impide violentar la libertad y el derecho a la búsqueda de la felicidad y a la misma vida con arreglo a la propia conciencia, como han venido reconociendo desde hace siglos en tantos países mientras ellos imponían su ideología en los pueblos conquistados y colonizados con un absoluto desprecio a sus creencias, tradiciones y derechos.
La historia debería recordarles cuántos desmanes han cometido con esa postura, desde Galileo hasta la Inquisición, desde las Cruzadas a las persecuciones religiosas.
Durante cuarenta años la Iglesia educó en los antidemocráticos principios del franquismo. No alzó entonces la voz para oponerse al dictador. Se prohibían valores como la libertad de expresión, de reunión, de sindicación, los partidos políticos, las elecciones libres, la libertad de conciencia mientras colaboraba con un régimen de represión. Se sucumbió a las doctrinas excluyentes que impusieron duraron tantos años a cambio de beneficios, privilegios de todo tipo y la convertían en el adalid de un régimen antidemocrático enemigo de las libertades y de una auténtica justicia social.
Muchos se preguntan si los obispos de esa Iglesia que fue cómplice de tantas calamidades y represiones pueden ahora alzarse contra los planteamientos de un Estado no confesional apoyados en una Constitución democráticamente aprobada.

 

10 comentarios

jose navareño garrido -

El problema es que esta "educacion para la ciudadania" choca en muchos puntos con la iglesia, y ya sabemos todos lo que pasa cuando ves las orejas del lobo...Si este proyecto se lleva a cabo, podria suponer el principio del fin de la iglesia catolica, y es normal que se declaren "objetores de conciencia"...
Renovarse o morir...

María Vindel -

Esta nueva asignatura es un avance más de la democrácia. Sólo se pretende enseñar a los alumnos que vivimos en un país libre y democrático donde existen unos derechos y unos dereberes. Si la Iglesia se quiere quejar esta en su derecho pero creo que tiene la batalla perdida. Vivimos en un país laico y cada día la Iglesia pierde peso. Se debe ignorar la voz de una institución basada en el conservadurismo, en la intolerancia y en la opresión.

alejandro estrada -

Veo bien que se imparta este tipo de asignaturas en las aulas, pero lo que no podemos olvidar es que a la escuela se va a aprender, la educación es una cosa que se nos tiene que imponer en casa.

Ana Carrión Guijarro -

Pienso que principalmente la educación la recibes en casa, pero el colegio también es una parte importante. Por eso, creo que ésta asignatura si que puede ser favorable en el sentido que enseñe modales y comportamientos correctos, y que les enseñe a los alumnos cómo,aunque sean ellos los que elijan su camino, elijan uno adecuado. Que sea una asignatura que en la que exista la libertad para pensar y actuar, pero que te oriente de buen modo.
Respecto a la posición de la Iglesia, creo que debería ser tolerante.

Emma Bernardo -

¿Cómo es posible que la Iglesia critique esta asignatura llena de valores para guiar a la juventud que tanta falta hace? La sociedad avanza y la Iglesia, estancada todavía, pretende parar lo inevitable. La Iglesia está perdiendo su influencia y privilegios impropios de una sociedad cambiante. Influencia obtenida aprovechando una situación generalizada de ignorancia y opresión, beneficiándose de ella. Las acciones de la Iglesia están volviéndose contra ella.

Leticia -

Es el momento para cambiar. Una asignatura que muestre la realidad, y eduque en valores de igualdad es muy necesaria en esta sociedad donde se encuentra más de una religión.

JMMG -

La educación española es un estrepitoso fracaso.Nuestra generación ha sido víctima de la LOGSE. Para ésto una de dos: o no tener hijos o educarlos tu mismo.

Rocío Romero Molina -

En primer lugar no existen verdades absolutas, las cosas no son ni blancas ni negras. Todo es relativo en relación con algo.

Considero que esta nueva asignatura puede tanto favorecer a la población como perjudicar. Esta asignatura deberá ser impartida de forma neutral , dando a conocer la realidad tal y como es ,sin incitar a los escolares a ver las cosas de una u otra manera o a adquirir unos u otros valores. Lo más justo es que cada cual escoja su propio camino ,técnicamente somos libres. Ya que esta asignatura también puede ser un arma del Estado para que pensemos de una u otra forma. ´

Por otro lado creo que la actitud de la Iglesia es muy tajante ya que la asignatura podría favorecer a la población. Igual que la Iglesia se opone a esta asignatura otros colectivos se pueden oponer a la religión en los colegios. Pero tanto una como otra son necesarias en una sociedad hipócrita y cruel en la que todo vale y vale todo sin mirar los medios para conseguirlo.

No debemos creernos todo lo que nos digan sino descubrir y llegar a una conclusión por nosotros mismos. Y extraer lo bueno para nosotros de cada cosa, acto , situación...Porque todos somos iguales y diferentes, y no pensamos de la misma forma , por tanto lo que es bueno para uno alomejor no es bueno para otro.Pero ante todo debemos respetar la elección de los demás porque son igual de libres que nosotros y nosotros somos igual de libres que ellos.

Rocío Romero Molina.

Xaime -

Mi etapa escolar la pasé -no hace mucho- en el Colegio de Huérfanos de la Armada (colegio militar) y asignaturas obligatorias eran Religión e Historia Militar y, ninguna de las dos, ha sido nunca evaluable para la media oficial que permite obtener becas u otras ayudas del Estado. En un colegio cuyo profesorado, desde el Director hasta el profesor de gimansia, y que se mantiene por el Ministerio de Defensa las asignaturas que quieran incluir a la educación me parece normal e incluso lógico. Educación para la Ciudadanía será de obligada cursación, ¡una asignatura que obliga a valorar la sociedad como ya está impresos!algo que no se veía desde Formación del Espíritu Nacional; en la época franquista se debía pensar de una determinada manera, ¿ahora también? desde luego que no. Ni el mejor filósofo le puede inducir a alguien la manera de pensar. Ya existe una asignatura destinada a una educación civil, ética. ¿Para qué esta? para lo de siempre y un poco más con este Gobierno que ve que sus electores están en el colegio y tienen que educar sobre sus "valores". No se puede esperar nada en educación de un Gobierno que cambia el bachillerato para que "no sea tan traumático para el alumno";con el 50% de un curso pasas al siguiente, ¡no exigamos no vaya a ser que se queden calvos! si apruebas bien y sino, también; y además te enseñamos a pensar con esta asignatura que nos sacamos de la manga. Los mejores maestros clásicos no enseñaban a pensar, dejaban rienda suelta a las ideas de los suyos.

Rubén -

No estaría de más que un profesor de matemáticas , ciencias , historia o lengua se declarase objetor de conciencia al entrar a una clase en la que exista un crucifijo en la pared.